La pandemia política
Cuando en unos meses, con decenas y decenas de miles de muertos a cuestas, millones de empleos perdidos, negocios cerrados, vidas afectadas, se haga la evaluación de lo que ha hecho el gobierno mexicano desde hace un año, habrá una declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador repetida hasta el cansancio por López-Gatell que no pasará la prueba de la realidad y que, tal vez, sea el pecado original que nos ha llevado a esta tragedia: aquello de que aquí hemos dejado la estrategia a los científicos y no a los políticos.
En la realidad ha sido la política la que ha mandado en la estrategia. La primera fue la del cubrebocas. Obsesionado con Calderón, el Presidente aprovechó una mañanera al principio de la pandemia para burlarse del mandato calderonista de uso de cubrebocas contra el virus H1N1; desde ese día, López-Gatell se dedicó a desincentivar el uso de la protección con tantos argumentos como pudo inventar. Ni cuando unos meses después la evidencia era aún más clara sobre la importancia del cubrebocas cambió la instrucción. El Presidente y muchos miembros del gabinete siguen sin usarlo.
Fue una decisión política la de hacer lo mínimo en términos económicos para ayudar a la población y a empresas lo que condicionó el tipo de confinamientos, siempre laxos, siempre a medias, lo que nos ha mantenido en la meseta creciente más larga del mundo. En estos meses ha sido la política la que ha provocado las broncas entre gobernadores y gobierno federal, las disputas en el gabinete, los colores del “intrascendente” semáforo, el desprecio a otras ideas porque todas vienen de malditos neoliberales conservadores.
Y ahora, en los días más trágicos de la pandemia, no es más que política lo que está sucediendo con la vacuna. Desde priorizar la conformación de las brigadas con militares y servidores de la nación y ni siquiera mencionar los más o menos 20 mil establecimientos de salud que suman IMSS, ISSSTE y sistemas de salud estatales (donde, pienso, hay alguna enfermera). Como es politiquería la nueva y absurda bronca entre gobernadores y el gobierno federal con lo de que quién compra vacunas, cuando ni hay vacunas suficientes en el mundo y las pocas que hay son autorizaciones de emergencia que no permiten su compra como quien va al va al mercado de la esquina. Hace un rato que la ciencia fue derrotada por la política, sobre todo por la politiquería.
@puigcarlos