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SERPIENTES Y ESCALERAS

Conflictos y arrogancia

Conducir un proceso electoral desde una dirigencia partidista no es fácil, nunca lo ha sido; menos cuando quienes tienen la responsabilidad de hacerlo utilizan la posición para satisfacer apetitos personales, sacar ventaja, hacer negocio o favorecer a los amigos. Los problemas internos son cosa natural en los partidos, están presentes en todos lados y se agudizan durante los procesos electorales; la unidad absoluta no existe, pero una la unidad de la mayoría es fundamental para ganar. En política la división es un problema latente, igual que la arrogancia.

Las tres alianzas políticas que competirán en el próximo proceso electoral enfrentan problemas internos por diferencias con su militancia; la alianza más llamativa por sus posibilidades de triunfo es la de Morena y ahí las cosas están complicándose cada vez más por la imposición de una alianza sin tomar en cuenta a los liderazgos locales.

La dirigencia estatal y una parte de los consejeros estatales han expresado su discrepancia con ir de la mano con Encuentro Social y aseguran que mediante distintos procesos jurídicos dentro y fuera de su partido lograrán revertir la decisión tomada por Mario Delgado. La molestia es evidente entre las bases morenistas, pero hagan lo que hagan no lograrán que la alianza se venga abajo.

Aunque no les guste, el obradorismo morelense deberá aceptar la imposición y apechugar con los pactos que hizo su dirigencia con otros partidos; los morenos tienen que ceder lugares por órdenes de su comité nacional y también aceptar a ciertos actores que repentinamente llegan de otros lados, como Amado Orihuela, porque así lo pactaron los Rabines.

Conflictos de este tipo se viven en las otras dos coaliciones: en el caso del PRI el reclamo es porque el Revolucionario Institucional se está abriendo a candidaturas ciudadanas, dejando de lado a militantes de muchos años y con los panistas las diferencias tienen otro motivo: la falta de liderazgo y las ambiciones de la familia Martínez Terrazas.

La ventaja que lleva Morena en la intención de voto es importante, pero no es igual en todos lados; hay municipios, como Jiutepec, donde la intención de voto a favor del Movimiento de Regeneración Nacional es muy alta, pero una cosa diferente sucede en Cuernavaca, cuya ventaja es de apenas un dígito y no les asegura el triunfo si no van con un buen candidato y en unidad.

La supremacía obradorista en Morelos disminuye por sus conflictos internos, pero mantienen la delantera porque no tienen oposición y en los otros partidos también hay problemas; el desgaste de los gobiernos de Morena se ha combinado con conflictos de corte social y aspectos como la pandemia. El Movimiento de Regeneración Nacional tiene a su favor que ningún actor ni partido político ha sabido capitalizar la molestia social, ni exponer adecuadamente los errores de los gobiernos de la 4T: Morena sigue siendo el tuerto en la tierra de los ciegos.

La del 2021 es una contienda marcada por muchos factores: será distinta por la pandemia y veremos un proceso con muchos participantes; sobresale el ego de algunos personajes y la falta de operatividad política del gobierno de Cuauhtémoc Blanco. Las ofertas más llamativas serán las que surjan de las tres coaliciones, pero en varios municipios veremos el triunfo de partidos nuevos o emergentes, por el perfil de sus candidatos.

La arrogancia siempre ha sido un mal consejero político y reiteradamente provoca el fracaso en las urnas. En la elección del 2021 sobresale la petulancia de varios actores y de partidos, de quienes se asumen como líderes sociales y de instituciones que suponen que tienen garantizado el triunfo solo por la marca. En Morena creen que la elección del 2021 será igual que la del 2018, por ello imaginan que cualquier candidato ganará; los obradoristas pasan por alto que Andrés Manuel López Obrador ya no estará en la boleta y consideran que la calificación del partido es la misma que la del presidente. Falso.

El recurso que ayer interpuso la dirigencia estatal de Morena ante el tribunal federal electoral en contra de la alianza con el PES lleva a otro nivel el conflicto; se puede comprender la molestia del consejo estatal ante la imposición de un acuerdo, pero la postura suena hueca si se analiza la forma cómo la dirigencia estatal y sus integrantes han actuado frente a otras situaciones que nada tienen que ver con la línea marcada por su líder moral. Se le dice incongruencia.

Los problemas dentro del Movimiento de Regeneración Nacional son cada vez más fuertes y pronto llegarán a un punto sin retorno; la inconformidad legal presentada ayer no va a tirar la alianza, pero sí ahondará las diferencias políticas y anulará las posibilidades de triunfo en Cuernavaca.

Gerardo Albarrán no está defendiendo los intereses de su partido, ni mucho menos salvaguarda el espíritu de la cuarta transformación; su actuación es oportunista, convenenciera y absurda, sirve a los intereses personales de su grupo y carece de lógica, porque por un lado rechaza a un partido que califica de derecha, pero por el otro abre sus puertas a un personaje relacionado con la delincuencia organizada.

Por supuesto que la base morenista de Morelos no está de acuerdo con la alianza con el PES; es evidente que la poca estructura que tienen en la capital no quiere que Jorge Argüelles sea su candidato, pero esas no son las razones que mueven a Albarrán y a su grupo. Lo que hay detrás de la actuación del presidente y de los Rabines es más simple: encarecen la negociación para obtener beneficios personales.

