El error de Morena
No importa de qué partido hablemos, la naturaleza humana siempre sobrepasa la racionalidad; en política es común el canibalismo, los golpes internos y las descalificaciones, aún cuando ello implique perder el objetivo principal. Una y otra vez hemos visto la misma historia en todos los partidos: cuando las pasiones se desbordan y las ambiciones se anteponen, la lógica pierde sentido y el nombre del juego cambia. Eso está pasando hoy en todos lados, empezando por el Movimiento de Regeneración Nacional
Aunque desde hace varias semanas el comité nacional de Morena signó y registró un convenio de coalición en Morelos con los partidos Encuentro Social y Nueva Alianza, la inconformidad de la dirigencia estatal no cesa y apuesta por descarrilar el proyecto. El comité que encabeza Gerardo Albarrán no solo se opone al acuerdo y lo impugnó en instancias judiciales, ahora promueve el registro de candidatos, lo cual acentuará los problemas y multiplicará el encono.
Jurídicamente son pocas las posibilidades de que el comité de Morena en Morelos revierta la decisión tomada por su dirigencia nacional; el CEN tiene facultades para hacerlo y difícilmente la autoridad federal electoral votará en contra de lo ya acordado por los órganos partidistas. Lo que provocarán este tipo de acciones es debilitar electoralmente al proyecto integral de Morena, confirmar que en ese partido no hay unidad y evidenciar que la alianza es solo de siglas.
Es claro que para el comité estatal y para algunos consejeros estatales no fue agradable la manera como desde México se procesó la coalición Juntos Haremos Historia, pero también es visible que antes ellos no hicieron nada para consolidar un acuerdo local o para impulsar una propuesta propia. La reacción de Gerardo Albarrán fue tardía, durante dos años no hizo nada y solo se movió cuando vio que las candidaturas se le iban de las manos. Lo único que los consejeros estatales pactaron hace unos meses es que todas las candidaturas plurinominales y las regidurías serían para los consejeros.
Mucho se ha escrito sobre la molestia que al morenismo local le causa ir de la mano del PES, pero poco se habla de que ello es consecuencia de la ausencia de liderazgo obradorista en Morelos. A esta altura del proceso la dirigencia estatal de Morena debería tratar de recomponer el escenario y buscar un camino en donde el partido sufra lo menos posible, es decir, para que la propuesta de la 4T no fracase.
Explico: cuando la dirigencia estatal pidió a sus militantes a que se registren por una candidatura que ya está comprometida, lo único que generará es incertidumbre y más conflictos; hasta la semana pasada ya se habían inscrito por a capital la empresaria Meggie Salgado, el diputado federal Alejandro Mojica y la diputada Alejandra Flores; luego lo hicieron otros militantes más. ¿Qué va a pasar cuando un juzgado federal determine que la coalición sigue firme? ¿Qué les dirán a los aspirantes, porque el convenio de coalición dice que el candidato de la capital será propuesto por el PES?
Gerardo Albarrán está actuando como un militante dolido, no como el dirigente de un partido político que encabeza la preferencia electoral; el dirigente perdió la oportunidad de construir candidaturas propias y se le fue el tiempo para participar en la definición de la coalición; ahora que todo está en su contra encamina al obradorismo a una guerra interna en la cual nadie ganará, pero muchos pueden perder.
Veámoslo de esta forma: si existiera una posibilidad real de que Morena revierta las decisiones legales tomadas por su comité nacional la estrategia tendría sentido, pero como se ven las cosas eso no va a suceder: la impugnación ya recibió el primer revés estatal y seguramente vendrá un dictamen igual de los juzgados federales.
El análisis no puede ser solo jurídico, porque la decisión tomada por el comité nacional deriva de un acuerdo político de alto nivel que rebasa a la dirigencia estatal, en la que intervino el gobernador de Morelos y hubo el visto bueno del presidente de México. A la dirigencia estatal de Morena no se le tomó en cuenta porque no hay trabajo partidista local, ni visión política de parte de los consejeros, Gerardo Albarrán y otros miembros del Movimiento de Regeneración Nacional participaron en la elaboración de la alianza, pero se levantaron de la mesa y al hacerlo se quedaron sin voz ni voto.
