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SERPIENTES Y ESCALERAS

El próximo congreso

La 55 legislatura morelense arrancará en poco más de dos semanas, lo hará con la expectativa de ser mejor que la actual, de sacar adelante la agenda parlamentaria, de convertirse en un equilibrio de poder en el estado y particularmente de que sus integrantes no cometan los mismos errores que los pasados. En el siguiente congreso hay varios grupos divididos en al menos tres bloques: el de los súperdiputados, el de Morena y los demás.

El bloque oficial es el perteneciente al Movimiento de Regeneración Nacional, es el mayoritario, aunque no con el número suficiente de votos para determinar la agenda legislativa; en el de los súperdiputados hay cuatro exalcaldes y algunos legisladores aliados a ellos, tampoco tienen la fuerza suficiente para imponer su voluntad en el recinto, pero su sola presencia ha generado un contrapeso real a los diputados institucionales. Luego aparecen algunos legisladores que andan sueltos, que aún no definen hacia que lado se inclinarán, aunque tienden más hacia la oposición.

En el caso de Morena el primer reto es sortear la personalidad de su coordinadora: Paola Cruz fue electa jefa parlamentaria por el primer año, pero su llegada fue compleja porque dentro de su propio grupo hay voces discordantes que no la apoyan; entre los demás diputados también hay poca identificación con la legisladora porque su estilo aún no genera la empatía que se necesita para tomar liderazgo y conducir la agenda parlamentaria.

Frente a Morena están todos los demás, unos ubicados en un bloque abiertamente opositor al régimen y otros más discretos, pero también distantes de la línea oficial. A pesar de que en el grupo de los exalcaldes se concentra la experiencia política, hay un aspecto que comienza a llamar la atención: les hace falta más vida citadina, más conocimiento de la política urbana y ampliar su círculo de actuación.

El tercer bloque es sui géneris, está conformado por figuras de diferentes corrientes partidistas, unidas circunstancialmente por la elección, pero interesadas en trascender en la vida pública. Aunque este bloque es el menos llamativo, sus votos pueden eventualmente hacer la diferencia en las decisiones que se tomen en el recinto y dependiendo del rol que decidan jugar, podríamos ver a varios de ellos brillar en la vida parlamentaria.

La agenda del congreso está cargada de asuntos pendientes de resolver y temas que ameritan una revisión; sigue irresuelta la revisión de algunas acciones tomadas por la Legislatura 53 que iban a ser analizadas por el congreso actual, como por ejemplo las jubilaciones doradas, que duermen el sueño de los justos porque el congreso actual nunca fue capaz de ponerse de acuerdo en nada.

De manera paralela está la agenda política, llena de historias que generarán polémica y pueden desatar una nueva batalla entre poderes, como el juicio político al gobernador y la implementación de la revocación de mandato. De entrada los próximos diputados tendrán a su consideración el análisis, revisión y aprobación del paquete económico 2022 y las leyes de ingresos municipales que los diputados actuales nunca fueron capaces de aprobar.

El reto para el poder ejecutivo y el legislativo está ahí, porque el documento presupuestal será entregado por el gobierno estatal al congreso en un par de meses y será recibido, entre otros, por el diputado Agustín Alonso, un actor político que desde hace tiempo ha mantenido una postura crítica y abiertamente opositora a Cuauhtémoc Blanco.

Los electos, particularmente los integrantes del bloque de los súperdiputados, han mostrado prudencia en su actuar; contrario a lo que algunos auguraban se han mantenido respetuosos de la investidura y de la relación institucional que deben tener con el jefe del ejecutivo. Su prudencia, sin embargo, no oculta la animadversión personal que algunos de ellos sienten hacia el jefe del ejecutivo por los malos tratos que recibieron cuando estaban al frente de sus comunas.

La calma chicha que muestra el parlamento entrante debe ser aprovechada por el gobierno estatal para dialogar, para trazar líneas de trabajo y buscar acuerdos. Ahora que Pablo Ojeda tiene libertad para operar y se han retirado de la ecuación gubernamental a los personajes que implementaban la política golpeadora (Hugo Eric Flores y Jorge Argüelles), la posibilidad de entendimiento mejora sustancialmente.

