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SERPIENTES Y ESCALERAS

Serpientes y escaleras - Morena-PES

A nadie sorprendió que la alianza se firmara; solo quizá a la militancia morenista.

El proceso electoral 2021 está en marcha y poco a poco los partidos políticos están dejando ver la manera como llegarán a la elección. Por muchas razones Cuernavaca es un punto clave para todos, tanto así que la negociación de este municipio fue la más importante para el gobernador Cuauhtémoc Blanco y para el Movimiento de Regeneración Nacional. Una y otra vez la dirigencia y el consejo estatal de Morena expresaron su rechazo a competir de la mano del PES, pero la respuesta de Mario Delgado fue imponer dicho acuerdo. ¿Alguien duda aún de la simpatía que siente el presidente por el gobernador?

La sorpresa no fue que la dirigencia nacional morenista impusiera en Morelos un acuerdo electoral públicamente rechazado por su militancia, lo llamativo fue que algunos miembros del comité estatal, empezando por el dirigente Gerardo Albarrán y algunos diputados locales como José Casas en verdad creyeran que iban a poder detener un convenio que ya se había acordado entre el jefe del ejecutivo estatal y el presidente de la república.

Ahora que la decisión está tomada lo que procede es observar la manera como Morena signó su acuerdo electoral para el 2021 y los efectos políticos que provocará. A pesar del rechazo local, Mario Delgado entregó la capital a un partido que no supera el cinco por ciento en conocimiento e intención de voto; en dicho acuerdo también cedieron a Encuentro Social el municipio de Temixco y Yautepec a Nueva Alianza. Estas decisiones junto con la de la capital provocarán una enorme división entre la base morenista y enfado entre los simpatizantes obradoristas.

En todas las encuestas de opinión que se han realizado en las últimas semanas Morena aventaja al resto de sus competidores en conocimiento e intención de voto, pero en todos los estudios aparece también un renglón que muchos pasan por alto y puede ser el factor que mueva todos los pronósticos: los indecisos. Un porcentaje mayoritario de la gente entrevistada aún no sabe por quién va a votar o simplemente se rehusó a decir qué partido le provoca empatía; en estos casos, lo dicen los expertos, el voto oculto juega en contra de los candidatos del sistema.

El desgaste de todas las fuerzas políticas y la alta aprobación que aún tiene Andrés Manuel López Obrador hace que algunos estrategas realicen análisis superficiales y sumas aritméticas; para ellos la victoria será sencilla porque la oposición está débil y la gente sigue confiando en el presidente. Técnicamente hay razones para suponer que así sucederán las cosas, pero a la vez existe un factor intangible, que algunos llaman voto oculto y que otros definen como una decisión de último momento; la clave es simple y está a la vista: Andrés Manuel López Obrador no estará en la boleta electoral del 2021.

El caso de Cuernavaca es interesante porque el gobernador Cuauhtémoc Blanco ha enfocado ahí todo su capital político; obtener el acuerdo electoral en la capital morelense no fue sencillo porque los morenistas locales nunca cedieron y los operadores del PES tuvieron que recurrir a instancias nacionales para forzar la alianza; esto implica un enorme desgaste porque se arrebató la decisión al estado y se ordenó desde México que así fueran las cosas. La historia nos ha enseñado que todas las alianzas que se imponen fracasan.

El silencio que guarda la dirigencia estatal de Morena luego de que su comité nacional les ordenó ir de la mano del PES abre algunas posibilidades: 1. Gerardo Albarrán alzó la voz para negociar algo y ya lo obtuvo. 2. Los consejeros estatales de Morena están velando armas para hacer contracampaña o simplemente no apoyarán a los candidatos del PES. O 3. Todo el ajetreo previo a la firma de la alianza fue un teatro para encarecer la negociación. En cualquier escenario el panorama que tendrá Jorge Argüelles para competir será sumamente difícil.