El canibalismo político que se vive en Morena no es distinto al de otros partidos, pero es igual de dañino; es más: el convenio de coalición que hoy impugnan es prácticamente el mismo que avalaron hace tres años, cuando promovieron a Cuauhtémoc Blanco como gobernador. Lo que está haciendo el comité estatal puede costarles el triunfo en la capital y en otros espacios de la zona metropolitana, pero eso no les importa, porque su objetivo es atacar a Argüelles al costo que sea.
La línea política que manda el comité estatal de Morena es de rebelión, en lugar de buscar una salida dialogada o trabajar en un acuerdo que beneficie al proyecto obradorista y a la militancia, lo que está haciendo Albarrán es colocarle piedras en el camino a Morena, complicar las cosas y poner en riesgo el triunfo en la capital morelense.
La estrategia del CDE de Morena es perder-perder.
posdata
Meggie Salgado es una reconocida empresaria morelense, una dama emprendedora que desde hace muchos años ha promovido el empoderamiento de las mujeres e impulsado diversas causas sociales.
Su historia es conocida por muchos, es hija de Juan Salgado Brito y de Magda Ponce, tiene dos hermanos, tres hijos y varios negocios gastronómicos; forma parte de una red internacional de mujeres y participa activamente en diversas organizaciones ciudadanas.
Hoy Meggie se ha registrado en el proceso interno de Morena, busca a la candidatura a la presidencia municipal de Cuernavaca; tiene méritos suficientes, aunque para participar en una competencia electoral le hace falta más imagen y recursos para ir a campaña. Personalmente creo que puede ser una buena alcaldesa, pero primero debe ser candidata y ganar la elección.
Alejandro Mojica es un cuernavaco clásico, hijo de una reconocida familia morelense, empresario y buen tipo. Como diputado federal no ha destacado, aunque para ser honestos no lo ha hecho ninguno de nuestros representantes legislativos federales.
En las encuestas Alejandro aparece bien posicionado, tiene buen nivel de conocimiento público y la intención de voto necesaria para estar en la competencia si participa por Morena; hace unas semanas Mojica había dicho que no estaba interesado en buscar un cargo de elección popular en el 2021, pero el viernes pasado compartió que se había inscrito en la contienda interna por la alcaldía de Cuernavaca.
Alejandra Flores es diputada local por Morena, ganó elección arrastrada por la ola obradorista y ahora se ha inscrito para buscar la candidatura a la alcaldía de Cuernavaca. La dama presume su simpatía por Andrés Manuel López Obrador, aunque su trabajo en el congreso local no ha sido bueno.
La decisión de la diputada responde a una ambición personal, pero no tiene ningún sustento; el paso de Alejandra Flores por el parlamento será olvidado de inmediato porque no hizo nada. Políticamente la diputada carece de liderazgo y no tiene con qué ganar una elección municipal; su triunfo en el 2018 fue gracias al voto en cascada, pero eso no se repetirá en el 2021.
Si la selección del candidato de Morena en Cuernavaca fuera el resultado de una encuesta y se miden a estos tres actores (Salgado, Flores y Mojica), Alejandro está en condiciones de ser candidato, aunque si la decisión fuera a partir de la capacidad de las personas, la elección obvia sería Megguie.
¿Pero qué sucederá si el comité nacional o un tribunal electoral invalida la convocatoria de Morena en Morelos o la candidatura no se define por encuesta? ¿Cómo reaccionarán los morenistas si ni siquiera les dan la oportunidad de competir? ¿De qué manera explicaría Gerardo Albarrán que emitió una convocatoria sin tener la certeza de que sería un instrumento válido, porque el convenio de coalición dice claramente que la candidatura de Cuernavaca le corresponde al PES?
La primera batalla de Morena es contra Morena. Para que ganen en las urnas primero deben superar sus diferencias personales.
nota
Hablando de aspirantes, la semana pasada el alcalde de Jojutla Juan Ángel Flores Bustamante hizo formal su interés de buscar la reelección; el edil ya se inscribió en el proceso interno de Morena y dado el trabajo que ha realizado al frente del municipio es altamente probable que la gente le vuelva a conferir su voto.
