El mejor policía de México
“Meto mas las manos al fuego por él”, decía Sergio Estrada al defender a Agustín Montiel.
La llegada de Agustín Montiel López a la jefatura de la Policía Ministerial en el gobierno de Sergio Estrada Cajigal marcó un antes y un después en la historia criminal de Morelos; la oficina era operativa, de mediano nivel en la estructura del gobierno estatal, pero en ese sexenio se convirtió en un ente muy poderoso con un titular con más influencia que la mayoría de los secretarios del gabinete. El Sicler no era solo un duro jefe policiaco, también era amigo íntimo del gobernador y fue considerado por las autoridades del gobierno federal como empleado de narcotraficantes.
La época de Jorge Carrillo Olea fue complicada para Morelos porque en ese periodo aumentaron exponencialmente los secuestros; ya se hablaba desde entonces que el estado era punto de reunión de capos de la droga, pero se le consideraba una zona neutra donde vacacionaban, asentaban a sus familias, pero no se traficaba con droga ni se generaba violencia. De repente las cosas cambiaron.
La investigación que realizó la Procuraduría General de la República respecto a la actuación de José Agustín Montiel López derivó en su captura cuando este fue llamado a declarar a las oficinas centrales de la PGR; acompañado de otro comandante (Raúl Cortés Galindo “El Mico”) el Sicler entró confiado y tras declarar, cuando salía, fue interceptado por elementos federales, quienes le informaron su detención, le leyeron sus derechos e inmediatamente lo recluyeron acusado de tener vínculos con el narcotráfico.
La noticia cayó como bomba en Morelos pese a que en ese tiempo aún no existían las redes sociales; en cuanto trascendió la captura del poderoso jefe policiaco todas las alarmas se encendieron en el gobierno estatal y el propio gobernador se escondió, pues temía que pudiera ser señalado por su amigo y empleado, a quien todos en Morelos identificaban como el funcionario más poderoso de su gabinete.
Antes de ser detenido por el gobierno panista de Vicente Fox Quesada, Agustín Montiel López se construyó una dura reputación en Morelos. Su nombramiento era de Jefe de la Policía Ministerial (hoy Policía de Investigación Criminal), pero su fuerza era superior a la del propio procurador.
Agustín Montiel López influía totalmente en Sergio Estrada Cajigal y no dudaba en hacerlo saber y sentir a todos; su trato con el resto del gabinete era agresivo, pero nadie chistaba porque todos sabían que el comandante era íntimo del gobernador, acordaba directamente con él y compartía sus gustos por las mujeres, el alcohol y otras cosas que en ese gobierno utilizaban para entretenerse.
Socialmente Agustín Montiel era temido y repudiado, todas las organizaciones civiles y defensoras de los derechos humanos lo cuestionaban por ser un torturador, por fabricar delincuentes y violentar la integridad de las personas. Nada de eso le importaba al Sincler porque se sabía poderoso, protegido por el gobernador y cómplice de los mas cercanos amigos de Sergio Estrada, como Eduardo Becerra Pérez, Alejandro Villarreal y Francisco Moreno Merino.
Fue durante ese periodo de gobierno cuando la Procuraduría General de Justicia comenzó a transformarse, cuando iniciaron los tiempos oscuros y la delincuencia se incrustó en la institución. Ahí aparecieron las primeras ejecuciones, como la del comandante Luis Alain Pano Vega, quien acababa de salir de la oficina de Agustín Montiel con una maleta llena de dólares cuando fue alcanzado y acribillado por sujetos desconocidos. El crimen nunca se aclaró, pero la maleta con dólares si fue encontrada y regresó a las instalaciones de la PGJ, dicen que oliendo al perfume que usaba el Sincler.
Los excesos cometidos por el jefe de la policía ministerial fueron muchos y no tenían límites, de ahí los constantes roces públicos que tuvo con el entonces procurador José Luis Urióstegui; varias veces el titular de la PGJ se manifestó en contra de Montiel, hizo público su desacuerdo con la forma como se desempeñaba e incluso destituyó a varios elementos de la policía ministerial, pero nada de eso funcionaba porque la influencia de Montiel con Sergio Estrada era mucha y el gobernador siempre lo respaldaba “Es el mejor policía de México… meto las manos al fuego por él” decía siempre.
