Junio: diseño de una elección de Estado
En las elecciones de junio, el gobierno conservará muchos votantes, pero no tantos creyentes como en 2018. Los votantes gobiernistas de 2021 no vendrán tanto de las arrolladoras ganas de creer que marcaron 2018.
Vendrán de la popularidad del Presidente y sus partidos, desde luego, pero también de la injerencia gubernamental en las elecciones, del discurso partidista del Presidente, de la movilización profesional de los votantes y del cobro de los programas sociales.
No serán fundamentalmente votos de premio a las promesas cumplidas del gobierno, sino a la popularidad que queda de la promesa y a la puesta en marcha de algo muy parecido a las antiguas elecciones de Estado.
El resumen de Carlos Tello Díaz aquí en MILENIO es elocuente: “En 2006, López Obrador condenó la intervención del presidente de México en favor del PAN. Hoy, en 2021, hace él mismo lo que condenó: dar a su partido, en las elecciones, el apoyo decidido del Estado.
“Todas sus conferencias hacen campaña, todas las mañanas. Todos sus programas de gobierno son electorales: los subsidios de Sembrando Vida, los apoyos de Jóvenes Construyendo Futuro, las becas Benito Juárez, las pensiones para los Adultos Mayores.
“Los superdelegados que operan en todos los estados tienen estructuras indiferenciadas entre gobierno y partido, al igual que los servidores de la nación.
“Incluso las brigadas para la vacunación contra el covid tienen un sesgo partidista en México” (MILENIO: https://bit.ly/3t6XfOS).
Conforme la elección se acerca parece más intenso y desnudo el discurso del Presidente en ese rumbo. Ya que no han podido alinear al INE, el senador Monreal lo amenaza con una desaparición fast track si Morena no gana las elecciones.
Ante los fallos adversos a Morena del Tribunal Electoral, el Presidente amenaza con desaparecer todos los órganos autónomos para regresarlos a las secretarías de Estado de donde nunca debieron salir.
El diseño y la intención de tener una elección de Estado en junio son bastante claros. Otra cosa es que el diseño funcione y que la operación dé resultados. Porque en medio están las urnas no controladas por el gobierno y el voto libre de la gente.
No hay elección de Estado que resista una votación copiosa y libre.
Héctor Aguilar Camín