Salinas, Calderón y Fox, metidos al 2010
En Chile, Michelle Bachelett regresó al poder presidencial sin grandes problemas; en Perú, la hija del repudiado ex presidente Fujimuri siguió los pasos de su padre, sin suerte. En Rusia, el ex presidente Putin tejió su regreso desde antes de concluir su primera gestión.
En Estados Unidos, la familia Bush —padre e hijo— llegó a la Casa Blanca y la esposa del ex presidente Clinton, la señora Hillary, es candidata presidencial. En México, el “otro innombrable”, López Obrador, busca el puesto presidencial, por tercera vez consecutiva.
Y vale el recuento memorioso porque en México, tres ex presidentes —altamente polémicos— ya son parte del paisaje cotidiano de las peleas, los acomodos y componendas rumbo a la presidencial de 2018; proceso que arrancó desde el 6 de julio pasado.
Y si bien no es nuevo —y tampoco debiera sorprender a nadie— que los ex presidentes Salinas, Calderón y Fox sean parte del activismo político electoral de 2018 —sea en sus respectivos partidos, sea al margen de la política partidista—, lo cierto es que existen escenarios impensables en la sucesión presidencial mexicana.
1. Lo más llamativo de la novedosa participación de los ex presidentes mexicanos en 2018 es que, por primera ocasión en la historia, una mujer cuenta con posibilidades reales de convertirse en presidenta.
Pero, además —no sería la primera mujer candidata—, no solo será otra mujer que aspira a la candidatura presidencial por el PAN, sino que Margarita es la esposa del ex presidente Calderón, con todo lo que ello signifique.
Lo más curioso es que con la señora Zavala no solo se replicaría en México el fenómeno de la aspirante presidencial Hillary Clinton, sino que una eventual victoria de la candidata demócrata catapultaría las posibilidades electorales de la esposa del ex presidente Calderón; reputado estratega electoral que “sabe cómo hacerlo”. Y es que, hoy por hoy, los Calderón son el mayor activo político y electoral del PAN
2. El segundo en saltar al ruedo de la sucesión se llama Vicente Fox, quien hace todo por aparecer, por influir… pero sin más suerte que la de su atracción mediática. Y es que Fox —por ejemplo— es dueño de un grupo político limitado y por ello al arranque de su activismo mandó un claro mensaje a los Calderón, al salir en defensa de la candidatura presidencial de Margarita Zavala.
Sin embargo, Margarita y Felipe no cacharon el guante —no lo tomaron en cuenta—, y la reacción del guanajuatense fue de rudeza extrema: descalificó a Margarita y a Felipe.
3. Y apenas el pasado miércoles, en Guerrero, reapareció Carlos Salinas, controvertido ex presidente que, en sus primeras declaraciones, enseñó sus cartas. Salinas parece comprometido en la lucha contra los populistas allende la frontera norte —en especial Donald Trump, el candidato presidencial republicano—, quien se ha propuesto derribar el TLC, una de las joyas de la corona del salinato.
Pero lo más importante de la reaparición de Salinas y su incursión al proceso electoral de 2018 es que al parecer llegó el tiempo de la venganza política de Salinas contra su más feroz adversario, el mesías tropical conocido como AMLO.
Y es que, en efecto, cuando Salinas arranca su activismo político contra el populismo del señor Trump —y contra su intento de derribar el TLC—, en realidad iniciará un activismo contra el populismo “del otro innombrable”, el señor López. Es decir, Salinas aplica el refranero popular en su vertiente de “escucha Juan, para que entiendas Pedro”; “¿Escucha Donald, para que entiendas Andrés?
4. Por lo pronto, el ex presidente Zedillo participa con su silencio.
Al tiempo.