La guerra que vamos perdiendo
Al crimen organizado se le derrota cuando sus actividades ocurren debajo de la coladera. Esta conflagración se gana cuando las empresas criminales no afectan la vida cotidiana de la sociedad; cuando su violencia no toca a las personas comunes, a sus propiedades, su comercio, su dignidad, sus derechos.
Esta conseja es del fiscal italiano Gian Carlo Caselli, quien procesó al líder de la Cosa Nostra, Salvatore Totò Riina, organización que se apoderó de Sicilia durante los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado.
En una entrevista para el programa Espiral que me concedió en 2009, Caselli agregó: tan ingenuo es suponer que basta con eliminar a las cabezas como creer que puede erradicarse a estas organizaciones. Obviamente no se trata tampoco de pactar mafiosamente con ellas.
El mensaje del Estado debe ser contundente: “si sacas la cabeza de la coladera y atentas contra las y los civiles, la fuerza pública será implacable.”
En México hemos cometido las tres ingenuidades referidas por Caselli: creímos que era suficiente apresar a “los objetivos” más buscados, también que era posible destruir a las organizaciones criminales; más recientemente, hemos supuesto que puede lograrse con ellas un pacto explícito de no agresión.
Ninguna de las tres estrategias ha funcionado: el sábado pasado un comando armado asesinó, presumiblemente al azar, a 14 personas en el municipio de Reynosa, Tamaulipas. A partir del medio día, los criminales visitaron tres colonias distintas situadas al sureste de la ciudad: Almaguer, Lampacitos, Unidad Obrera y Bienestar.
Desde sus automóviles arremetieron contra el dependiente de una tienda de abarrotes, un adulto mayor, un taxista, un joven que vendía celulares, dos mujeres y un hombre pertenecientes a una misma familia, entre otras víctimas.
La siembra de cuerpos y rostros, cubiertos por los servicios forenses en las calles de Reynosa, son la escenografía de la derrota. Mientras puedan violentar libremente la vida de la gente común, el triunfo continuará siendo suyo.
Zoom: atentar contra civiles inocentes es el desafío más vil, es un acto de terrorismo, que según el consejo de Caselli habría de merecer la respuesta más definitiva y contundente de la autoridad. Y sin embargo...
@ricardomraphael