En el ejecutivo tienen claro que uno de los focos rojos de la próxima legislatura está en la negociación presupuestal y otro en el proceso de juicio político en su contra, pero están pasando por alto el punto de más alto riesgo para el gobernador: la revocación de mandato. Entendamos: la negociación del paquete económico 2022 puede ser compleja, pero la posibilidad de lograr acuerdos es buena porque los diputados de la 55 Legislatura serán más profesionales y políticos que los actuales.

Seguramente habrá algunos puntos en el presupuesto que generarán debate, pero al final se trata de la misma bolsa económica de siempre, donde no hay mucho margen de maniobra para mover las cifras; el punto medular en esta negociación radica en la facultad que el congreso concede año con año al mandatario para realizar transferencias. Lo verdaderamente complicado es lo político, porque en la mente de todos los diputados está el proceso de sucesión.

En este punto destaquemos algo evidente: el gobernador Cuauhtémoc Blanco goza de la simpatía del presidente y parece haber recibido la venia para entrar al escenario de sucesión en la capital del país, de ahí la invitación que hace unos días le hizo la jefa de gobierno para que lo acompañara en la inauguración del Cablebús.

El respaldo de Andrés Manuel López Obrador quitó al gobernador el mal sabor de boca que le dejó la elección pasada y le brindó una razón de peso para reactivarse políticamente. No hay posibilidad de que Cuauhtémoc Blanco sea removido del cargo por indicación federal, ni tampoco existen motivos para que el presidente le retire su apoyo; lo que sí está latente es la posibilidad de una crisis local, un problema de ingobernabilidad que se desarrolle y crezca en Morelos sin la protección de la presidencia.

Si algunos actores políticos apuestan por la salida de Cuauhtémoc Blanco a través de cualquier procedimiento que pase por una instancia federal, eso no sucederá; pero si la crisis es local y deriva de una mayor descomposición del escenario morelense, los problemas del jefe del ejecutivo no van a poder ser resueltos por López Obrador. Pero regresemos al congreso.

El perfil de la próxima legislatura es eminentemente político y aunque durante su gestión se van a tocar distintos tópicos parlamentarios, en el fondo lo que prevalecerá en todos los integrantes del congreso es el proceso de relevo en la gubernatura.

El diálogo es la mejor herramienta que pueden utilizar todos los actores políticos para avanzar, independientemente del partido político al que pertenezcan o de los objetivos personales que persigan. Para que cualquiera de los escenarios que buscan se materialice es necesario hacer política.

Los que vienen serán años intensos, complejos y sumamente politizados; la cámara de diputados tendrá un perfil distinto por dos razones: los integrantes son personas más preparadas y experimentadas y la vista de todos estará puesta en la sucesión.

Tres momentos hay que tener claros en la siguiente legislatura: cuando se presente el juicio político, cuando se apruebe la revocación de mandato y cuando el gobernador pida licencia al cargo.

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Una de las primeras cosas que se les presentarán a los futuros diputados será el paquete económico; apenas se estarán acomodando en sus curules cuando ya tendrán en sus manos el presupuesto e iniciarán el análisis para su posterior aprobación.

Otro aspecto que en algún momento llegará a sus manos es la revisión de las cuentas públicas municipales y la manera cómo actuaron las autoridades municipales salientes; aquí hay que recordar que en la siguiente legislatura habrá cinco ex alcaldes, uno de ellos al frente de la comisión de hacienda.

Pero más allá de la revisión oficial que se haga a los ayuntamientos, será interesante conocer si la nueva legislatura dejará pasar los casos en donde hubo abusos evidentes del presupuesto y acciones que ameriten una acción en contra de las autoridades salientes.

El caso concreto es Cuernavaca, donde la evidencia de malos manejos está a la vista y va de la mano de muchísimas acciones ilegales cometidas por Antonio Villalobos que ameritan una actuación legal y una sanción pública para evitar que ese tipo de casos se vuelvan a repetir.

