Las guerritas de López-Gatell
Cuando inició la pandemia, el presidente López Obrador presumió y desde entonces ha insistido que aquí, en México —según él, a diferencia de otros países—, las decisiones las toman los técnicos, no los políticos, una forma de decir que no las toma él, por ejemplo.
Hay algo inexacto en esta afirmación del Presidente. Los gobiernos toman decisiones, tal vez y a veces basadas en la técnica y la ciencia, pero siempre son decisiones políticas. En la pandemia no ha sido diferente.
La más importante de todas las decisiones, por ejemplo, la de un confinamiento voluntario, sin coerción de la autoridad hacia los individuos, es una decisión política.
Uno puede estar o no de acuerdo, y el propio López-Gatell y el Presidente han hecho el argumento político para hacerlo como lo han hecho, de manera diferente a otros países y similar a otros.
Son decisiones eminentemente políticas que el objetivo principal sea evitar la saturación hospitalaria, otros gobiernos han puesto otros; o la de no hacer pruebas masivas y rastreos a nivel nacional, o la de cerrar o no cerrar fronteras o movilidad interna, o la de ayudar o no ayudar a empresas o a empleados, o la relación con los estados de la República… En fin, en cada una de las acciones de estos meses hay una consideración política.
Cuando nuestro “científico” puso hace unos meses este tuit: “Con mucho orgullo trabajamos para cumplir las expectativas de un pueblo históricamente dolido y violentado en sus derechos. La Cuarta Transformación no es una casualidad, es la síntesis de la aspiración nacional que ha encontrado en el dolor la causa de levantarse y la posibilidad de defender su dignidad y sus derechos”, estaba más que claro que está ahí para hacer política.
Y convertido en político, o más bien en grillo, López-Gatell ha querido victimizarse construyéndose un enemigo: la prensa. Frente a los números de infecciones y muertos, los modelos y predicciones erradas, las broncas con gobernadores de todos los partidos, con miembros del gabinete, y en estos días su enorme irresponsabilidad como símbolo y creador del mensaje “quédate en casa”, López-Gatell prefiere pelearse con… la prensa. Y por supuesto, como buen político mexicano, no asumir responsabilidad alguna.
No hubiera estado mal que el enemigo del doctor fuera el bicho que nos tiene donde nos tiene. No sé, tal vez eso hubiera hecho un técnico, un científico.
@puigcarlos