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DÍA CON DÍA

Los riesgos del progreso en la pandemia

Nunca los seres humanos fueron tan fuertes ante una epidemia como ante el coronavirus, dice Yuval Harari en su texto “Lecciones de un año de covid” (https://on.ft.com/3ktDlLs).

Hay un progreso evidente en esta pandemia. Pero hay también riesgos inesperados. La peor pandemia que podemos imaginar en el futuro inmediato es la que venga de nuevos virus, desde luego, pero quizá la más devastadora sería la quiebra de lo que nos ha fortalecido en esta emergencia: la red de internet, que soportó el aumento exponencial de su carga.

Tres lecciones fundamentales que debemos obtener de esta pandemia son las siguientes, según Harari:

Primero, la necesidad de salvaguardar nuestra infraestructura digital, que ha sido nuestra salvación en esta emergencia.

Segundo, los países deben invertir mucho más en sus sistemas públicos de salud, cuestión que suena obvia, dice Harari, salvo porque votantes y políticos se especializan en ignorar lo obvio.

Tercero, debemos establecer un poderoso sistema global para monitorear y prevenir epidemias.

Cita obligada: “En la vieja guerra entre humanos y patógenos, la frontera es el cuerpo de cada quien. Si la línea se cruza en cualquier parte del planeta, todos estamos en peligro”.

Más riesgos del progreso alcanzado:

El extraordinario salto en los instrumentos digitales de vigilancia, desarrollados para rastrear y contener la pandemia, tiene un lado amenazante.

Nos hace accesibles como nunca a la inspección digital, pone en riesgo nuestra privacidad y abre espacio a lo que Harari no duda en llamar “regímenes totalitarios sin precedente” o “dictaduras digitales”. Harari sugiere tres formas de prevenir estos destinos.

Primero, todos los datos que es posible coleccionar y sistematizar hoy sobre el comportamiento de nuestros cuerpos, debe ser regulado para ayudar, prevenir y curar, no para manipular, controlar o dañar.

Segundo, la vigilancia debe ser de ida y vuelta. La sociedad tiene que poder vigilar a sus vigiladores con reglas de transparencia y rendición de cuentas que impidan el uso de la información en un solo sentido.

Tercero, hay que impedir que se concentre la información en una sola fuente, pues “el monopolio de los datos es la receta de la dictadura”.

El progreso es dual: mejora el mundo, sí, pero lo hace más complejo, y más riesgoso.

hector.aguilarcamin@milenio.com

Ámbito: 
Nacional