Los chivos expiatorios según el peritaje de la L12
La acción de Grupo Carso se desplomó después de que la empresa Det Norske Veritas (DNV-GL) dio a conocer el primer reporte de su peritaje sobre el colapso de la L12 del Metro a la altura de la estación Olivos.
Al día de ayer, la pérdida acumulada de esta empresa, cuyo socio mayoritario es Carlos Slim Helú, habría sido de 3 mil 141 millones de pesos.
DNV afirma que sus peritos hallaron fallas de origen en la construcción: uso de tipos distintos de concreto, soldaduras no concluidas o mal ejecutadas, porosidad y falta de fusión en las uniones de las trabes con los pernos, entre otros elementos.
Curiosamente, el mismo reporte libera de toda responsabilidad sobre lo ocurrido a las administraciones de Miguel Ángel Mancera y Claudia Sheinbaum. En cambio, como en el caso de Grupo Carso, los señalamientos afectan los bonos políticos de Marcelo Ebrard, quien fuera el jefe de Gobierno que promovió la realización de esta obra.
En los hechos, desde su primera entrega, DVM encontró a dos chivos expiatorios para dejar intocado a cualquier otro responsable. Deja mal sabor de boca la posibilidad de que este peritaje tenga vicios de orden político.
De otra manera, cómo explicar que estos errores básicos hayan escapado a tantos actores que igualmente intervinieron en la obra, como por ejemplo la constructora ICA, que coordinó la obra; Ipisa, empresa responsable de supervisar la ejecución del proyecto civil, o CONiiSA, Iacsa y Lumbreras y Túneles que supervisaron la obra del tramo elevado de la L12.
También tendrían que dar explicaciones Multidín, compañía encargada de la rehabilitación de la L12, así como TÜV Rheinland que certificó esa misma rehabilitación o Société Générale Surveillance que verificó la calidad de los materiales utilizados.
Habría también que incluir a todos los directores del Metro desde su construcción (Joel Ortega, Jorge Gaviño y Florencia Serranía), así como al responsable original del proyecto, Enrique Horcasitas.
Zoom: Demasiados organismos, empresas y autoridades estuvieron involucrados en la construcción y rehabilitación de la L12 como para que ahora, convenientemente, solo Carso y el entonces jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, terminen siendo los responsables del accidente.
Ricardo Raphael