La situación en la policía ministerial se fue calentando rápidamente al grado que Montiel López comenzó a volverse parte del organigrama político del estado: acudía a las reuniones oficiales del congreso, participaba en el gabinete y opinaba abiertamente de los actores políticos y sociales; Sergio Estrada comenzó a utilizar a Montiel para que interviniera en temas de corte social, como el de Tetela del Volcán y también se encargaba de desarticular cualquier muestra de inconformidad ciudadana con el estilo que ya todos conocían. De ahí derivó la renuncia de Urióstegui como procurador.
El cambio en la Procuraduría General de Justicia de Morelos fue lo que Montiel Buscaba; sin la incómoda presencia de José Luis Urióstegui tomó el control absoluto de la institución y dio rienda suelta a sus actuaciones. En ese momento la policía ministerial de Morelos ya hacía de todo: defendían grupos criminales, encabezaban bandas delictivas, protegían cárteles de la droga y reprimían a los inconformes con el régimen sin que nadie se los impidiera; el siguiente procurador fue un florero que nunca se atrevió a cuestionar al poderoso Sincler.
Fueron tantos los abusos y excesos de Montiel López que en algún punto su gente tocó a alguien cercano al gobierno federal e hizo que la PGR volteara a ver lo que ocurría en Morelos. Entre tantas extorsiones y arbitrariedades, un día el Sincler lastimó a una familia relacionada con la presidencia de México, particularmente con Martha Sahagún. Ahí la suerte del jefe policiaco quedó echada.
A pesar de que existían innumerables acusaciones en su contra nadie esperaba que Agustín Montiel López fuera a ser detenido, en Morelos se sabía de la estrecha relación que guardaba el gobernador con el presidente, pero más tarde se supo que fue la misma Secretaría de Gobernación quien solicitó al mandatario estatal que removiera a su jefe ministerial antes de que fuera tarde. La arrogancia de Sergio Estrada era enorme y no hizo caso porque se sentía plenamente protegido por el presidente; posteriormente se enteró que la orden de actuar fue dada por el propio Vicente Fox.
La captura y encarcelamiento de José Agustín Montiel López representó un muy duro golpe para Sergio Estrada Cajigal, a partir de ahí la suerte de su gobierno cambió, el mandatario se quedó sin protección política federal y perdió su respaldo ciudadano. Entonces comenzaron a notarse sus excesos personales y las torpezas que cometía como jefe del ejecutivo. Sin el halo presidencial y sin la simpatía popular quedó expuesta la persona tal cual es: torpe, frívolo, acosador, agresor de mujeres, impulsivo y corrupto.
Sergio Estrada Cajigal fue llevado a juicio por el congreso local, pero el proceso no avanzó porque a través de Maricela Sánchez Cortés compraron a un diputado local (Gustavo Rebolledo) y evitaron por un voto que el juicio procediera; también hubo un panista que intervino con el presidente de México para que el mandatario morelense no fuera destituido: Marco Adame Castillo, en ese momento senador de la república y consejero presidencial habló con Vicente Fox y le explicó los alcances de una posible destitución y el costo que representaría para el partido. El presidente aceptó.
¿Por qué lo salvaste? Le pregunté en ese tiempo a Marco Adame “Porque si lo destituyen perdemos la gubernatura en la próxima elección”.
En la siguiente entrega seguiremos con el tema: “De mi bragueta para adentro”
posdata
La cancelación del registro a personajes que usurparon las candidaturas indígenas merece un análisis más allá del hecho que quedaron fuera del parlamento. En todos los casos hablamos de un abuso, un acto de simulación, un acto ilegal cometido en complicidad con las dirigencias de sus partidos.
Cualquier caso que analicemos sobre este hecho es reprobable: el de la dirigente estatal del sindicato de maestros, Gabriela Bañón, quien lleva varios años sacando provecho individual de la representación sindical y en el colmo del abuso se inscribió como primera candidata al congreso por la vía plurinominal. Obvio: la secretaria general de la sección 19 del SNTE controla al partido Nueva Alianza, pero sabe que su liderazgo es de papel, ficticio, incapaz de proyectarla a una curul por la vía de los votos, por eso no se atrevió a competir como lo hacen otros candidatos.