El mal desempeño del gobierno de Morena en la capital será un lastre para quienes representen a ese partido en la capital morelense; la misma carga negativa representa el ejercicio de gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo, a quien la pandemia lo ha hundido en el fondo de la tabla de gobernadores de México. Aquellos que desde la oposición busquen ganar la elección en Cuernavaca tienen en ambos personajes un enorme nicho de oportunidad y una fuente inagotable de argumentos discursivos; defenderlos (para quienes les toque hacerlo) será una tarea titánica.

Superar las diferencias con Morena es solo uno de los retos que tendrá Jorge Argüelles cuando compita; después de ello (si lo logra) estarán los otros candidatos que generarán ruido, que captarán un número importante de votos y que pueden volverse el factor que incline la balanza.

Argüelles Victorero apostará todo a Morena, a captar el voto obradorista y a que sus opositores se dividan, para que eso suceda lo primero es lograr la unidad interna, hacer crecer su imagen e hilar su nombre al del presidente Andrés Manuel López Obrador. Esto último es clave. Luego sigue que sus adversarios no se unan y que su principal contrincante, José Luis Urióstegui, no haga campaña de la mano de Javier Bolaños, para que la fuerza de los dos mejores candidatos no se multiplique.

Hagamos una analogía futbolística: Jorge Argüelles y Cuauhtémoc Blanco necesitan ganar su partido contra Morena y luego deberán esperar el marcador de sus rivales; para obtener la victoria requieren mimetizarse con Morena, evitar que el electorado ligue a los gobiernos de la capital y del estado con el Movimiento de Regeneración Nacional y luego hacer que sus contrincantes se peleen entre sí. Nada fácil

Políticamente hablando el PES no ha hecho bien las cosas en Morelos porque a pesar de ser el partido que representa al gobernador durante dos años se mantuvo inactivo, no generó estructura ni construyó alianzas con otras fuerzas sociales o políticas; luego tenemos a un candidato que a primera vista luce arrogante, que no ha querido mezclarse con la sociedad local y que ni siquiera vive en la entidad. Todos los acuerdos que ha logrado Encuentro Social derivan de charlas nacionales y ello, aunque les ha funcionado bien en lo mediático, también los tiene al borde del fracaso aún yendo en alianza con Morena.

La imposición de la alianza PES-Morena en Morelos para el 2021 no va a funcionar como en el 2018 porque esta vez no veremos a Andrés Manuel López Obrador en la boleta y porque desde el PES no hay nadie que esté cabildeando con la militancia morenista. Obtener la alianza era importante para Encuentro Social, pero imponerla desde México traerá un enorme costo si el gobernador no negocia con los obradoristas.

El del 2021 es un proceso electoral cuyos resultados delinearán el futuro político del estado y marcarán el rumbo de la sucesión. El triunfo de Jorge Argüelles Victorero en Cuernavaca va más allá de una victoria en la capital, representa el camino para que el grupo político al que representa mantenga el control del estado por lo menos durante nueve años más.

La decisión que tomaremos en unos meses en Cuernavaca es simple: cambiamos de rumbo o seguimos igual.

posdata

Hablando de encuestas y alianzas: el acuerdo electoral que firmó el PRI con el PRD concede al Partido de la Revolución Democrática la candidatura en el segundo distrito local con sede en Cuernavaca, ese que parecía definido para Maricela Velázquez.

Según varias encuestas, de las opciones que tiene el partido Revolucionario Institucional para competir en Cuernavaca la mejor, por ser la más conocida y mejor posicionada, es precisamente Velázquez Sánchez; después de ella hay otros, incluyendo al empresario y exdiputado local Gabriel Haddad Giorgi. Hace unas semanas se comentaba que ambos personajes irían en fórmula, él por la presidencia municipal y ella en una diputación local, en el segundo donde más ha trabajado y más fuerte se encuentra; luego del acuerdo con el PRD las cosas cambian: o Marisela va al primer distrito o por la presidencia. O por nada.

