Les sobran motivos para protestar
Del previsible mayor grado de virulencia y vandalismo en las manifestaciones de hoy la culpa será menor de quienes cometan desmanes que de los alcahuetes de Félix Salgado Macedonio, encarnación viva de la violencia sexual en agravio de la mayoría femenina de la población mexicana.
La torpeza con que sus apoyadores han manejado el tema es combustible adicional a la indignación por los abusos acumulados que se traducen en cifras incendiarias: cuatro de cada diez mujeres mayores de 18 años han sido víctimas de hostigamiento, acoso, abuso y/o violación sexual. Y diez mujeres, en promedio, son asesinadas cada día.
Según la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, en 2020 se registraron 57 mil 495 denuncias de víctimas de lesiones dolosas: 158 diarias, siete por hora.
Del caso Salgado Macedonio, la diputada Martha Tagle declaró para Animal Político: “No se pide que se le mande a la cárcel sin un proceso penal, pero sí que haya una consecuencia política, que es no acceder a una candidatura. No le dan valor a la palabra de las mujeres, siguen los estereotipos de que ella se lo ganó. Para las víctimas no hay justicia, mientras que a él se le dejan a salvo sus derechos…”.
Contra la argucia de que los cargos en su contra “no se han probado” en tribunales y la minimización presidencial de que se le lincha por “politiquería” de imaginarios “adversarios”, la penalista Karla Michel Salas Ramírez, experta en feminismo y derechos humanos, le dijo al reportero Arturo Ángel: “Las denuncias están hechas antes de la época electoral, no se realizan con el objetivo de desprestigiarlo (…). Hay evidencia de que se presentaron denuncias. Que no exista una sentencia no significa que las denuncias sean falsas, lo que evidencia es que las instituciones de procuración e impartición de justicia no hacen su trabajo, no investigan, no sancionan a los agresores sexuales”.
De una de las varias acusaciones que se le hacen a Salgado se aduce la estupidez de que una de sus probables violaciones sexuales “ya prescribió” como delito. Se subestima que a la víctima, cuando quiso levantar la denuncia formal, el agente del Ministerio Público en Guerrero le dijo que mejor se fuera a su casa porque el sujeto era “muy poderoso”.
Cuando Salgado, en 2016, era director de La Jornada en ese estado, como reveló en su sitio digital Julio Astillero, drogó y violó a una trabajadora, primero en su casa y luego en su oficina del periódico en más ocasiones, bajo la amenaza de enviarle al esposo las fotografías en que la mujer, inconsciente y desnuda, estuvo en manos de este “popular” individuo.
“Todo va a estar bien, chiquita…”, consta en el acta ministerial que le dijo a la ofendida.
En la capital del país, el amurallamiento para proteger fachadas y monumentos es un lienzo tan descomunal como idóneo para plasmar la rabia colectiva.
Las mentadas de madre y los destrozos de hoy estarán dedicados a los del pacto para proteger al semental de Morena que se apoda El Toro…