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SERPIENTES Y ESCALERAS

La confianza de Morena

En la fábula, la tortuga le ganó a la liebre porque el mamífero se confió.

El partido gobernante anda confiado, seguro de que arrasará en las próximas elecciones, mantendrá el control de las cámaras y se llevará la mayoría de las gubernaturas y alcaldías en disputa. Los números así se los dicen: el presidente está bien calificado y la gente siente más simpatía por su partido que por el resto de los institutos políticos. Bajo esa lógica han decidido postular a quien sea porque confían que como en el 2018 la marca arrasará. ¿Qué podría salir mal?

El exceso de confianza siempre ha sido un mal consejero; lo es en el ciudadano común, en las empresas, en las instituciones, en los candidatos, en los partidos y en los gobiernos; el exceso de confianza nubla la vista, confunde el camino y hace cometer errores, porque se toman malas decisiones.

El primer error que está cometiendo el Movimiento de Regeneración Nacional es confundir la aprobación de Andrés Manuel López Obrador con la rentabilidad electoral del partido; suponen que AMLO y Morena son lo mismo y se equivocan: la gente no es tonta, entiende que se trata de dos cosas diferentes y separa su empatía con el presidente de México de la personalidad y actuación de su partido.

Veámoslo de esta manera: en promedio Andrés Manuel López Obrador tiene una aprobación nacional del 56 por ciento, es decir, casi seis de cada diez mexicanos están de acuerdo con la forma como que conduce el país. El caso de Morena es distinto: ahí las cifras se caen más de veinte puntos y en algunos estados, como en Morelos, el partido se ubica muy lejos de los números del presidente.

Electoralmente la ventaja del partido gobernante es que a lo largo del sexenio han gobernado a sus anchas, manejan a su antojo las dos cámaras y tienen el control de muchas instituciones; no han tenido oposición política porque los partidos de enfrente no han sabido retomar la agenda social del país ni encabezar la molestia ciudadana por los problemas que han surgido en los últimos años. La única oposición de Morena está en la sociedad civil, en los medios de comunicación y en las benditas redes sociales.

Algunos liderazgos nacionales de Morena se dan cuenta de lo que viene y ya han mostrado preocupación; hace unos días el coordinador de los senadores del Movimiento de Regeneración Nacional Ricardo Monreal reconoció públicamente que su partido no ganaría la mayoría parlamentaria como en el 2018 e hizo un llamado a los electores a canalizar su respaldo al presidente a través del voto en cascada a favor de Morena.

Eso difícilmente volverá a suceder porque Andrés Manuel López Obrador no estará en la boleta electoral y porque los candidatos de su partido están muy lejos de tener la personalidad, la trayectoria y el empaque político del oriundo de Macuspana. La selección de candidatos a los diferentes cargos de elección popular es uno de los grandes inconvenientes que enfrenta Morena antes de ir a campaña.

Un elemento que pesa en el Movimiento de Regeneración Nacional es la terrible conducción política del partido; antes del 2018 el proyecto de la Cuarta Transformación fue conducido directamente por Andrés Manuel López Obrador. Hoy no es así.

El manejo del partido ahora está en manos Mario Delgado, un tipo con una personalidad difícil al que se le ha complicado de todas las formas posibles la selección de candidatos; el diputado trató de imponer su visión sin tomar en cuenta la personalidad del partido ni detenerse en la importancia de conciliar intereses y respetar a los liderazgos regionales. Los morenistas no fueron capaces de ponerse de acuerdo para renovar sus dirigencias y esto se repitió hasta la definición de las candidaturas, de ahí el rompimiento que hay en muchos estados del país, incluyendo la tierra de Zapata.

Morelos es un ejemplo muy claro del desaseo que ha tenido Morena en su conducción partidista: aquí se combina la falta de respeto de la dirigencia nacional y la mediocridad del comité estatal; el resultado es lo que tenemos a la vista: división interna, candidatos poco rentables y rompimiento estructural.

Los abanderados morelenses del Movimiento de Regeneración Nacional deberán luchar primero contra el fuego amigo, es decir, contra aquellos que se quedaron en el camino y en campaña serán sus principales detractores desde las bases, entre la sociedad civil o en otros partidos. Aquí la campaña por la Cuarta Transformación se escuchará en dos lados: en la coalición Juntos Haremos el Cambio y en el Partido del Trabajo, cuya dirigencia se ha encargado de reclutar a todos los morenistas resentidos.

El comité estatal del partido gobernante no supo armar una propuesta integral que caminara unida en campaña, por el contrario, fueron los primeros en torpedear la alianza y magnificar el enfado de la militancia; ahora que están alineados al proyecto institucional siguen sin abonar a la unidad interna, insisten en avivar los enconos y dividir a las candidaturas obradoristas.

Al conocerse la oferta electoral del Movimiento de Regeneración Nacional queda claro que tras la muerte de Radamés Salazar el partido se quedó sin cabeza y sin guía, el senador era el que estaba construyendo la propuesta electoral del partido para el 2021 y en su ausencia no hubo alguien que entendiera el proyecto y retomara los trabajos.

