El proceso electoral de este 2021 en Morelos será diferente a cualquier otro y enfrentará, además del reto sanitario y de participación ciudadana, “una polarización que provoca violencia de todo tipo”, advirtió Pedro Gregorio Alvarado Ramos, presidente del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) al rendir protesta en el cargo que ocupará por lo menos los próximos tres meses. No se trató de una ceremonia alegre, a pesar de las múltiples felicitaciones de otros consejeros y representantes de partidos políticos, la sesión extraordinaria del Consejo Estatal Electoral del fin de semana, en que Alvarado Ramos rindió protesta, estuvo marcada por el duelo. Hace apenas unos días se daba cuenta del fallecimiento a causa del Covid-19 de la consejera América Preciado Bahena. “No me siento alegre o feliz, estamos aún en duelo, procesando la irreparable pérdida de un gran ser humano”, aseguró el consejero con la voz entrecortada por el recuerdo de la amiga.
La presidencia del Impepac ha sido marcada por la inestabilidad los últimos tres meses. Apenas el 18 de noviembre, a menos de un año de terminar su encargo, Ana Isabel León Trueba, quien había sido designada en 2014 como consejera presidenta del órgano por siete años, fue destituida por el INE. Luego de nueve días, América Preciado Bahena fue designada como presidenta provisional hasta el día de su fallecimiento a causa de la Covid-19, el 7 de enero.
El proceso electoral de este 2021 en Morelos será diferente a cualquier otro y enfrentará, además del reto sanitario y de participación ciudadana, “una polarización que provoca violencia de todo tipo”, advirtió Pedro Gregorio Alvarado Ramos, presidente del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) al rendir protesta en el cargo que ocupará por lo menos los próximos tres meses.
No se trató de una ceremonia alegre, a pesar de las múltiples felicitaciones de otros consejeros y representantes de partidos políticos, la sesión extraordinaria del Consejo Estatal Electoral del fin de semana, en que Alvarado Ramos rindió protesta, estuvo marcada por el duelo. Hace apenas unos días se daba cuenta del fallecimiento a causa del Covid-19 de la consejera América Preciado Bahena. “No me siento alegre o feliz, estamos aún en duelo, procesando la irreparable pérdida de un gran ser humano”, aseguró el consejero con la voz entrecortada por el recuerdo de la amiga.
La presidencia del Impepac ha sido marcada por la inestabilidad los últimos tres meses. Apenas el 18 de noviembre, a menos de un año de terminar su encargo, Ana Isabel León Trueba, quien había sido designada en 2014 como consejera presidenta del órgano por siete años, fue destituida por el INE por haber retardado un proceso sancionador. Luego de nueve días, América Preciado Bahena fue designada como presidenta provisional. Desde entonces y hasta el día de su fallecimiento, el siete de enero, Preciado Bahena había logrado restaurar las relaciones entre los consejeros electorales y ofrecer certidumbre sobre el proceso electoral que está en marcha desde septiembre pasado. El 15 de enero el Consejo General del INE aprobó el nombramiento de Alvarado Ramos en la presidencia del órgano electoral que ha tenido tres titulares los últimos tres meses.
En la sesión extraordinaria, el nuevo consejero presidente advirtió “Tenemos en marcha un proceso electoral complejo, con muchos retos. En la crisis mundial sin precedentes e inédita que vivimos a causa de la emergencia sanitaria por la pandemia, el desafío es tomar las medidas y precauciones pertinentes y necesarias para salvaguardar los derechos humanos y defender el estado de derecho. Una polarización que provoca violencia de todo tipo y que no abona al debate de las ideas, ni a la búsqueda de consensos, ni al diálogo propositivo y constructivo. En una sociedad democrática debe prevalecer la pluralidad, la tolerancia y el respeto a las ideas, no caben las decisiones hegemónicas”.
Además, tendrán que vencer el abstencionismo, sobre el que, afirmó, “La participación ciudadana en las pasadas elecciones de 2015 y 2018 fue de 47.72 % y de 68 % La expectativa no es halagadora por los retos anteriores a vencer y a superar. Es una tarea de todos motivar y sensibilizar a la ciudadanía a ejercer el voto, el cual es un deber y un derecho; libre, secreto, personal, directo, universal, intransferible”.
El Impepac, además de la coordinación a la que está obligado con el INE, será el responsable de dos elecciones, la de doce diputados de mayoría y la de 33 presidentes, síndicos y regidores de los ayuntamientos, “con una proyección de más de 2 mil 500 casillas a instalar y con un potencial de electores de alrededor de un millón y medio de ciudadanos. Tanto en los ayuntamientos como en las diputaciones locales, habrá una representación inédita e histórica de personas de las comunidades y pueblos indígenas”, reconoció.
Y también admitió que hay incertidumbre respecto del proceso, pero anticipó “hay gobernanza electoral; existen reglas bien definidas bajo las cuales se desarrolla la competencia electoral; su aplicación se coordina y se ejecuta mediante una compleja serie de actividades interdependientes, orientadas a sentar una base institucional estable para la votación y la competencia electoral. Se procura la eficiencia administrativa, ya que el presente proceso electoral, implica la movilización más grande de la población de una nación en tiempos de paz”
“Para llegar a un proceso electoral confiable y una votación sin problemas o conflictos, estas mismas complejidades y limitaciones exigen un elevado nivel de coordinación central y planeación estratégica”, aseguró, “La neutralidad política es necesaria y está garantizada para asegurar la imparcialidad. La rendición de cuentas es importante, lo mismo que la resolución de conflictos, derivada de la complejidad en la regulación electoral o de su aplicación, la cual, como ya se mencionó, se lleva a cabo mediante mecanismos institucionales imparciales y expeditos que permitan superar los posibles errores electorales y gestionar pacíficamente los conflictos políticos resultantes, teniendo siempre como norma, los principios rectores de éste órgano electoral: constitucionalidad, certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, equidad, objetividad, definitividad, profesionalismo, máxima publicidad y paridad de género”.