Del lado del PRD quien presume estar listo para competir en el distrito dos es Romualdo Salgado; el regidor es un personaje peculiar, con algo de trabajo en algunas colonias, pero que difícilmente lograría ganar un distrito de mayoría, sobre todo cobijado por dos partidos cuyos negativos son más altos que los de cualquier otro.

Jonathan Sánchez tuvo un buen inicio como dirigente del PRI en Morelos, pero poco a poco ha mostrado que no trae nada nuevo, que no sabe cómo descifrar el complejo rompecabezas tricolor, ni tiene tablas políticas para hacer valer el respaldo que le ha dado su dirigente nacional.

El nuevo PRI en Morelos es el viejo PRD de Gayosso.

nota

Si nada cambia, esta semana harán oficial la candidatura del exgobernador Sergio Estrada Cajigal a la presidencia municipal de Cuernavaca por el partido del senador Pedro Haces. La apuesta de Fuerza por México no es ganar la elección, sino obtener los votos suficientes para mantener el registro.

Revivir a Estrada Cajigal es interesante y le pondrá un ingrediente extra a la contienda capitalina; el mecánico fue el primer alcalde panista de la capital (lo hizo bien) y también el primer gobernador de Acción Nacional en Morelos (ahí lo hizo mal), pero una vez concluido su mandato renunció al PAN y apoyó a varios candidatos del PRI.

Hace tres años Sergio Estrada Cajigal estuvo a punto de ser candidato del PES en Cuernavaca, incluso hubo un trabajo interno que incluyó propaganda y mensajes de campaña, pero de último momento, cuando comenzaron a recordarle sus andanzas como mandatario y su estrecha relación con grupos de la delincuencia organizada, el exgobernador se bajó de la contienda.

De confirmarse su participación, Sergio Estrada Cajigal será un personaje digno de observar y de escuchar; habrá que estar atento a sus argumentos, a sus posicionamientos y sobre todo a las respuestas que de a las preguntas que se le hagan sobre sus nexos con Agustín Montiel, con Francisco Moreno Merino, sus frivolidades, los negocios de sus amigos y sus aventuras al lado de algunos personajes del narcotráfico.

¡Chulada de candidato!

post it

Cambiamos de año, pero no de circunstancias; el covid sigue siendo un problema serio, más aún que hace unos meses cuando la pandemia apenas comenzaba.

Morelos se encuentra en semáforo rojo desde hace un par de semanas, cuando el gobierno estatal tomó la decisión de suspender las actividades no esenciales (antes de que lo ordenara la federación) con el objetivo de frenar la segunda oleada de contagios. Fue una decisión dura pero necesaria, esas dos semanas que localmente se adelantó el cambio de semáforo sin duda ayudó a mitigar el golpe de la pandemia.

A pesar de ello la situación es compleja y el panorama luce cada día más complejo; los hospitales se están saturando, el personal médico está cansado y la gente no entiende la importancia de frenar la movilidad. La gente ya le perdió el miedo al virus.

El nuevo año nos llena a todos de esperanza, pero para que las cosas sean mejores el primer paso es cambiar de actitud; en lo que respecta al covid es urgente frenar la cadena de contagios y la única manera de hacerlo es cumpliendo con las medidas que dictan las autoridades: sana distancia, uso de cubrebocas, lavado constante de manos y sobre todo, evitar salir si no es indispensable.

Todos (o casi todos) hemos visto morir a un familiar, amigo o conocido a causa del coronavirus. Hagamos conciencia de ello y actuemos con responsabilidad.

Para cuidar a los demás lo primero es cuidarse uno mismo.

redes sociales

Ahora que Morena ha cedido la candidatura de Cuernavaca al PES, la opción de la reelección se le cerró al alcalde Antonio Villalobos.

Por eso ya envió al comité nacional de su partido una carta de intención para competir por la diputación federal por el primer distrito.

¿Se la darán?

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