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EN TERCERA PERSONA

¿Quién quemó a los migrantes de Camargo?

La masacre de Camargo. 19 cuerpos calcinados, 12 policías detenidos y un trasfondo que no acaba de aparecer.

El pasado 2 de febrero, la fiscalía general de justicia de Tamaulipas anunció la detención de 12 policías estatales que participaron en el asesinato y calcinamiento de 19 personas en una brecha de Camargo.

Desde el momento mismo de la masacre, cometida el 24 de enero, al personal encargado de la investigación le llamó la atención el hecho de que la escena donde esta ocurrió hubiera sido alterada y limpiada. Aunque uno de los dos vehículos incendiados en el lugar presentaba 103 impactos de bala, procedentes de armas de alto poder, no se encontró ningún casquillo en los alrededores.

Como se sabe, esto hizo pensar que la matanza había sido perpetrada por policías que habían intentado borrar las pistas que llevaran hacia sus armas de cargo.

El viernes pasado, la fiscalía informó que, con información “científica y tecnológica”, fue posible establecer que al menos 12 elementos del Grupo de Operaciones Especiales, GOPES, al mando de Horacio Rocha Nambo y Mayra Elizabeth Vázquez Santillana, habían tomado parte en la ejecución de un grupo de migrantes guatemaltecos y de las “estacas” del crimen organizado que los conducían a territorio estadounidense.

De acuerdo con la indagatoria, los GOPES, a bordo de 10 unidades, interceptaron una caravana que se movía hacia la brecha Rancho Piedra, entre la que iba la camioneta Silverado de cabina y media en la que los migrantes guatemaltecos eran transportados a Estados Unidos.

Las versiones recabadas hasta el momento indican que los elementos creyeron que se trataba de un convoy del crimen organizado. Hubo una persecución. Los GOPES abrieron fuego y dieron muerte a cuatro personas.

Al advertir que en realidad habían asesinado a migrantes, decidieron aniquilar al resto de los tripulantes de la Silverado.

Una mujer entrevistada por personal de la fiscalía relató que ese día patrullas “azul con blanco” pasaron a toda velocidad frente a su casa, cercana a la brecha de Santa Anita, persiguiendo varias camionetas. La mujer escuchó minutos más tarde una balacera y vio retirarse a los uniformados.

Los GOPES han sido certificados por el gobierno de Estados Unidos y en teoría son expertos en la lucha antinarcóticos, así como en tareas de contrainteligencia y contrainsurgencia.
Algunos de ellos fueron capacitados por el Departamento de Estado en materia de derechos humanos. Elementos de esta unidad estuvieron involucrados, sin embargo, en la ejecución extrajudicial de ocho personas, en noviembre de 2019, en Nuevo Laredo, Tamaulipas.

La “información científica y tecnológica” con que cuenta la fiscalía procede en su mayor parte de los teléfonos de los involucrados, que fueron empleados en la zona y a la misma hora en que ocurrieron los sucesos. Las declaraciones rendidas por los detenidos indican que se pusieron de acuerdo para sostener la hipótesis de que todo se trató de una confusión.

Se ha logrado determinar que, después de acribillar a los migrantes, los uniformados se trasladaron a Reynosa, en un viaje de casi una hora. Según fuentes cercanas a la investigación, la versión que han rendido es que se replegaron a aquel lugar porque “se hallaban en inferioridad numérica ante un convoy del crimen organizado” y acudieron en busca de refuerzos. En todo caso, después de masacrar a los migrantes y retirarse a Reynosa, los GOPES regresaron al lugar. Algunos dicen que para entonces las camionetas y los cuerpos ya se encontraban en llamas.

En el caso de tres de los elementos detenidos, sus armas no habían sido disparadas recientemente: todos los detenidos estuvieron en la brecha, aunque no todos abrieron fuego. Algunos investigadores esperan que sean estos quienes cuenten la verdad.

Ninguno de los vehículos oficiales, por lo demás, presenta impactos de bala: es claro que no se trató de un enfrentamiento.

¿Qué ocurrió? A los investigadores les intriga el hecho de que los uniformados hubieran incendiado vehículos y cuerpos. “Ya habían levantado los casquillos para que no se viera que los tiros venían de armas de cargo. ¿Para qué quemar los cuerpos? No iban a borrar nada haciendo eso y solo se echaban más problemas encima”, explica una fuente del gobierno del estado.

Una línea de investigación explora la posibilidad de que un grupo del crimen organizado hubiera hallado los cuerpos masacrados y los hubiera incendiado para “calentarle” la zona al grupo contrario. Y para subrayar, incluso, la brutalidad de lo hecho por los GOPES.

La verdad de la masacre de Camargo aún no ha salido a la luz.

En este hecho hay mar de fondo.

Ámbito: 
Nacional