Lo único que está logrando el pleito entre morenistas es mostrar que entre ese partido y los demás no existe diferencia, que las ambiciones de los priístas y panistas no son distintas a las que manejan en la 4T y que la contienda incluye intereses que nada tienen que ver con las necesidades de los ciudadanos.

Los Rabines no quieren ir con el partido de Cuauhtémoc Blanco, pero como van las cosas los simpatizantes de la 4T no van a querer ir con ninguno de ellos. En Cuernavaca Morena es un partido que no ofrece nada distinto a lo males que hoy padecemos.

posdata

José Luis Urióstegui fue presentado ayer por el diputado Martínez Terrazas como el virtual candidato del PAN en la capital. Fue un acto importante, aunque sin mucho contenido más allá de la validación política del abogado.

Esto dijo el abogado:

“Espero que al sumarnos como fuerza ciudadana con el partido Acción Nacional se demuestre que el PAN y la ciudadanía podemos trabajar juntos, más allá de una filosofía partidista, en cuestiones realistas que hagan que toda la población trabaje para lograr la ciudad que merecemos, para lograr que gane Cuernavaca… Yo vengo a participar en un proceso interno del PAN, a medirme con base a la convocatoria con quienes aspiren legítimamente a representar a este partido en la candidatura; no vengo a quitarle el lugar a nadie, vengo a sumarme, vengo a apoyar a los buenos gobiernos que han hecho en algunos lugares, a aprovechar esa experiencia que tanto necesitamos aquí en Cuernavaca y en el estado de Morelos… creo que esa suma nos va a permitir tener el resultado que deseamos para ganar la Presidencia Municipal de Cuernavaca; seguramente la gente que nos ha venido siguiendo a través del tiempo no mirara las siglas, mirara los intereses que podemos representar a favor de la sociedad”.

nota

La dirigencia estatal panista es peor que la de Morena: la familia Martínez Terrazas ha hecho del PAN un negocio, transformó su ideología en conveniencia y apuesta por ganar con la derrota. La torpeza del presidente es la forma más burda de la arrogancia, expone un alto grado de perversidad que costará mucho a una institución que por muchos años fue respetable y ahora es presa de los intereses de un pequeño grupo; con la Sagrada Familia estaban mal, pero con la Santísima Trinidad están peor.

El posicionamiento del PAN en Morelos es mejor que el de otros partidos de oposición y eso es utilizado por los Terrazas para vender la elección a sus adversarios; no quieren ganar en las urnas, solo tratan de abultar sus carteras.

Acción Nacional podría ser la mejor vía para lograr un cambio en los gobiernos, pero la conducción del comité está muy lejos de ser una garantía para los votantes; como sucedió en el 2018, los hermanos Martínez Terrazas son capaces de negociar la contienda.

José Luis Urióstegui es la mejor propuesta electoral en la capital, se puede convertir en la oferta política más atractiva en Cuernavaca, pero su triunfo depende de que sea él quien lleve las riendas de la campaña y en caso de ganar que sea él quien gobierne; si entrega el control del proceso al PAN, los hermanos son capaces de vender la elección. Algunos dicen que ya lo hicieron.

José Luis es una hombre decente y confiable; los Terrazas no.

post it

A través de un video, el presidente del Movimiento de Regeneración Nacional en Morelos dio a conocer que había iniciado un proceso jurídico en contra de la alianza firmada por su comité nacional con el PES.

“En concordancia con el acuerdo que el consejo estatal de Morena tomo el pasado 7 de Enero del presente año, donde se rechaza la alianza con el PES y con otros partidos que no representan la ideología que postula nuestro partido Morena la Esperanza de México, se informa que presente oportunamente ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación un medio de impugnación al convenio que intenta confirmar dicha coalición, que es contraria al interés de los militantes y simpatizantes de Morena.

Por otra parte y ahora que el consejo Estatal del IMPEPAC realicé la revisión y el análisis del mencionado convenio, se hace un llamado respetuoso a los consejeros de este órgano electoral estatal para que se apeguen a la legalidad y a lo especificado en los estatutos de Morena y a los acuerdos tomados por los órganos internos de nuestro partido, así como lo establecido en las leyes de la materia, para que dejen sin efecto dicho convenio por no estar fundado en las consideraciones jurídicas y políticas que amparan los derechos políticos electorales de todos los protagonistas del cambio verdadero, de militantes y simpatizantes de nuestro partido y de ciudadanos en general.

En este sentido estamos convencidos de que en Morena construimos un nuevo sistema de valores apegados a nuevos principios éticos, políticos y jurídicos; basados en los valores de la cuarta transformación”

¿En verdad piensan que lograrán echar abajo la alianza?

redes sociales

El morelense tiene una característica a la hora de acudir a las urnas: sabe votar diferenciado. En la tierra de Zapata existe una simpatía natural por la izquierda, pero ha habido momentos en que la mayoría, hablando de partidos, también ha otorgado su confianza a la derecha.

Ejemplos de voto diferenciado en Morelos hay muchos, existen casos en Cuernavaca donde el PRI ganó la presidencia municipal, el PAN la diputación federal y el PRD los escaños locales. En las elecciones pasadas hubo partidos que perdieron el registro nacional, pero lo conservaron en lo estatal.

La oleada obradorista del 2018 provocó una cascada electoral porque AMLO estaba en la boleta y llamó al voto unificado; veremos si en el 2021 la gente vuelve a sufragar igual, por un partido sin importarle el perfil de los candidatos.

Yo creo que no.

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