Negación y naturalización de la violencia
¿Cómo procesa la sociedad mexicana la avalancha de violencia, real y virtual, que la inunda en los hechos y en los medios desde hace 15 años?
¿Una violencia cada vez más difícil de entender, cada vez más brutal, más impune y cuya posibilidad de contención se antoja cada día más lejana si no es que imposible?
Esta es la pregunta que han intentado responder Claire Moon y Javier Treviño mediante un estudio de 67 grupos de enfoque, entre mexicanos de todas las clases sociales de Aguascalientes, CdMx, Durango, Guadalajara y Torreón.
El experimento terminó siendo un registro del mecanismo defensivo que la psicología llama negación.
El principal mecanismo de negación de los mexicanos contra la violencia consiste en juzgarla un hecho que sucede entre criminales, entre gente que de algún modo estaba metida en ese mundo y atenida a sus reglas.
A la pregunta “¿Qué es lo primero que piensas cuando lees en la prensa o escuchas en la radio o televisión que hay otro muerto, un desaparecido, una fosa?”, las respuestas habituales son:
“Seguramente estaban en algo relacionado con el narco”. “Este cuate estaba hasta las manos en el narco”. “Era medio narco y fue una vendetta entre narcos”. “Las personas que han salido involucradas en esas cosas, por lo general, tienen algún contacto o estuvieron involucrados”. “Por lo general, cuando mataron a tantos, dices, pues algo tenían que ver”. “Si los mataron en una balacera, también fue por algo”. “Si les pasó, les pasó por algo”. “Hay una gran parte de las víctimas que es porque estaban dentro de esos actos ilícitos”. “La mayoría de las veces es gente que anda metida en esas cosas”.
Con la parte de verdad que hay en estas respuestas, lo común a ellas es que victimizan a las víctimas, con efectos profundos en la movilización para su defensa, en la exigencia de resultados en el combate contra el crimen y en la naturalización de una violencia que es todo menos natural.
También naturalizan la adopción de políticas cada vez más punitivas, aunque sean también cada vez más ineficaces. El horror adquiere así carta de naturalidad.
(El estudio de Moon y Treviño en Nexos: https://bit.ly/3dwmmWE). _
Héctor Aguilar Camín