La recompensa
Es evidente que habrá un cambio en la estrategia de seguridad.
Nunca, hasta donde recuerdo, una administración en Morelos había ofrecido dinero por algún miembro de la delincuencia organizada. Ayer la mesa de coordinación estatal para la construcción de la paz hizo oficial la recompensa de 500 mil pesos por la captura de Francisco Javier Rodríguez Hernández, presunto líder de un grupo delictivo, conocido también con los sobrenombres de “El Señorón” o “El Colombiano”. Una vez que el gobierno de Cuauhtémoc Blanco le ha declarado la guerra a este grupo delictivo habrá que esperar cuál es la reacción; la estrategia de seguridad ha cambiado.
Los últimos años los morelenses hemos sido testigos del surgimiento y desaparición de diversos grupos criminales; cada cierto tiempo nos enteramos (casi siempre de manera oficial) que apareció una nueva célula delictiva y hay un nuevo líder criminal. A veces la lucha entre cárteles provoca el reacomodo o la desaparición de algunos de estos, pero otras ocasiones algunos capos crecen, dominan más territorio y se vuelven líderes regionales, como sucedió en el sexenio pasado con Santiago Mazari Hernández, El Carrete.
La decisión del gobierno de Cuauhtémoc Blanco de ofrecer una recompensa en efectivo por información que permita la ubicación y captura de El Señorón no es un tema menor y habría que entenderlo como un cambio en la estrategia de seguridad estatal. A este personaje lo hemos escuchado mencionar desde hace varios años, desde la época graquista, pero es hasta ahora que las autoridades elevan la apuesta e involucran a la opinión pública en su detención.
Sin ser expertos en temas de seguridad cualquiera puede deducir que algo ha cambiado en el planteamiento de la lucha, porque ahora el líder del grupo identificado como Los Colombianos no solo está en la mira del estado, también se ha convertido en el delincuente más buscado por la administración de Cuauhtémoc Blanco; desde hace tiempo este personaje y otros más habían sido catalogados como objetivos “prioritarios” para la Comisión Estatal de Seguridad, pero hasta ahora no se había puesto precio por su cabeza.
El secretario de gobierno Pablo Ojeda dio a conocer al inicio de la semana que esta es la primera de varias recompensas que la administración estatal ofrecerá por miembros de la delincuencia organizada; por su parte el fiscal general del estado Uriel Carmona señaló que Francisco Javier Rodríguez Hernández (a) El Señorón cuenta con una orden de aprehensión vigente por homicidio calificado y asociación delictuosa.
La formalización de la recompensa económica por el líder del grupo de Los Colombianos ocurre a la par del llamado hecho por el gobernador Cuauhtémoc Blanco a los presidentes municipales electos para que colaboren en la tarea de pacificar Morelos, engrosando la estructura policial; el jefe del ejecutivo reconoció que el combate a los grupos criminales se ha dificultado porque el limitado número de elementos con que cuentan las corporaciones de seguridad. No hay más de 3 mil 500 policías para cuidar todo el estado.
Pero más allá de la cantidad de dinero ofrecida por el gobierno estatal por información que permita la captura de esta persona y la respuesta que pudiera obtener de parte de la ciudadanía (no cualquiera se anima a denunciar), lo llamativo es el viraje que parece estar dando el plan de seguridad en Morelos.
La coordinación entre los tres niveles de gobierno en la lucha contra la inseguridad es evidente, pero a pesar de los esfuerzos, de la captura de líderes criminales y de la desintegración de algunos grupos, el saldo no es favorable porque la incidencia delictiva sigue presente y los niveles de criminalidad no bajan y en algunos casos aumentaron.
En diversas ocasiones el gobernador se ha referido al tema como un problema de difícil solución, pero es la primera vez que las autoridades aceptan que la fuerza del estado es insuficiente para enfrentar a las bandas criminales y se da un viraje en la estrategia. Más aún: ponerle precio a la cabeza de un líder podría generar algún tipo de reacción violenta de parte de su grupo y situaciones que no conocemos, porque nunca se había ofrecido dinero de esta forma.
