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La ambición de Graco arrasa con todo

Sin límites en su ambición y sin contrapeso que se lo impida, el desgobernador Graco Ramírez, cual plaga, va arrasando con todo a su paso: nueva Ley del Instituto de Crédito, la respectiva del Transporte, la que eventualmente permitirá auditar a la Universidad ¿Autónoma? del Estado de Morelos, entre otras lindeces que no tienen más objetivo que hacer negocio, el acceso al jineteo de dinero ajeno y a río revuelto a cada quien sin nada y al tabasqueño lo que quiere suyo, y de paso eliminar a los rivales de cara a 2018. Nada de eso es de extrañarse, porque mucho hace conocíamos de su agandalle y oportunismo. La pregunta es por qué los afectados ni el resto lo han impedido…

Los ¿beneficiarios? de la existencia del Instituto de Crédito, nada más casi todos los trabajadores al servicio del estado, se han encontrado con que sus respectivos patrones retienen sus cuotas, pero no las canalizan a la institución. Ya en manos de Graco y amenazados como tiene a todos los patrones de los trabajadores públicos, no les irá mejor, porque ahora sí harán las aportaciones, pero so pretexto del saneamiento, el desgobernador ya se frota las manos de esa tajada.

Por lo que hace al Morebulto del desgobernador, su solución al transporte en la entidad es inundar de más vehículos este azaroso estado que carece de vías de comunicación adecuadas y que se ahoga en el intenso tráfico peor que el Periférico contaminando a granel porque ni verificentros hay, pues ese es otro negocio en puerta. Ni modo. Algo tenía que argumentar, aunque fuera absurdo. Pero el objetivo real es eliminar a Rutas Unidas y deshacerse de su sempiterno líder cuyo ingenio y estrategia se agotó siempre en el chantaje y los bloqueos, para quedarse con el negocio, como en el resto del estado.

De la Universidad ya para qué hablamos, porque el Rector que soñaba -¿sueña?- ser candidato a desgobernador utilizando los recursos de la máxima casa de estudios para promoverse y darse la gran vida, tuvo dos veces contra las cuerdas al tirano, pero ni hablar, efectivamente de política, estrategia y objetivos no sabe nada. Ahora pide limosna para no terminar en la cárcel después de las eventuales auditorías que le practicarán. El problema es que por su candidez –aunque en otros sitios le llaman de otra manera- la Universidad perderá su autonomía, la cual es imposible sin la capacidad de su propio presupuesto. Graco, a través del Congreso, hará legal lo que ya practicaba: quedarse con el dinero que llegaba desde la federación. Y sí, sorpresas te da la vida: a Graco le corrieron del Consejo Universitario a su chalán Manuel Martínez Fernández y hasta presumieron que creaban un nuevo órgano de gobierno netamente universitario. Pero queda claro que no sólo a los avestruces, sino a otros muchos, no se les ve la cabeza cuando sienten miedo, porque la tienen escondida en la tierra. Y que conste que ni porque ellos también se han dado la gran vida que van a perder, junto con la sucesión en Rectoría –lo cual ya no importa mucho si Graco se queda con el dinero-, ni por eso dan señales de vida.

Visto como está a lo largo de lo que lleva de administrar la riqueza de Morelos para unos cuántos, por las afectaciones, no hay sector alguno ni región de este estado que se salve de la voracidad. Por eso pregunto nuevamente: ¿dónde están los afectados?

Siguen, pues, las malas noticias para esta noble tierra: puesto que no hay quien le ponga freno, en puerta hay nuevos negocios y ampliación de controles hasta alcanzar la sucesión con alguien a modo para continuar devastando la entidad. Y, para colmo, tampoco hay quien lo impida.

Se puede entender que paulatinamente Graco se haya apoderado de las instituciones y eliminado los contrapesos y que por la vía legal no hay mucho que hacer porque se ha erigido en juez y parte en su beneficio, utilizando las instituciones contra los enemigos.

En contraparte, sólo hemos visto marcha tras marcha sin objetivos, ni siquiera buscando ser escuchados, sin pliego petitorio, sin obligar al seudoemperador a sentarse a atenderlos, a sabiendas de que no los ve ni los oye, y porque qué podría responder cualquiera a ninguna pregunta, si no hay exigencia concreta. Pasan a espaldas del Palacio para que les tomen la foto los esbirros del tirano a fin de engrosar el expediente gubernamental de los que están en su contra, identificados mucho hace, y que agradecen la cortesía de que vayan a exhibir cómo lucen ahora para no perderles la huella y, eventualmente, enviarles un regalito vía Mando Único u alguna otra agencia gubernamental o del resto de los incondicionales.

Pero hasta ahora es la única manera que el pueblo de Morelos ha reaccionado ante el gobierno autoritario. Visto está que no basta.

Pesa pedir que el que no haya sido afectado por Graco, que le tire la primera rosa. Quedan, naturalmente, exceptuados esbirros, utilitarios y los suyos.

Si se agotó la imaginación, hay que echar un vistazo a cómo combaten en otras latitudes las calamidades de los gobiernos autoritarios sin violencia.

Y más vale que sea pronto.

El desgobernador tiene prisa por consumar su obra…

 

 

 

 

 

 

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