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DUDA RAZONABLE

El lado más conservador de la 4T

En estos días en que el Presidente regresó al caso Cassez-Vallarta hemos vuelto a recordar los años,16, que Israel Vallarta lleva en prisión sin que el sistema haya decidido si es inocente o culpable. Por supuesto que Vallarta no es el único caso así, hay miles y miles, pero debo confesar que me sorprende que el escándalo no sea solo aquella puesta en escena de la Policía Federal sino, sobre todo, la barbaridad que es que no se puede terminar un proceso legal en tres lustros.

En 2008, después de años de activismo, trabajo, reflexión y política, se logró hacer realidad y plasmar en la Constitución y las leyes una reforma profunda e inteligente del sistema de justicia penal que como pilar fundamental tenía el concepto de presunción de inocencia. Es decir, todos somos inocentes hasta que un juez diga lo contrario.

Desde su nacimiento la reforma encontró las resistencias de gobiernos estatales y del propio gobierno federal, nunca plenamente convencido de lo que había hecho. También se resistieron organizaciones de abogados, ministerios públicos, policías y hasta activistas de la sociedad civil que supuestamente defendían víctimas. Todos beneficiarios del viejo sistema penal.

Lo profundo y amplio de la reforma necesitaba de muchos recursos, ideas y voluntad para su implementación. Los tuvo siempre a cuentagotas. En los años de implementación, muchos gobernadores, fiscales y policías pusieron en el nuevo sistema, sin prueba alguna, la responsabilidad por el aumento de la delincuencia e impunidad. “La puerta giratoria”, gritaban sin explicar ni rendir cuentas sobre su incapacidad para investigar y probar delitos sin torturas ni falsedades, la verdadera razón de lo que se quejaban.

Para su fortuna, llegó la 4T que, en los hechos, aumentando el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva ha llenado de inocentes las prisiones. Poco más de 218 mil personas están en las cárceles. En los últimos 12 meses han llegado 16 mil. Cuatro de cada 10 de quienes están en prisión no han recibido sentencia. Es la población que más ha crecido en las prisiones.
Hasta 4 de cada 10 presos no hanrecibido sentencia

El Presidente presume todos los días la cantidad de delitos que ahora son “graves”, que en realidad significa que tienen prisión preventiva. Nada es tan conservador como la manera en que se ha sepultado la presunción de inocencia y el nuevo sistema penal acusatorio.

Carlos Puig

@puigcarlos

Ámbito: 
Nacional