Por decir algo: el presidente municipal capitalino se otorgó facultades para firmar personalmente todos los contratos del ayuntamiento; al hacerlo Antonio Villalobos Adán asumió responsabilidad directa en cada una de estas acciones y deberá responder por cada peso que haya pagado su gobierno.

La falta de actuación en contra de los funcionarios corruptos ha provocado que los abusos se repitan; la complicidad entre los gobiernos salientes y entrantes ha concedido un amplísimo margen de maniobra a los ladrones y un manto de impunidad que los ha librado de enfrentar la justicia. Cuernavaca y Jiutepec son un ejemplo de ello.

Veremos qué decisión toman en este sentido los diputados, algunos de ellos avecindados en Cuernavaca y todos conocedores de la manera como Antonio Villalobos pasó de la pobreza a la opulencia en tan solo tres años.

Eso sí, el edil presume que al término de su mandato será funcionario federal porque su amigo Rabín Salazar ya lo invitó a incorporarse a su equipo.

nota

Por enésima ocasión la capital vivió un día complejo, hubo bloqueos en varios puntos de la ciudad organizados por ciudadanos que demandan suministro de agua en sus colonias.

La historia no es nueva, se ha vivido a lo largo de toda la administración de Antonio Villalobos y continuará después de que se vaya, porque los daños que han causado a la comuna las malas decisiones y los malos manejos financieros de este gobierno serán muy difíciles de solucionar en el corto plazo.

El cierre de calles y avenidas no se reduce al caos vial que provocan, este tipo de acciones afectan la economía y como varias veces lo han dicho empresarios y comerciantes, cada vez que suceden caen las ventas de productos y servicios.

Antonio Villalobos ya entró a una fase de valemadrismo y frente a los problemas se limita a decir que no es su culpa el no poder pagar, porque así recibió la administración. Lo que calla es que la directora del sistema de agua potable fue nombrada por él y los desvío de recursos que ahí se comete son de su entero conocimiento y responsabilidad.

El problema de agua es una de las tantas crisis que Villalobos heredará a José Luis Urióstegui; el reto de la siguiente administración no está solo en sanear las finanzas de ese organismo descentralizado, lo primero que deberá hacer el abogado es sacar del Sapac al grupo sindical que lo maneja y que a través de la directora (incompetente desde todos los ángulos) maneja la dependencia como un negocio personal.

Es decisión del futuro presidente municipal asumir como propios los problemas que recibe o fincar responsabilidades a quienes visiblemente han cometido actos fuera de la ley. José Luis Urióstegui ya conoce la situación en la que se encuentra la ciudad, lo ha visto desde antes de ganar la elección y la conoce con más detalle ahora que ha tenido los primeros encuentros con funcionarios municipales.

El tesorero ha dicho al alcalde electo que no hay adeudos pendientes porque todos los pagos están al día; falso: el equipo de Villallobos está escondiendo los pasivos, pero son tantos que resulta imposible disimularlos.

Los funcionarios que le hacen el trabajo sucio al alcalde Villalobos son el tesorero, el secretario del ayuntamiento, la directora del Sapac y los encargados de los permisos y de las licencias de funcionamiento. Todos comparten la responsabilidad legal de lo que ha pasado en la capital.

post it

Los jóvenes le están dando un ejemplo a los ciuncuentones: al iniciar el proceso de vacunación acudieron de manera masiva y esperaron pacientes a que les tocara su inmunización.

Los cincuentones, especialistas en vacunas graduados de la universidad de Facebook, rechazaron el biológico AstraZeneca porque no les gustaba su funcionamiento. Hoy los nuevos casos positivos son en su mayoría gente sin vacuna: algunos solo enferman y otros más lamentablemente mueren.

redes sociales

Ayer hubo bloqueos en Cuernavaca. Falto el tuit del hermano dando un plazo de diez minutos para que los manifestantes se retiraran, so pena que de no hacerlo diría quien está detrás de los actos desestabilizadores.

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