Loca estrategia de vacunación
Las humillaciones en Ecatepec a decenas de miles de mayores de 60 años ilusionados con recibir sus vacunas contrastan con el servicio cordial, eficiente y hasta festivo que reciben las viejitas y viejitos en tres alcaldías capitalinas.
El pésimo y buen trato a ese sector vulnerable no está en manos de alguna institución sanitaria, lo cual es ilógico y absurdo, sino de las autoridades políticas, en estos casos paradójicamente correligionarias de Morena: el inútil presidente municipal Fernando Vilchis y la eficiente jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
La atención a los vacunables antes de la pandemia jamás fue dispareja en los tradicionales centros públicos de salud.
¿Por qué los ancianos de Ecatepec deben esperar más de un día para ser vacunados y en Xochimilco, Tláhuac e Iztacalco solo dos o tres horas?
La única explicación es el grado de eficacia operativa de la autoridad política, pero no habría mayores diferencias de haberse confiado en el Seguro Social, el Issste, Sanidad Militar y los servicios sanitarios públicos y privados de cada entidad, como ha ocurrido en las anuales campañas de vacunación contra la influenza.
El problema del desorden, la disparidad y las ofensas es que las decisiones las toma el gobierno federal usurpando las funciones de la única autoridad interinstitucional y multidisciplinaria que mandata la Constitución: el Consejo de Salubridad General, ideado para encabezar una auténtica estrategia de Estado en casos de contingencia sanitaria.
Caos, desorden, empujones, desorganización, protestas y bloqueos de vialidades, es lo que se vive en Ecatepec. El agravio tumultuario incluye el trato forzoso con los promotores del voto a Morena colados como “servidores de la nación”, que dan el premio de consolación de traslados gratuitos… a donde nadie garantiza que habrá las ansiadas vacunas.
En alto contraste, recepción con cajitas de lunch, rapidez, orden, filas delimitadas, apoyo de sillas de ruedas, atención comedida y hasta música de danzón para sacudir la polilla es lo que depara a los mayores de 60 que tienen la fortuna de vivir en Xochimilco, Tláhuac o Iztacalco, donde nadie tiene que pasar la noche a las afueras del deportivo ni la Prepa Uno para salir vacunado y feliz porque allí se respetan las citas por fechas, horas y apellidos precisos más un atractivo subliminal: si los hay, ni se notan los activistas de Morena.
Y a propósito de vacunas, a Ghana ya llegaron las primeras 600 mil AstraZeneca de la iniciativa Covax de la Organización Mundial de la Salud. Es el principio de la distribución de dos mil millones de dosis con que la ONU pretende apoyar a los países de bajos y medianos ingresos.
En vez del reproche que hizo, México debiera donar a Honduras o Haití parte de las pocas que ya tiene y de las que se ufana. Pudo hacerlo con las 20 mil que quién sabe por qué aplicó a profesores de Campeche cuando se ignora cuándo retornarán las clases presenciales…