Fue absuelto del delito de delincuencia organizada tras permanecer en el penal del Altiplano en el Edomex
ALMOLOYA DE JUÁREZ.
Héctor Luis El Güero Palma abandonó el penal federal El Altiplano, en el Estado de México poco antes de las 2 de la mañana de hoy.
En cuanto pisó la calle, decenas de elementos de la Agencia de Investigación Criminal lo recapturaron y después lo subieron a un vehículo blindado que fue escoltado por una veintena de unidades rumbo a las oficinas de la Fiscalía General de la República (FGR), en particular a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido), en la Ciudad de México.
En punto de la 01:53 horas de hoy, las puertas de la garita del Cefereso Número 1 se abrieron para permitir la salida del hombre identificado como uno de los líderes del Cártel del Pacífico, quien iba vestido con una playera de color oscuro.
Los agentes federales le cumplimentaron un mandamiento judicial al tiempo que se escucharon reclamos de supuestos familiares e integrantes del cuerpo de su defensa.
Visiblemente enojado, pidió sus lentes y después de leer subió al vehículo blindado que partió custodiado por elementos de la Guardia Nacional y de la AIC con rumbo a la Ciudad de México.
Hasta el cierre de esta edición el organismo autónomo no informó cuáles eran los cargos que motivaron la nueva detención de El Güero Palma.
El pasado fin de semana, el sábado 1 de mayo, el secretario en función de juez del Segundo Juzgado de Distrito en Materia Penal del Estado de Jalisco, Víctor Francisco Chávez Romero, absolvió a Palma Salazar por el delito de delincuencia organizada, en la modalidad de delitos contra la salud.
En su resolución, el juez indicó que la libertad era sólo por esa causa penal, por lo que las autoridades federales iniciaron una búsqueda en fiscalías estatales y en Estados Unidos, para saber si el liberado tiene procesos pendientes por otros delitos.
Ayer lunes, el lugarteniente de Cártel del Pacífico y cómplice de Joaquín El Chapo Guzmán había solicitado un amparo ante incomunicación y tortura por parte de las autoridades del penal Altiplano, por lo que se concedió una suspensión de plano.