Envasando 112 millones de vacunas
Ayer, en una inédita mañanera de domingo, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció un nuevo plan de vacunación. El evento en Oaxaca es una respuesta a los atrasos, críticas y la ansiedad por vacunas que simplemente no llegan.
Las pocas vacunas que han llegado ni siquiera han permitido saber si las brigadas, infraestructura, distribución y prioridades de aplicación tendrán la eficiencia requerida para empezar a tener un efecto en contagios y muertes. Con las pocas vacunas recién llegadas, pero más que las últimas semanas, algo sabremos a partir de hoy, que la población mayor de edad empezará a vacunarse.
Pero por más conferencias de prensa y misiones cumplidas que se anuncien, todo indica que estamos a muchos meses de lograr el impacto necesario para contener el virus.
Las apuestas mexicanas son, según los datos del gobierno: AstraZeneca, Cansino y Pfizer-BioNTech, en ese orden. Juntas suman 146 millones de dosis, aclarando que las 35 millones de Cansino “valen doble”, por decirlo de alguna manera, porque solo se requiere una dosis. Entre esas tres se podría inmunizar a 90 millones de mexicanos. Con un detalle: AstraZeneca y Cansino llegan a granel. De la primera llegó el primer envío el 18 de enero desde Argentina para preparar un millón de dosis en el laboratorio de Liomont, pero a la fecha no sabemos cuándo estarán listas, tanto que ayer el canciller explicó que por eso se pidieron algunas a la planta de India, ya envasadas. El primer envío de Cansino llegó la semana pasada —dos millones—y se fueron a envasar a Querétaro, vaya usted a saber cuándo entregan.
Si a esto le sumamos los líos de producción de Pfizer y sus broncas con la comunidad europea, sumado a que EU amarró buena parte de la producción inicial y no están dispuestos a echarnos la mano —vale la pena leer a Castañeda aquí: https://cutt.ly/XkV1nWs—, queda claro que las apuestas mexicanas van para largo y la atención y presión estará, muy pronto, en los laboratorios envasadores.
En estos días sobran las comparaciones entre países, y en México nos hemos concentrado en ver a Chile. Allá, la estrategia fue apostar por un laboratorio, al menos en este arranque, el chino Sinovac, que ha entregado 95 por ciento de todas las vacunas aplicadas allá. Mientras tanto, los niños mexicanos siguen sin ir a la escuela, los muertos continúan acumulándose y viene Semana Santa… y ya vimos las consecuencias del Lupe-Reyes.
@puigcarlos