Lo que nos dicen las multas del INE
La semana pasada el INE impuso a los partidos políticos del país multas por mil 332 millones de pesos debido a gastos no reportados o no comprobados, y a irregularidades financieras en sus campañas.
El resumen de Leonardo Núñez sobre las sanciones muestra muchas cosas, pero sobre todo el bajo compromiso de los partidos con sus obligaciones de informar cómo gastan el muchísimo dinero que les da la sociedad (https://bit.ly/2THKX44).
Es notable su disposición a mentir sobre este asunto, su notoria deslealtad a las normas que los rigen y que los financian tan generosamente.
El más sancionado por el INE fue el partido en el poder, Morena, con una multa de 373 millones de pesos. Le siguen los dos partidos que no lograron su registro pero que eran apuestas del oficialismo: Redes Sociales Progresistas, 103 millones de multa, y Fuerza por México, 101 millones.
Entre los candidatos a diputados federales, 2 mil 121 no presentaron gastos de campaña, como si no las hubieran hecho.
La mitad de ellos fueron de Morena, 35 por ciento de Movimiento Ciudadano, 9 por ciento de Fuerza por México, 3 por ciento de Redes Sociales Progresistas y 3 por ciento del PRD.
Lo mismo sucedió con 221 mil 510 candidatos a cargos locales. Nada reportaron como si no hubieran hecho campaña.
De los poco más de 5 mil millones que fueron reportados como gastos por los candidatos de todos los partidos, hubo 209 millones que no pudieron comprobar. El INE, por su parte, descubrió 348 millones de gastos hechos, pero no reportados.
A estas fiscalizaciones con sanción establecidas por el INE, habrá que añadir la historia del rebase de topes de campaña establecidos, que pueden poner en riesgo la validez de elecciones para gobernador en San Luis Potosí, Campeche y Michoacán, aparte de una buena cantidad de distritos de elección federales.
A lo anterior hay que añadir la increíble cantidad de elecciones donde los partidos dijeron haber gastado solo 10 por ciento de su gasto autorizado.
Indicios todos del asunto mayor: una democracia que no respeta ni cumple sus reglas, una democracia sin demócratas, de políticos no solo desleales a las normas que ellos mismos se ponen, sino que las escriben, como legisladores, a sabiendas de que las violarán como candidatos.
Héctor Aguilar Camín