Según declaraciones de las autoridades del estado la banda de Los Colombianos es responsable de la violencia que se padece en la zona metropolitana, a este grupo le adjudican balaceras, ejecuciones y matanzas en diversos municipios, además de que se les culpa de diversos delitos, empezando por las extorsiones y cobro de piso que sufren muchas personas y negocios en Morelos.
Esa pudiera ser la justificación del gobierno de Cuauhtémoc Blanco para ofrecer una recompensa para el líder de este cártel, aunque de fondo habría que pensar que algo se movió, cambió o se ajustó en el planteamiento de seguridad en el estado para que las autoridades decidan socializar la lucha contra la delincuencia.
Quizá este movimiento tenga que ver con los resultados de la elección del pasado mes de junio y la transformación en la geografía política estatal que comenzaremos a ver a partir del primer día del mes de septiembre. El relevo de administración en los municipios no implica solo la ratificación del convenio del mando coordinado de policía, también representa un ajuste de fondo en la relación municipios-estado.
El llamado hecho por el gobernador Cuauhtémoc Blanco a los presidentes municipales a sumarse a la estrategia estatal de seguridad ocurre en perfecto tiempo y debe ser acompañado de acciones concretas de parte del secretario de gobierno. Explico: el jefe del ejecutivo estatal ya marcó la pauta, ahora corresponde a Pablo Ojeda convocar a los ediles electos y llevar a cabo el cabildeo necesario con cada uno para que exista un verdadero cierre de filas.
Lo peor que puede ocurrirnos a todos es que la estrategia de seguridad estatal siga como hasta ahora; como lo ha dicho el alcalde electo de Cuernavaca “en nueve años la estrategia de policía no ha dado resultados”, por esa razón es impensable que por la misma vía las cosas vayan a cambiar en el futuro inmediato. Un ajuste en la estrategia de seguridad es indispensable, pero debe ir acompañada de la participación de los presidentes municipales, para que responsabilidad sea compartida y la colaboración sea real.
La oferta económica hecha por el gobierno estatal muestra que hay un cambio en la actitud, pero no deja ver que tan grande será el ajuste; desde cualquier ángulo que se observe las medidas que se tomen de manera institucional deben ser en todos los sentidos, desde el planteamiento policiaco hasta la colaboración entre autoridades y el manejo informativo de las cosas.
Un problema muy severo que han enfrentado las autoridades estatales en este plan es que siempre han perdido la batalla de la percepción, se han enfocado en armar planes con armas y patrullas, pero descuidaron la comunicación, por eso siempre han quedado en desventaja frente a la opinión pública, lo cual se ha traducido en más presión para trabajar y un acelerado desgaste de la imagen del gobierno.
El cambio de planes debe ser integral y multifactorial, en él deben participar todas las autoridades del estado y se debe escuchar la voz de todos los presidentes municipales; el gobernador puede conservar el control de las policías, pero necesita tener apertura con los alcaldes para que escuche su sentir y atienda sus peticiones.
Viéndolo de manera optimista el cambio de estrategia abre la posibilidad de que las cosas sean mejores, de que con un ajuste obtengamos mejores resultados, aunque el ofrecimiento de recompensas en efectivo por los líderes de los grupos también puede propiciar que la guerra se agudice y más sangre se derrame.
Esperemos que la recompensa no sea solo una ocurrencia y sobre todo, que con la suma de esfuerzos Morelos se pacifique.
Llevamos veinte años en guerra.
posdata
La política no es una ciencia exacta, es más bien un arte que combina diferentes factores incluyendo la administración, la impartición de justicia y la sensibilidad. El ejercicio del poder no es una tarea sencilla, por el contrario, representa un reto constante por las múltiples variables que intervienen en él, pero al final la política se puede entender como una ciencia social que camina sobre dos ejes fundamentales: el diálogo y la sensibilidad.
