Error, regular el agua con el aceite
El senador Ricardo Monreal anunció este fin de semana que Morena prepara una iniciativa para regular las redes sociales cuyo doble objeto sería combatir los discursos de odio y evitar la desinformación. La idea sería limitar, de un lado, y corregir, del otro, cuando el flujo en las redes caiga en alguno de estos dos vicios.
El razonamiento de la propuesta puede leerse en un documento titulado “Regular el caos”. Ahí se afirma que las principales plataformas privadas, como Twitter o Facebook, han sido incapaces de resolver por sí mismas tales pecados. Se les acusa sin ambages de ser madres del caos.
“La autorregulación de las redes sociales —dice el documento referido— se inclina hacia un rol de editorialistas, en el que solo son ellas quienes pueden decidir qué censurar y qué no.”
Como alternativa a este presunto caos, el gobierno habría de convertirse en el editor de última instancia, o todavía más, en propietario de una plataforma pública que compita y hasta sustituya a las redes actuales.
Se infiere que solo así podría tomar un papel más activo para limitar la información falsa y también para proteger a los usuarios cuando su voz sea silenciada.
Coincidente con esta argumentación, el pasado jueves 14 de enero el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó al Conacyt y otras dependencias la creación de una “red social nacional”.
A la luz de estos hechos ambas iniciativas, la presidencial y la senatorial, habrían de tener en mente que, hasta ahora, “las benditas” redes sociales y el Estado nunca han sido buenos amigos y, por tanto, que mezclarlos dentro de un mismo propósito podría terminar siendo un catastrófico despropósito.
Lo deseable, en vez de sustituir lo que hay por una red nacional gubernamental, es que las plataformas actuales se multipliquen para que los usuarios contemos con más opciones, con mayor libertad, con mayor posibilidad para expresarnos e informarnos. El antídoto frente a los vicios de las redes no es mayor control, sino lo opuesto.
Zoom: la censura y la desinformación se combaten multiplicando la pluralidad de las vías para la expresión, en vez de circunscribir a una sola y única red social nacional, gestionada por el gobierno, el universo del debate público.
@ricardomraphael