En semáforo rojo, la delincuencia tiene semáforo verde
Ayer, a plena luz del día y en pleno Centro Histórico de la ciudad de México, un centenar de miembros de la Unión Tepito sitió la plaza comercial ubicada en los números 51 y 53 de la calle de Argentina. Iban con la intención de apoderarse del inmueble.
Minutos antes habían llegado funcionarios del gobierno capitalino a “hacer una verificación”, según denunciaron los comerciantes.
Los integrantes del grupo criminal, cuyo bastión se encuentra en la calle de Colombia, llegaron de la mano de los funcionarios de la ciudad y ordenaron a los locatarios que se salieran, “o los vamos a sacar a chingadazos”. La plaza consta de 311 locales.
Los comerciantes que se encontraban en el sitio se atrincheraron. “Estamos encerrados en la plaza y nos mandaron un chingo de gente: están allá afuera esperándonos”, comunicaron en un mensaje de voz.
Comenzaron a llegar solicitudes de auxilio a la policía, así como a la Secretaría de Gobierno. La movilización policiaca y la aparición del secretario Suárez del Real desalentó a los invasores.
Según comerciantes consultados por el columnista, la dirección de reordenamiento de programas delegacionales les había permitido abrir a cambio de una cuota. Unos 120 locales estaban abiertos cuando sobrevino el intento del despojo.
La noche anterior acababa de ocurrir algo semejante en Plaza Meave, sobre el Eje Central. Se dio el aviso de que un grupo de aproximadamente 30 personas dotadas de marros y barretas intentaban abrir las cortinas de la plaza comercial, aprovechando que se hallaba desierta. La llegada de patrullas de la SSC culminó con una persecución por las calles aledañas.
En años recientes, más de una decena de líderes de comerciantes han sido asesinados en el centro. Óscar Liebre, Raymundo Pérez, Armando Becerril, Miguel Ángel Lemus, Miguel Ángel Galán, Jaime Vázquez…
Hace días se dio a conocer un reporte de inteligencia de la SSC que contenía las direcciones de una veintena de predios que habían sido despojados por la Unión y ya se hallaban en venta o renta. El precio de uno de los inmuebles era de 32 millones de pesos; de otro, 13.5 millones.
En los primeros seis meses de la administración de Claudia Sheinbaum se abrieron 311 carpetas relacionadas con este delito. Vecinos y comerciantes denunciaron que todo se había disparado debido a la infiltración del crimen organizado durante el gobierno de Miguel Ángel Mancera.
Sheinbaum respondió que tenía ya un grupo de inteligencia trabajando en eso.
A lo largo de 2019 los despojos siguieron en el centro y las colonias Guerrero, Morelos, Santa María la Ribera, Roma, Condesa, San Rafael y Portales.
En la Cuauhtémoc hay reportes de cinco predios ubicados en la calle de Sol, de los que la Unión Tepito se apoderó con violencia. Ha sucedido lo mismo en inmuebles de Manuel Doblado, Pedro Moreno, Eje Lázaro Cárdenas, Carmen, Lerdo, Chile, Peña y Peña y Costa Rica.
En esta última calle los criminales llegaron de plano por tres vecindades —mayo de 2019— y con la misma amenaza a los vecinos. En Carmen 59, los miembros de la Unión colocaron cortinas de hierro para que ni comerciantes ni habitantes pudieran entrar. “Nos amenazaron de muerte, que nos van a meter balazos si no nos vamos… aseguran que este predio es de la U”.
En mayo del año pasado, hombres armados llegaron a una vecindad de Peña y Peña y les dieron dos horas a los habitantes para que se salieran. Llegó la policía, vieron gente sacando sus pertenencias, pero según un reporte de prensa los patrulleros dijeron que no podían intervenir porque no era seguro.
Durante el segundo semestre de 2020, con negocios y centros comerciales cerrados, los despojos arreciaron. Al regresar del confinamiento, muchos descubrieron que sus negocios “ya los tenían otras gentes”.
Ni siquiera en Cuba 86, donde dos niños mazahuas fueron descuartizados, las autoridades han logrado hacer algo: el predio sigue tomado y, de acuerdo con los vecinos, los involucrados en el descuartizamiento “ya están de regreso”.
Muchas cosas paraliza el semáforo rojo. Pero solo entre los ciudadanos. En semáforo rojo, la delincuencia tiene semáforo verde.