Entender esta situación es clave para todos los que en las próximas semanas y meses van a tomar posesión de un cargo, pero también para los que tienen una encomienda sexenal. Los futuros diputados y presidentes municipales deben entender el escenario que les espera, porque no es lo mismo ocupar un espacio de representación popular al principio del sexenio que al final; para el ejecutivo el tema es clave, porque de eso depende el ambiente que le espera en los siguientes años.
Lo fundamental en cualquier caso es entender que la segunda mitad del régimen será intensa, transcurrirán muy rápido y estará llena de polémicas; la agenda de los diputados locales se construirá en torno a la sucesión, los alcaldes tendrán que administrar el caos y para el jefe del ejecutivo estatal lo prioritario, aunque no le guste, será la gobernabilidad.
Aún y cuando algunas posiciones son más cómodas que otras, para nadie será sencillo sobrellevar la segunda mitad del sexenio; los diputados pueden cerrar su ciclo en la vida pública si su desempeño es igual al que han tenido las últimas dos legislaturas; los presidentes municipales tendrán un muy corto margen de maniobra porque recibirán administraciones quebradas y con muchos problemas legales atorados. Para el gobernador cada crisis significará un reto, porque se puede convertir en el motivo de propicie la tan anhelada solicitud de juicio político en su contra.
Muchas veces se ha hablado de las diferencias que habrá entre legislaturas, del perfil de los nuevos diputados y de la actitud del gobernador. En esta etapa política que está por comenzar habrá que ver cómo se deciden a actuar los actores de la vida pública y sobre todo de que manera se entienden los poderes.
Si es que se logran entender.
nota
Cuauhtémoc Blanco dice que no va a dejar la gubernatura; reconoce que muchas cosas pueden suceder en el futuro, pero afirma que en sus planes no está abandonar el encargo hasta el 2024.
La declaración del jefe del ejecutivo es contundente, hasta con enfado, pero sale al paso de los rumores que provocaron sus últimas tres reuniones con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Again: especular sobre la salida de un gobernador es sencillo; procesar un tema así no es fácil desde ningún ángulo. Menos en un estado como el nuestro.
post it
Todavía hay algunos ajustes que podrían darse en la conformación de la próxima legislatura morelense; depende de lo que determinen las autoridades judiciales respecto al juicio por la sobrerrepresentación que tendría el Movimiento de Regeneración Nacional y Acción Nacional, podríamos ver un leve reacomodo en las posiciones.
Si el tribunal acepta que Morena y PAN están sobrerrepresentados, los partidos Movimiento Alternativa Social y Encuentro Social obtendrían una curul. El cambio no modificaría de fondo la personalidad de la siguiente legislatura, pero otorgaría a Cuauhtémoc Blanco una representante en la cámara que hasta ahora no tiene.
Un cambio de fondo en el perfil que ahora tiene la siguiente legislatura no depende del ajuste en un par de diputados, lo que se necesita es que el gobierno estatal se reuna con los diputados electos, abra canales de comunicación y comience a dialogar con el fin de lograr acuerdos que convengan a todos.
La oficina política del gabinete tiene que comenzar a hacer política.
redes sociales
Así respondió Cuauhtémoc Blanco al reportero cuando este preguntó: Dicen algunos políticos que usted ya se va ¿Tenemos Gobernador hasta el 2024?
“Mira, te voy a decir como decía en el futbol: no se quien chingados está diciendo eso, pero es totalmente mentira; hay muchos que se quieren apuntar y apostarle a ser Gobernador, unos se están postulando, pero todavía me quedan tres años, todavía no me voy a ir. Ahora te voy a decir una cosa: me costó muchísimo llegar aquí como gobernador, recorrí todos los municipios y vi sus necesidades; ahora andan hablando y mencionando que ya tienen su gabinete y que yo ya me voy a ir… ¡Totalmente mentira! Le digo a esa gente que mejor se ponga a chambear o que se ponga a hacer otras cosas porque yo no me voy a ir… Lo más importante es el compromiso que yo me avente con toda la gente, con todos los municipios, ahorita tu estás viendo todo lo que estamos trabajando, chambeándole, muchas obras que se hicieron, pero por la pandemia no las hemos podido inaugurar; pronto las vamos a inaugurar”.
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