Frente a la pobre oferta partidista de Morelos el partido oficial sigue siendo el más fuerte y de más alta rentabilidad en las urnas, pero los números advierten que desde hace tiempo dejaron de ser invencibles y no serán capaces de ganar con cualquiera, ni de la misma forma como lo hicieron en el 2018: sin estrategia de comunicación y solo colgándose de la imagen de Andrés Manuel López Obrador.

Igual que en las demás instituciones políticas lo que Morena necesita para ganar es unidad interna, buenos candidatos y un trabajo profesional de campaña. La unidad está descartada, buenos candidatos tienen solo algunos y la estrategia de campaña se ve en muy pocos casos.

La elección del 2021 representa una calificación para el presidente, pero en las urnas quienes deberán competir son los candidatos. Confiarse puede ser el primer paso para perder.

posdata

En los distritos federales 1 y 4 el Movimiento de Regeneración Nacional apuesta por la marca; cuando se dieron a conocer los nombres de los cinco candidatos a diputados federales de Morena la primera pregunta fue ¿Quién es Jorge Alberto Barrera?

La oferta natural en ese distrito era Alejandro Mojica, quien pese a ser un florero más en San Lázaro, tiene historia en la ciudad y cierto reconocimiento en algunos sectores de la población por su estilo bohemio y su gusto por las motos y las damas. A Alberto Barrera solo lo conocen en su casa y ahora por ciertas fotografías comprometedoras que circulan en las redes sociales.

En el caso del distrito cuatro la historia es más o menos similar: ahí ganó Jorge Argüelles y necesitaban alguien que compitiera en su lugar; eligieron a una diputada plurinominal que también es un florero de la 4T suponiendo que la ola obradorista hará el resto en un territorio complejo, peligroso, donde habrá muchos grupos de poder apoyando a otros candidatos en la campaña.

En el distrito 1 se le abre la posibilidad de que gane Gabriel Haddad y en el 4 la sorpresa la puede dar Amado Orihuela. Los mejores aliados de la oposición están en Morena

nota

Antes de la elección interna del Partido Revolucionario Institucional, siendo diputado local allá por el año 2011 Amado Orihuela buscó la presidencia estatal del partido con el argumento de que no trataría de ser el candidato a la gubernatura. Necesitamos orden y unidad interna para alcanzar el objetivo común que es recuperar la gubernatura, me comentó en aquellos tiempos el botudo personaje acompañado de su fiel escudero Matías Nazario Morales.

Lo que ocurrió después es por todos conocido: convenció a sus correligionarios para que lo hicieran dirigente; desde la presidencia se apoderó de la candidatura y de esa manera logró lo que parecía imposible: perdió la elección del 2012 frente al PRD.

Desde entonces a la fecha la historia política del líder cañero ha sido la misma, ha ido dando tumbos y perdiendo espacios; hace unos meses se le veía como el seguro candidato a la diputación federal tricolor por el cuarto distrito y de repente apareció formado en las filas de Morena solicitando su inscripción como candidato.

Este fin de semana, unos minutos antes de que Morena hiciera públicas sus candidaturas federales en Morelos Amado Orihuela apareció en una fotografía presentándose como candidato del partido Fuerza por México a diputado federal por la cuarta circunscripción. El bigotudo personaje tiró a la basura su chaleco guinda, colgó el naranja al lado del rojo y se compró uno color de rosa para enfrentar a la candidata de Morena.

La inscripción de Amado Orihuela en el proceso interno de Morena podría ser motivo para que algún otro candidato, ciudadano o partido impugne su postulación, aunque en el análisis de Fuerza por México no habría justificación para denunciarlo porque aunque el expriísta sí se registró en el Movimiento de Regeneración Nacional, en FxM su postulación es por designación.

Más adelante sabremos si alguien se anima a judicializar su candidatura; lo pueden hacer convencidos de que se trata de un acto ilegal o simplemente para ponerle piedras en el camino.

Algo es cierto: Amado Orihuela tiene liderazgo en su zona y será la competencia más fuerte de Morena; con la diputada Brenda Espinoza Morena repite la lógica de mandar a competir a cualquiera, confiando que la marca ganará por si sola.

post it

Morelos pasa a partir de este día al semáforo amarillo en materia de covid; el cambio ocurre justo en semana santa, cuando se espera una importante llegada de visitantes.

Los problemas graves de coronavirus en el estado empezaron hace un año después del periodo vacacional de semana santa, tras la visita de miles de turistas; hoy el panorama se repite y ello abre la puerta a una tercera oleada de covid:, si la gente olvida que seguimos en pandemia y deja de lado las medidas de sanidad, la crisis se repetirá.

Para el sector productivo la temporada vacacional es la esperanza para reactivar la economía, pero entienden que esto también puede representar un retroceso si actuamos irresponsablemente.

El mensaje es claro de parte de las autoridades de salud y de los tres niveles de gobierno: si sales, hazlo con cuidado, sin descuidar la sana distancia, el uso de cubrebocas y el lavado de manos; pero si puedes quédate en casa.

redes sociales

Aunque complicado, el modelo sanitario implementado por la Universidad de Morelos para la vacunación covid funcionó. La inmunización directamente en autos fue efectiva, más cómoda para los adultos mayores y redujo el riesgo de nuevos contagios. ¿Alguien más en México ha vacunado en auto?

Aplaudamos el esfuerzo de nuestra máxima casa de estudios, del personal que aplicó los biológicos y de la rectoría por su esfuerzo.

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