El gobierno estadounidense criticó al mexicano por la imposición de barreras a la inversión que deterioran el clima de negocios, sobre todo en el sector energético.
En el reporte Barreras extranjeras al comercio de la Oficina de la Representación Comercial de Estados Unidos se explicó que en 2020 hubo restricciones a la inversión privada, tanto en electricidad como en hidrocarburos.
Ello aumentó las preocupaciones de inversionistas porque se deterioró el clima de negocios.
Por ejemplo, México restringió la participación privada en el sector eléctrico al cancelar la cuarta subasta de energías limpias.
“Los inversionistas están cada vez más preocupados porque México debilita la autonomía política de los reguladores independientes”, expuso.
La autoridad estadounidense expuso que el gobierno mexicano pidió a los reguladores del sector energético restablecer el control del Estado sobre esa industria y evitar que CFE y Pemex pierdan participación de mercado con respecto a la inversión privada.
Empresas del sector energético estadounidense se quejaron de retrasos en la entrega de permisos, una aplicación discriminatoria de las regulaciones, y falta de avisos en torno a cambios en la política regulatoria.
“Estados Unidos ha expresado sus preocupaciones con México sobre el deterioro climático para los inversionistas estadounidenses del sector energético en México”, expuso.
El reporte, que analiza 2020, no hace mención sobre la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica ni a la iniciativa para reformar la Ley de Hidrocarburos.
Otras barreras
En el documento, la Representación Comercial estadounidense enlistó una serie de temas en los que consideran que hay barreras que los afectan, por ejemplo, los impuestos para plataformas de servicios electrónicos o la falta de una implementación total de la reforma de telecomunicaciones.
Ven barreras en el servicio electrónico de pagos, servicios audiovisuales; así como reducción de recursos a las agencias gubernamentales encargadas de cuidar la propiedad intelectual.
Así como en las legislaciones para otorgar contratos del sector público a proveedores como lo hecho en la ley de proveeduría para productos farmacéuticos y equipo médico.
Consideró que hay berreras sanitarias para papa fresca, frutos secos, productos biotecnológicos y algodón biotecnológico.
Además, en el documento se advierte que mediante las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) hay un incremento de barreras, porque se “crean nuevas pruebas y requerimientos de certificación para productos que previamente no fueron sujetos a ninguna NOM, creando nuevas barreras a exportadores estadounidenses”.
Por ejemplo, en equipos médicos, insumos y farmacéuticos se hicieron cambios sobre registros y requerimientos de pruebas por parte de la Cofepris.
La representación estadounidense expuso que la autoridad mexicana también emitió un decreto para eliminar paulatinamente el uso del glifosato; aumentó barreras técnicas sanitarias y fitosanitarias como lo hizo a bebidas alcohólicas, quesos, etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas, la ley general de salud, entre otras.
Otra barrera no tarifaria que advirtió Estados Unidos es que el gobierno dejó de dar licencias de importación automáticas.
T-MEC, una prioridad
El viernes de la semana pasada, la titular de la Oficina de la Representación Comercial de EU, Katherine Tai, expresó a la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, que para su país es prioritaria la completa implementación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Otros temas clave para la agenda bilateral son la reforma laboral que aprobó el Congreso en 2019, así como la recuperación económica ante la pandemia.
Ambas funcionarias destacaron que la colaboración es prioritaria para seguir construyendo una región más fuerte.
La relación comercial entre México y Estados Unidos genera un millón de dólares de intercambio por minuto en industrias como la agropecuaria, de aparatos médicos y automotriz.