El uso de programas sociales con fines electorales por parte de todos los partidos políticos, ya sea mediante la promesa de entregar nuevos o la amenaza de quitar los existentes, es una práctica a la que ahora se suma la campaña de vacunación contra el COVID-19, servicio que muchos candidatos han buscado utilizar a su favor
Ante los estragos que ha causado la pandemia de COVID-19, las vacunas contra el coronavirus se han sumado a los programas sociales como herramientas electorales de las distintas fuerzas políticas en disputa.
Apenas el miércoles 26 de mayo, a una semana del fin de las campañas para entrar en veda electoral, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, determinó que Morena hizo uso indebido de los informes sanitarios con fines de propaganda.
Refiriéndose a dos spots de radio y televisión en los cuales el partido guinda asegura haber cedido sus pautas oficiales con fines informativos, lo cual fue demostrado como falso.
En los spots, que comenzaron a circular en marzo pasado con el arranque de las campañas federales, Morena dice que donará la mitad de su presupuesto para la compra de las vacunas. En casi tres meses de campaña no ha formalizado la devolución de estos recursos públicos ante el Instituto Nacional Electoral para darles un uso sanitario.
Morena ha utilizado la campaña de vacunación como un activo en su estrategia electoral, lo que incluso le ha valido sanciones. Sin embargo, esto parece no haber repercutido en la aplicación del medicamento en la población
Esta sanción se suma a la que el TEPJF impuso a Morena una semana antes por 20 mil UMAs, cuando determinó que incurrió en uso irregular de la campaña de vacunación, así como de programas sociales, al crear padrones de beneficiarios.
Esto por medio de brigadistas del partido, distintos a los Servidores de la Nación, que solicitaron credenciales de elector para registrar personas en la Ciudad de México, el Estado de México, Veracruz y Sonora.
Además, se han presentado casos a niveles estatales y locales, siendo el más sonado el de Clara Luz Flores, candidata de Morena a la gubernatura de Nuevo León, quien fue captada en video pidiendo el voto casa por casa bajo la promesa de vacunar a quienes la apoyen.
También asegura que las vacunas las proporciona directamente el presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que incumple la ley electoral al personalizar programas públicos.
Como el caso de Clara Luz, se han presentado otros a nivel municipal en las contiendas por alcaldías y congresos locales en la Ciudad de México, Jalisco, Aguascalientes y Puebla.
Candidatos han repartido volantes en los que piden a ciudadanos plasmar sus datos personales, incluyendo credencial de elector y CURP, prometiendo que podrán elegir la fórmula que recibirán, algo que no se ha permitido en la actual campaña de vacunación contra el COVID-19.
Contrario a esta tendencia, el uso electoral que se le ha estado dando a la vacunación no ha repercutido en el proceso como tal. Como lo revelaron los datos cualitativos de la red de escucha comunitaria que Acción Ciudadana Frente a la Pobreza y 15 organizaciones civiles elaboraron en 37 comunidades rurales, indígenas y urbano marginadas de 26 municipios de Oaxaca, Campeche, Yucatán, Chiapas, Morelos, Guerrero y el Estado de México.
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Tras realizar 43 asambleas entre el 29 de abril y el 17 de mayo, la red encontró que el proceso de vacunación no se ha utilizado para influir en el voto. Siendo que en ninguna asamblea hubo participantes que reportaran el haber sido amenazados con no recibir la vacuna en caso de no votar por determinado partido o candidato, mientras que solo en una hubo opiniones mixtas sobre si se ha usado la campaña de vacunación con fines propagandísticos.
Por el contrario, solo en cinco asambleas se reportó que la vacunación no había iniciado aún en sus comunidades. Mientras que en el resto, la aplicación arrancó entre enero y abril de este año. Aunque los documentos requeridos para recibir las vacunas varían por municipio y estado, siendo los más habituales las credenciales de elector y el CURP, en ningún caso se han solicitado requisitos indebidos.
Durante las asambleas, se preguntó a los participantes si consideraban que al recibir la vacuna se comprometían a votar por un partido. Solo una persona respondió que sí bajo el argumento de que “así ha sido siempre, por costumbre recibes y devuelves el favor votando por ellos, así queda uno bien para poder seguir recibiendo”.
Para analizar esta situación, Reporte Índigo consultó a la doctora Ivonne Acuña Murillo, académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.
A su consideración, el proceso de vacunación sí terminará por beneficiar al partido del presidente López Obrador, recalcando que, ante la emergencia sanitaria, él cuenta con facultades para seguir abordando el tema aún en veda electoral.
La campaña de vacunación va a influir a favor de Morena, por supuesto, es inevitable diríamos. El presidente y su gabinete de salud no pueden dejar de hablar del tema puesto que es prioritario en el contexto de la pandemia
Ivonne Acuña
Académica de la Universidad Iberoamericana
“Ahí no habría una violación a las normas electorales”, dice la doctora en sociología por el Colegio de México. Puntualizando que, en el caso particular de Morena y sus partidos aliados, será la figura de López Obrador la que logre el mayor arrastre de votos a su favor.
Sobre la estrategia de Morena en torno a las vacunas, la doctora Acuña Murillo opina que “habría que ver el criterio, porque estamos en campaña y evidentemente todos los partidos intentarían hacer visible todo lo que han hecho bien sus gobiernos. Lo que pasa es que nuestra ley electoral es demasiado restrictiva en función de malas prácticas que han habido, se ha ido haciendo una ley bizarra que casi lo prohíbe todo”.