Incognitapro

SIN RODEOS

El Senado que respetaba al Poder Judicial

Extracto del discurso que pronuncié como presidente del Senado ante el Ejecutivo Federal, el presidente de la Suprema Corte y el de la Cámara de Diputados (Marzo-15-2005):

El Senado de México, por mi conducto, saluda su presencia en este recinto y la estima como un acto con profundo sentido republicano. Sean ustedes bienvenidos.

Conmemoramos el aniversario 180 del nacimiento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; fue en el año de 1814, en Ario Rosales, Michoacán.

Tiempos aquellos en que moría el Imperio y nacía un Estado Nacional: el México de hoy.

Ese pasado de luces y sombras nos enseña que sólo en el respeto a la Ley y a las instituciones se logra la armonía y el progreso de los pueblos, y la tranquila convivencia de las personas.

Por eso son relevantes las palabras del presidente de la Suprema Corte al afirmar que el Poder Judicial jamás debe sucumbir ante la presión de los poderosos, y que la justicia reclama, inexcusablemente, el sometimiento de todos ante la Ley.

Con frecuencia el poder social, económico o político de los individuos desafía al poder del Estado; como también, no pocas veces, agentes del gobierno atropellan alevosamente los derechos de los ciudadanos.

En ambos casos la noble misión de impartir justicia ha de quedar a cargo de instituciones integradas por personas honestas, capaces y valientes, dispuestas a interpretar y aplicar la ley con rectitud, no a legislar; haciendo valer el Estado de derecho, al margen de intereses personales o de facción.

Todos sabemos que nada erosiona más al tejido social que la transgresión del orden jurídico, y el mayor de los agravios se da cuando su origen se halla en el comportamiento de autoridades. Por eso, a la institución jurídica más noble de nuestro sistema la encontramos en la Ley Reglamentaria del artículo 107 Constitucional, a través de la cual el Poder Judicial de la Federación ampara y protege al ciudadano de los excesos de la autoridad.

Señoras y señores: es amplia y trascendente la agenda legislativa en materia de seguridad pública y de procuración e impartición de justicia. El Senado de la República se aplica en esa tarea y hace votos porque México cuente con un Poder Judicial Federal con mayor independencia y autonomía, cada vez más fuerte, respetado y respetable.

El Senado de la República seguirá manteniendo una relación respetuosa y de cooperación con el Poder Ejecutivo Federal y con el Poder Judicial de la Federación. Así lo manda la ley y así lo exige el bien de México.

Los senadores sabemos que las instituciones cuidan el alma de los pueblos y trascienden a los seres humanos, porque nosotros somos patria que pasa, y la patria, si preserva sus instituciones, es inmortal. Gracias.

Este 6 de junio debemos coadyuvar a que regrese el respeto a la ley y a las instituciones.

Diego Fernández de Cevallos

Ámbito: 
Nacional