La elástica ética de ‘herr doctor’
Gracias a que León Krauze tuiteó ayer “El @HLGatell de agosto tenía razón: https://t.co/PL3RT63Vy9”, por si hiciera falta, puede documentarse una vez más lo irresponsable y veleidoso que es quien se mantiene al frente de la funesta “estrategia” federal contra la pandemia.
La liga remite a la conferencia del 11 de ese mes, en que López-Gatell previno contra el uso de Sputnik V porque su experimentación no había superado, como hasta la fecha tampoco, la tercera fase para ser reconocida por la OMS y las instituciones de protección sanitaria más acreditadas.
Fue la noche del mismo martes en que Putin anunció que Rusia tenía ya, antes que otro país, una vacuna contra la nueva peste.
A pregunta, López-Gatell respondió lo que más tarde resumió en el tuit “Por razones éticas y de bioseguridad no se puede utilizar una vacuna que no haya terminado satisfactoriamente los estudios de fase 3”.
Lo que argumentó ante los reporteros fue:
“Este fenómeno va a estar ocurriendo de repente que un laboratorio, o en este caso un país pero finalmente es un laboratorio en Rusia, que anuncien que ya tienen la vacuna. Lo hemos estado viendo con las distintas vacunas. Hay más de 147 productos que están en alguna fase de investigación, desde el concepto básico a un ensayo molecular hasta la investigación clínica”. Enfatizó la importancia de la tercera fase y explicó:
“Hay pocas vacunas, cerca de nueve, que están en esa fase. Y efectivamente nos ha sorprendido, como le sorprendió a la Organización Mundial de la Salud, conocer de la vacuna rusa, cuando hasta donde llegaba la información pública mundial no había llegado hasta la fase tres. Definitivamente, y esto lo quisiera dejar muy claro, no se puede empezar a utilizar una vacuna que no haya terminado satisfactoriamente los estudios de fase tres, no se puede, no se debe por razones éticas, por bioseguridad, y para todos los países es un estándar ético de práctica de seguridad…”.
Como es evidente, el funcionario acusa una ética tan elástica que, para complacer propósitos políticos y congraciarse con el jefe a quien descuidó en su salud, traiciona su palabra y el juramento médico, exponiendo la seguridad sanitaria de 12 millones de mexicanos a los que se pretende inocular un par de dosis de la Sputnik V, a pesar de que se desconocen sus resultados y carece de certificación.
Si, como afirma el gobierno de Putin, la vacuna tiene 90 por ciento de eficacia y traspuso con éxito la fase tres, lo preocupante es que ni Rusia ni Argentina ni cualquiera de los países en que está siendo aplicada han dado a conocer el detalle de sus resultados y contraindicaciones.
La desconfianza es tanta que 60 por ciento de los rusos no quieren que se les aplique.
Si extrañamente López-Gatell conoce el estudio completo, ¿por qué también él lo mantiene en secreto?
El subsecretario da por seguro que será aprobada por la Cofepris. Ajá. ¿Le habrá entregado esos misteriosos estudios?
O pretenderá ordenárselo a su reconocido Comité de Moléculas…