¿“Transformar” lo que se aniquila?
1. La descomposición de la vida pública registra niveles de alarma con las pretensiones de absorción de los otros dos poderes por el Ejecutivo y el amago de exterminar instituciones autónomas que no son parte del gobierno sino estructuras clave del Estado mexicano.
El fast track para “enjuiciar” al gobernador opositor de Tamaulipas y la posposición del desafuero del diputado pederasta de Morena son repugnantes aderezos del potaje que la 4T cocina para seguir envenenando a la sociedad.
De lo degradado y extinguible sobresalen el Programa de Estancias Infantiles, la CNDH, la Comisión Reguladora de Energía y la absorción del ex autónomo Conapred.
2. Se juanitiza el proceso electoral en Guerrero y todo indica que el sarcasmo ley Criadillas con que aquí puse en duda que se llegaran a destruir el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal constitucional en la materia se hará siniestra realidad: un homenaje del pendenciero Movimiento de Regeneración Nacional a los testículos del sujeto a quien apodan El Toro.
El que la encuesta de Morena para seleccionar candidata al gobierno guerrerense, bajo el nombre de Evelyn Salgado apareciera entre paréntesis la frase hija de Félix Salgado, retrata lo indecente del proceso y proyecta la abominable proclividad a heredar los cacicazgos.
La estigmatización de los consejeros y magistrados electorales llega inclusive a pretender encarcelarlos, tal como lo advirtió el padre sexópata de la que pinta como próxima gobernadora.
En milenio.com, Sandra Romandía (ganadora de la beca María Moors Cabot de la Universidad de Columbia), bajo el título Acapulco, Caro Quintero y la hija de Félix Salgado, publicó ayer los narconexos de la candidata súbita, y este domingo también, en El Universal, Sabina Berman escribió que “el costo de la pantomima en Guerrero ha sido inmenso para Morena y el Presidente. Por lo pronto, ambos ya perdieron el derecho a llamarse superiores moralmente”.
3. Desde 2018, atemorizados detractores de Andrés Manuel López Obrador vaticinaban que su gobierno tendría el mismo sello populista y populachero que imprimió en el suyo Luis Echeverría. Nada más falso. Señalado como el cerebro de la represión militar en 1968 (el jefe del Ejército era su jefe Díaz Ordaz, quien asumió toda la responsabilidad), así como de la matanza del Jueves de Corpus del 71, aquel ex presidente no fue chatarrizador sino creador de instituciones como el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), en Consejo Nacional de Fomento Educativo, el Centro de Estudios de Métodos y Procedimientos Avanzados de la Educación, el Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la Universidad Autónoma Metropolitana.
Por el contrario, si algo distingue al gobierno de la 4T no es la creación o consolidación de instituciones, sino su aniquilación, sobre la falaz y destructiva tesis de que nada de lo hecho en 36 años sirve.
México en vilo…
Carlos Marín