La oleada migratoria de personas provenientes de Centroamérica y que buscan llegar a Estados Unidos ha obligado al Gobierno federal a desplegar operativos en los que participa el Ejército y la Guardia Nacional para ubicar migrantes.
Apenas el jueves, en un hecho inusual, 95 migrantes -centroamericanos y del Caribe- fueron detenidos en el Aeropuerto Internacional de Monterrey, Nuevo León, a donde llegaron en dos vuelos comerciales, uno proveniente de Cancún, Quintana Roo, y otro de Villahermosa, Tabasco.
De acuerdo con cifras oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés), en febrero fueron detenidos 100 mil 441 migrantes en la frontera con México, mientras que en el mismo mes del año pasado fueron 36 mil 687.
Para marzo, la cifra podría llegar a 120 mil arrestos, de acuerdo con estimaciones de la misma CBP, mientras que históricamente los niveles más altos de migración se registran en el verano.
También el viernes pasado, el Gobierno de México desplegó en Chiapas a 2 mil elementos de la Guardia Nacional, el Ejército, la Marina, el Instituto Nacional de Migración (INM), la Policía Estatal y Protección Civil, principalmente en municipios fronterizos con Guatemala, para evitar el cruce de migrantes indocumentados.
Mientras que, al otro extremo del País, en Tijuana, Baja California, un campamento de migrantes se ha expandido hasta superar las 200 carpas en la frontera con Estados Unidos, y sigue creciendo. Igualmente en Tamaulipas, cientos de migrantes han tratado de instalar un campamento en las inmediaciones del Puente Internacional.
Entre las dos fronteras mexicanas, las autoridades migratorias han intensificado los operativos de detección de migrantes en situación irregular.
En tan sólo tres semanas, entre el 25 de enero y 15 de febrero, el Instituto Nacional de Migración y las Fuerzas Armadas detuvieron a casi 2 mil migrantes en 50 operativos sobre trenes en Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Tlaxcala, Puebla y Estado de México.