Incognitapro

ESTRATEGIAS

La actitud del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo de aceptar de inmediato el triunfo de José Luis Urióstegui Salgado por encima del candidato de su partido, Jorge Argüelles Victorero, ha sido bien recibido en la clase política morelense, y al parecer es la primera muestra de que hay la intención de dar un “golpe de timón” en el manejo de su administración gubernamental.

El mandatario estatal es un hombre nuevo en la política que siempre dice lo que piensa, por eso es que hace tres años, cuando le preguntaron sobre el que quedó al frente de la presidencia municipal de Cuernavaca, respondió con un “no es de mi gente”. Esta vez fue diferente. Después de que Argüelles Victorero reconoció públicamente su derrota, el gobernador tuiteó: “Mi reconocimiento a José Luis Urióstegui Salgado, a quien le ofrezco mi disposición para trabajar unidos por el bienestar y desarrollo del estado”.

“A precio su disposición Gobernador Cuauhtémoc Blanco para trabajar juntos por el bienestar de Cuernavaca y de Morelos; cuente conmigo para lograr los mejores resultados. Son momentos difíciles que, junto con la sociedad, podremos enfrentar y superar de la mejor manera”, le contestó Urióstegui por la misma red social.

En los siguientes días dejaron en claro que las palabras no eran solamente cortesía política, sino que es una realidad. Se vieron primero en las instalaciones del C5 (donde no hubo foto del saludo porque el alcalde electo llegó tarde) y después en la celebración del Día del Abogado, el 12 de julio en el Salón Alhambra de Villa Béjar.

Ahí, con el presidente de la Barra de Abogados como anfitrión, el gobernador y el alcalde electo intercambiaron impresiones y ambos estuvieron de buen humor, según se advierte en las gráficas registradas por los fotógrafos que cubrieron el evento.

El primero que habló fue el alcalde electo, quien se lució ante sus colegas con un discurso en el que recordó que hoy, quien tiene la oportunidad de encabezar los esfuerzos de la sociedad asentada en un municipio, un estado o un país, debe convertirse en un líder disruptivo, que avance con valentía y decisión para romper intereses creados que impiden el progreso que la sociedad merece.

“Los servidores públicos tienen el deber de apegar sus actos a la norma jurídica no sólo para evitar incurrir en responsabilidades sino para dar el mejor ejemplo de conducta que constituya la guía moral de todas las personas”, para luego insistir en que no hay más fuerza en un gobernante que la rectitud de sus actos y su apego a la ley.

Cuauhtémoc Blanco también habló pero lo hizo de manera breve y concisa, sólo para reconocer la importancia de los abogados en beneficio de nuestra sociedad, “es un buen día para reiterar nuestro compromiso de seguir trabajando en armonía por el bienestar de Morelos y su gente”.

No se metió en honduras.

Algunos lo consideraron una osadía, pero quienes conocemos a Miguel Ángel Rosete Flores sabemos que es capaz de eso y más. Se aventó la puntada de convocar a un pacto entre todos los actores políticos de la entidad.

“Los morelenses queremos que le vaya bien a Morelos. Queremos seguridad, queremos paz, queremos desarrollo económico.

Aprovechando que están aquí todos los representantes del estado les quiero comprometer a firmar un pacto, un pacto por Morelos”, propuso el dirigente de los barristas mientras asentían con la cabeza Cuauhtémoc Blanco, el magistrado Rubén Jasso y el diputado José Luis Galindo.

“Todas las fuerzas políticas del estado, los tres niveles de gobierno, vamos a comprometernos a trabajar por nuestro estado, a cerrar filas, a sacar adelante con trabajo y propuestas a nuestro querido estado de Morelos”, dijo Rosete casi gritando, lo que arreció los aplausos.

Al concluir los discursos y dar por terminada la ceremonia, todos los integrantes del presídium se tomaron de las manos y las alzaron como señal de unidad.

Quedaron juntos Rubén Jasso, Miguel Ángel Rosete, Cuauhtémoc Blanco y José Luis Urióstegui. También alzó las manos el diputado Pepe Galindo, pero su intención sale sobrando pues él termina su periodo el último día del mes de agosto, con más pena que gloria.

El pacto al que convocó el controversial abogado Rosete no ha sido retomado por nadie, quizás para no darle su crédito, pero en los hechos sí se están viendo acontecimientos que reflejan que hay una verdadera intención por parte del gobierno estatal para recomponer las cosas, y que no quieren seguir peleando con todo mundo.

En los próximos días el gobernador se va a reunir con todos los presidentes municipales electos, incluyendo aquellos que ya suenan como candidatos naturales a sucederlo en el 2024. Ahí estarán el jojutlense Juan Ángel Flores Bustamante, el jiutepequense Rafael Reyes Reyes y el propio José Luis Urióstegui Salgado.

Será una buena oportunidad paramarcar la línea que habrá de seguir por los próximos tres años.

Tanto el gobierno estatal como los 36 Ayuntamientos atraviesan por problemas similares: inseguridad, falta de circulante que se agravó con la pandemia, y una deuda heredada por administraciones pasadas, sólo por mencionar algunos.

Lo lógico es que entre todos, gobierno estatal y alcaldes, se busquen soluciones y se pongan manos a la obra con los buenos oficios del gobernador con el presidente de la República, sin importar siglas ni colores de partidos. Se deben dejar atrás pugnas estériles y protagonismos.

Ahora bien, ¿se logrará esto también en la próxima legislatura?

Se sabe que los nuevos diputados ya han tenido varias reuniones y que hasta el momento quien pretende liderar en el grupo de los doce es el ex alcalde Agustín Alonso, quien tiene varias cuentas pendientes con el gobierno del estado.

El peor escenario que tendríamos sería el de dos poderes (ejecutivo y legislativo) enfrentados “a muerte”, en el que los legisladores no aprueben nada de lo que envía el ejecutivo, pero sin olvidar que el gobernador tiene el llamado “derecho de veto”.

Es decir, no se avanzaría ni para atrás ni para adelante.

Ojalá eso no ocurra. Que prevalezca el interés superior de la sociedad por encima de “ajustes de cuentas” y protagonismos que no nos llevarían a ninguna parte. Los diputados que toman protesta el primero de septiembre, y el gobernador, tienen la palabra.

Ámbito: 
Local