Las promesas olvidadas de Olga Sánchez Cordero
Frente a la consulta del próximo primero de agosto y su confusa pregunta, las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, justicia transicional y de víctimas en el país han pedido que se aproveche para cumplir la promesa nunca cumplida de Olga Sánchez Cordero, hoy secretaria de Gobernación, en tiempos de campaña y transición.
Fue pródiga en promesas y argumentos durante giras y encuentros con víctimas. Pero lo argumentó con mucha claridad en un texto publicado en estas páginas en el año 2018 que se tituló: “¡Ya basta! Justicia transicional”.
Cito: “Quienes cuestionan la posibilidad de una justicia transicional en México ponen en duda que nos encontremos en un conflicto, que necesitemos nuevas instituciones de justicia para enfrentar la realidad, que el origen de la violencia no se adapte a otros modelos de justicia transicional, que los hechos a analizar aún no terminen. Lo que nadie puede negar con datos sólidos es que, al menos en los últimos 11 años, el Estado mexicano ha sido incapaz de frenar la violencia y de responder adecuadamente a la dolorosa realidad que vivimos. Dejemos de simular que en este país no pasa nada. (…) No existe un modelo único de justicia transicional, lo que sí existen son pilares que deben estar presentes en cualquier modelo: verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. ¿Dónde están las personas desaparecidas? ¿Por qué esfumar a un pueblo entero? ¿Quiénes son los responsables? ¿Por qué la inactividad estatal?”
Para avanzar hacia la paz, es necesario no solo fortalecer el sistema de administración de justicia —con especial énfasis en fiscalías independientes—, sino también pensar en amnistía de conductas que no constituyan graves violaciones a los derechos humanos. Además, no podemos descartar la posibilidad de reducir las penas —no amnistiar— en otros delitos que, no siendo amnistiables desde el derecho internacional, el beneficio de la reducción de la pena sirva para conocer la verdad, es decir, condicionando la reducción de penas a información verídica y comprobada que conduzca, por ejemplo, a saber el paradero de las personas desaparecidas, a conocer a los responsables y a acercar a las víctimas y a la sociedad a un punto de reconciliación en el marco de la verdad, la justicia y la reparación”.
Terminaba: “Tenemos la responsabilidad histórica de abrir la discusión y de hacer algo diferente”. ¿Y luego, secretaria?
@puigcarlos