Jojutla, un municipio ubicado en el sur de Morelos, sufre mucho desde hace años: ha sido víctima de fuertes oleadas de inseguridad, su gente es agredida por la delincuencia y la zona fue el epicentro del terremoto más fuerte que se ha sentido en la entidad.
En dos años Juan Ángel Flores ha dado buenos resultados y sus paisanos lo saben; con pocos recursos, pero con un buen manejo administrativo y visión, el municipio ha ido avanzando y esa es la mejor carta para buscar la reelección.
Lo mismo se puede decir de Jiutepec con Rafael Reyes, uno de los mejores presidentes municipales que ha tenido ese municipio. Rafa ya se inscribió en el proceso interno de Morena para buscar la reelección y, aunque se habla de que otros actores podrían hacer lo mismo, sería impensable que el partido se arriesgara a postular a alguien más.
Rafael Reyes tiene todo para repetir en el cargo: heredó una administración quebrada, con más de 700 millones de pesos de deuda y múltiples conflictos de corte social, legal, económico, administrativo y político. A pesar de tantos frentes abiertos Jiutepec no ha detenidos su marcha, por el contrario, la nueva administración ha sacado adelante los compromisos y poco a poco ha ido reduciendo los pasivos.
El alcalde de Jiutepec es uno de los mejor calificados, sus números están apenas por debajo de los del presidente López Obrador y muy por encima de los de cualquiera de quienes estarían interesados en competir. Un dato más: Rafael Reyes lleva una relación cordial con todas las autoridades estatales, es bien visto por las dirigencias de Morena (la estatal y la nacional), y tiene el apoyo del subsecretario Rabín Salazar, con quien le une una buena relación desde hace años.
En Morelos los números son optimistas para Morena en el 2021, pero no tanto para lanzar a cualquiera; el partido está mejor posicionado que los demás, pero su ventaja no es como la del 2018, cuando cualquiera ganaba.
post it
Los números que ha proporcionado la secretaría de salud en los últimos días sobre los contagios de covid son aterradores: El viernes hubo 839 personas contagiadas en tanto que el sábado se presentaron 1 mil 39 casos positivos, la cifra más alta registrada durante toda la pandemia.
Morelos se encuentra desde hace varias semanas en semáforo rojo, pero no ha disminuido la movilidad, ni se han desacelerado los contagios. Las autoridades de los tres niveles en los tres poderes han modificado su actuar tratando de frenar el ritmo de la pandemia, pero los esfuerzos hasta ahora han sido insuficientes.
El problema del apresurado ritmo de contagios ya no es culpa de ninguna autoridad, es la consecuencia de la irresponsabilidad de miles de ciudadanos que no entienden la gravedad de la crisis.
En el gobierno han suspendido múltiples actividades y se mandaron a su casa a la mayoría de los trabajadores, los juzgados están cerrados y todos los actos masivos fueron cancelados.
En un esfuerzo por mantener viva la economía se ha permitido la operación de algunos negocios bajo estrictas medidas de sanidad, pero en muchos casos las reglas las rompen los propios ciudadanos, olvidando que estas acciones buscan proteger su salud.
Digámoslo así: ¿De qué sirve que los abogados y muchos profesionistas no puedan trabajar, si los expendios de alcohol operan con total impunidad? ¿Qué tanto ayuda limitar la afluencia en centros comerciales, restaurantes y cadenas de autoservicio, si las chelerías hacen lo que quieren y dejan que la gente se aglomere sin ninguna protección?
El problema no es solo de los negocios, sino de aquellos que acuden a sabiendas del riesgo que implica hacerlo.
En un momento tan duro de la pandemia, con tantos contagios y muertes, también es vital mantener viva la economía; el problema no son las miles de personas que por necesidad salen a trabajar, sino los cientos de individuos que toman la enfermedad como un periodo vacacional y no respetan las medidas preventivas.
Hay personas que no creían en el problema hasta que les tocó vivir un caso cercano; muchas siguen sin creer en la gravedad de la situación a pesar de que ya vieron personas morir.
redes sociales
Las redes sociales pueden ser parte de una plataforma de campaña; que funcionen depende de la estrategia y del canal que se utilice para llegar a la gente.
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