¡Zas! ¡humillante soplamocos!
De no ser por sus investiduras, lo sucedido solo provocaría una carcajada a mandíbula batiente, pero ese tenga para que aprenda, ese estate quieto, se lo dio un presidente de la República a otro presidente de la República: Biden a López Obrador. No fue cosa menor, le sorrajó en la cara lo que se merecía el buscabullas mentiroso y llorón.
Todo inició con una “atenta y respetuosa nota diplomática” en la que el gobierno de aquí le pidió al de allá no seguir financiando a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, por considerarla “contraria a esta administración” y causa de que “los recursos públicos no lleguen a los más pobres”.
Parafraseando el refrán le diré a usted que: las veredas quitarán, pero los rencores cuándo, y en una de sus mañaneras me señaló “vinculado” a esa ONG “que comete el delito de traición a la patria”.
Se equivocó López Obrador al creer que solo tendría cambio de pareja y que seguiría un apasionado idilio, de manitas sudadas, como el vivido con Trump. No advirtió que Estados Unidos tiene hoy a un estadista, no a un loco demagogo con el que seguiría haciendo un dueto vernáculo.
El fondo de la cuestión:
1) Si es del dominio público que Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (en adelante MCCI) lucha efectivamente en contra de esos dos flagelos, el rechazo gubernamental implica una confesión de parte, en el sentido de que este gobierno es corrupto y actúa en la impunidad; por eso le incomoda y la difama.
2) MCCI no es enemiga de ningún gobierno; se creó en 2016 y denunció infinidad de corruptelas del pasado. Ejemplos: que un amigo de Peña Nieto pagó en Estados Unidos los impuestos de su esposa Angélica Rivera; que Peña Nieto benefició a cinco empresas con Sedesol; que una filial de Odebrecht acompañó de tiempo completo la campaña de Peña Nieto; etcétera.
3) Nada me vincula con MCCI, pero sí expreso mi mayor reconocimiento a ella por el limpio servicio que le hace a México. ¡Aplausos!
Lo cierto es que quien fue por lana salió trasquilado, y seguramente en adelante se irá con tiento, porque el yanqui bien sabe de pejelagartos bolivarianos y no olvida el grosero apoyo que durante la campaña presidencial de allá recibió Trump del de aquí.
La “atenta nota diplomática” no mereció respuesta por la misma vía; el presidente Biden le dijo al mundo que su gobierno seguirá financiando en todos los confines de la Tierra a las organizaciones civiles que luchen contra la corrupción, porque está de por medio la seguridad, la legalidad, la democracia, la economía y la salud pública, en síntesis: el bien ser y el bien vivir de los gobiernos y las naciones.
Me imagino —lo digo en plan chocarrero— que el patriota de Palacio ya no enviará la “atenta nota diplomática” en la que pediría al Imperio que nos devuelva Texas. ¡Seguirá reclamando el penacho de Moctezuma!
Diego Fernández de Cevallos