Luego está la familia Yáñez, quienes desde hace varios años vienen saltando de una posición plurinominal a otra sin recato: Julio y Roberto ya fueron diputados, lo mismo que Laida, la esposa del hermano menor; ahora la propuesta es que llegue la esposa de Roberto, también por la vía plurinominal, como lo han hecho los tres anteriores los últimos nueve años. De un tiempo a la fecha los hermanos Lelos se han convertido en parte del paisaje político local, llamaron la atención cuando trajeron a Cuernavaca a Cuauhtémoc Blanco, pero a partir de ahí toda su historia ha sido decadente: todo les ha salido mal, pierden todas sus batallas y se volvieron el hazmerreir de la clase política pos sus ocurrencias.
¿Y qué decir de lo que sucede en Movimiento Ciudadano? A diferencia de otros estados en donde el partido naranja ha crecido notoriamente, en Morelos esa institución está estancada, hundida en la mediocridad y en manos de personajes sin liderazgo, sin capacidad ni carisma; de Jessica Ortega para acá MC viene de mas a menos y ahora rematan con la cancelación del registro de sus dos primeras propuestas plurinominales al congreso local porque en ambos casos se usurpó la identidad indígena. Julio César Solís y Karina Arteaga, marido y mujer se inscribieron a sabiendas de que estaban violando la ley y ahora que las autoridades electorales los exhiben no solo quedan fuera de la competencia, también son exhibidos una vez más por corruptos, abusivos y mentirosos.
Este tipo de acciones no pueden ser pasadas por alto por los ciudadanos, en todos los casos se trata de actos reprobables, ilícitos, en donde las dirigencias y los aludidos intentaron engañar a la autoridad y a los votantes.
¿Qué calidad moral puede tener un partido que postula a personas que no cumplen con los requisitos de ley? ¿Cómo confiar en políticos que se prestan a este tipo de irregularidades con tal de acceder al poder?
Por este tipo de políticos Morelos está en tan mal estado.
nota
Lo ocurrido la madrugada del lunes en el bar Casa Bacacho de Cuernavaca es una tragedia; una más, lamentablemente, en la historia delictiva de nuestro estado.
Según informes que proporciona la fiscalía general del estado la masacre derivó de un conflicto entre clientes, cuando alguien comenzó a agredir a una dama y sus acompañantes la defendieron; lo siguiente fue una tragedia.
El tema puede analizarse desde varios ángulos y por todos lados encontraríamos puntos críticos; en principio está el hecho de que el negocio estaba en funcionamiento fuera del horario permitido, algo que no fue exclusivo de ese día: es sabido por todos que los antros de la capital funcionan sin respetar horarios, capacidades, medidas sanitarias o normas oficiales con la complicidad del ayuntamiento y la autorización expresa del alcalde.
También se podría hablar del hecho que ahí como en muchos negocios del giro las personas que acuden pueden ingresar con armas; ya sucedió hace algunos años en un bar de la avenida San Diego, donde un tipo armado ejecutó a un cliente en una riña y sucede cotidianamente en muchos de los negocios de venta de bebidas alcohólicas de la ciudad. Acudir este tipo de lugares se ha vuelto un deporte de alto riesgo, porque no sabes si al lado hay alguien armado o en cualquier momento pueden llegar y disparar.
¿Y qué decir del aparente motivo de la tragedia? Una persona ofende a una mujer, sus acompañantes la defienden y el agresor los mata. ¿A qué niveles de violencia hemos llegado en nuestra sociedad?
Lo ocurrido en Casa Bacacho no puede considerarse un problema derivado de la estrategia de seguridad, es más bien un asunto trágico que se enmarca en otras circunstancias, pero que incluye la falta de supervisión de las autoridades en este tipo de negocios.
post it
Últimos días de campaña y los candidatos punteros de la contienda capitalina lucen nerviosos a pesar de que todos se anticipan ganadores.
Los días previos a la elección son claves en el ánimo del electorado.
redes sociales
El actual es un proceso electoral extraño, que poco se siente; muchos candidatos apostaron a las redes sociales y resultó que sus campañas pasaron desapercibidas.
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