El alcalde ignorante
Toño anda tranquilo, me dice una gente cercana al presidente municipal de Cuernavaca, “demasiado tranquilo” insiste; sabe que no puede hacer nada para resolver el problema de agua y por eso ya no se preocupa. “Se necesita dinero para pagarle a la CFE y no hay, ni existe manera de conseguirlo, entonces para que complicarse la vida”. La crisis se va a agudizar hasta que entren el gobernador o el presidente de la república a resolverlo, dice a su equipo; “nosotros ya no tenemos manera de solucionar las cosas”. Mientras Antonio Villalobos Adán pasea tranquilo en su moto, gran buena parte de la ciudad no tiene agua potable desde hace semanas.
La personalidad del alcalde capitalino ha marcado todas las decisiones de su gobierno: es un tipo ignorante al extremo, frívolo, insensible y lleno de ocurrencias; el ayuntamiento de Cuernavaca se ha gobernado en familia desde el primer día, cualquiera que este en el ayuntamiento sabe como se han manejado las cosas en esta administración y de que forma los hermanos se han dividido las posiciones municipales.
Los problemas que enfrenta la capital de Morelos no son menores, ni resultan de un ataque político hacia el titular del ayuntamiento; Antonio Villalobos lleva dos años justificando sus ineptitudes con supuestos ataques en su contra que no lo dejan gobernar, pero la realidad es otra: los problemas en los que ha estado metido el edil son por su culpa: las malas decisiones que ha tomado lo han puesto contra la pared y las excusas que da son las razones del idiota que ya no sabe a quien responsabilizar de sus penurias.
Antonio Villalobos no era nadie antes de ser presidente y no será nada después de que concluya el mandato que por un error de la democracia le tocó ocupar; a nadie le ha importado atacarlo políticamente porque no representa nada: no tiene liderazgo, ni carisma social y en ningún momento tuvo oportunidad de trascender en la vida pública. Muy en el fondo Villalobos siempre lo supo, de ahí la máxima que como familia siguieron en el ayuntamiento: “es el negocio de nuestra vida”.
A lo largo de tres años el gobierno de la ciudad ha estado metido en problemas producto de las malas decisiones del presidente municipal; hemos visto escándalos personales derivados de la frivolidad del alcalde y acciones legales en contra de varios funcionarios municipales por la voraz ambición del titular del gobierno capitalino. Hoy mismo Villalobos tiene que acudir cada cierto tiempo a los juzgados de Atlacholoaya porque se encuentra sujeto a un proceso por actos de corrupción.
Lo que pasa en Cuernavaca es algo nunca visto: combina la corrupción de una familia con la torpeza profesional de un presidente municipal. El resultado es abrumador: la capital de Morelos vive el peor momento de su historia, arrastra deudas históricas, enfrenta severos problemas sociales y carece de rumbo; lo único positivo del gobierno actual es que está a punto de concluir.
La crisis de agua es un problema mayor que, vista la respuesta de la autoridad municipal, provocará inconformidades ciudadanas hasta que intervenga el gobierno estatal o el municipal. Para el edil, flamante propietario de diversos bienes inmuebles en el estado, en otros lugares del país y en el extranjero, la situación no deja de ser incómoda, pero no le quita el sueño porque se ha convencido a si mismo de que no puede hacer nada.
Al bajar los brazos y dejar de buscar soluciones a los problemas, lo que queda es una administración a la deriva, con conflictos sociales que irán explotando uno a uno hasta que llegue la siguiente administración a resolverlos. Bajo la óptica de Villalobos lo que prosigue es esperar a que la gente se canse de cerrar calles y acepte que la única solución por el momento es recibir el vital líquido en tandeos a través de pipas.
El panorama es de suma gravedad porque el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado está quebrado y es mal administrado, arrastra adeudos por más de 265 millones de pesos que se incrementan mes con mes, porque a pesar de que todos los días ingresan recursos frescos al organismo por parte de gente que paga por el servicio (aunque no lo reciban), en algún punto del proceso interno se diluyen al grado que muchas veces no alcanzan ni para sacar adelante la operación de la oficina.
Los bloqueos de calles se han convertido en una imagen recurrente en la capital, casi siempre se trata de vecinos de distintas colonias reclamando suministro de agua, pero también aparecen trabajadores jubilados que exigen pagos atrasados y ciudadanos que demandan derechos violentados de distintas formas.
Cuernavaca se ha convertido en sede del caos bajo una administración incompetente y un alcalde ausente que ya solo piensa en irse. La falta de preocupación de Villalobos frente a los problemas del municipio son parte de su personalidad, reflejan su ignorancia y el valemadrismo que le ha acompañado a lo largo de estos años, causante principal de los problemas más severos que enfrenta la capital.
Morelos igual que el resto del país vive un momento crítico en materia sanitaria por la tercera oleada de covid; la crisis de agua lo único que provocará es que la situación se agrave, porque se trata de un insumo indispensable para cumplir con las medidas sanitarias que eviten nuevos contagios.
El jueves por la noche el gobierno estatal hizo un llamado público el gobierno de Antonio Villalobos para que asuma su responsabilidad (sic) y resuelva los legítimos reclamos de la ciudadanía por la falta del vital líquido en sus hogares. A través de un comunicado la administración estatal reconoció la intervención del gobierno federal a través de la secretaría de gobernación como interlocutor con la CFE, pero enfatizó que de parte del gobierno de Antonio Villalobos ha faltado voluntad política para resolver el problema.
El gobierno de Morelos señala que la Comisión Federal de Electricidad ha propuesto esquemas financieros para avanzar en la regularización de los adeudos que tiene el municipio con la paraestatal y así evitar el corte del suministro de energía de los pozos de agua, pero de parte del ayuntamiento no ha existido voluntad para avanzar en los temas, de ahí la suspensión del servicio de luz.
Los pasivos del Sapac con la CFE no pertenecen solo a esta administración, pero corresponde al gobierno de Antonio Villalobos atender la crisis porque, además, aunque en algún momento señaló que había recibido la dependencia en malas condiciones financieras, nunca realizó ninguna acción legal, ni hizo alguna observación formal al manejo administrativo pasado en el sistema de agua. En castellano: sí acaso hubo malos manejos antes de su gobierno, nunca los denunció.
Hoy la situación en la capital es sumamente grave porque el problema no se resolverá hasta que el suministro de agua se regularice. Antonio Villalobos apuesta por el cansancio de la gente: ha dejado que los ciudadanos se manifiesten, que cierren calles y afecten el libre tránsito sin hacer nada al respecto; lo hace porque calcula que en algún momento se van a cansar y dejarán de hacerlo, pero visto el rumbo que siguen las cosas el problema puede crecer más, porque ante la falta de pago la CFE puede cortar el suministro de energía a otros pozos, provocando sequía en otras colonias.
A unos meses de que concluya el gobierno de Antonio Villalobos el panorama para Cuernavaca es caótico; la administración está dejando de prestar servicios públicos por falta de pago y se vienen los meses más complejos del año, en los que baja la recaudación y aumentan los compromisos financieros.
El alcalde saliente tratará de aguantar las crisis hasta el año siguiente, dejará la ciudad en llamas, la administración quebrada y un mal humor social que sin duda le pegará al siguiente gobierno, porque José Luis Urióstegui no va a poder resolver rápidamente todos los problemas que le están dejando en la agenda.
Lo que no está calculando Villalobos en esta ecuación es que si la inconformidad ciudadana aumenta, aumentará también la presión para que el siguiente régimen proceda legalmente en su contra. Por poner un ejemplo: hay que revisar si todos los contratos que firmó el ayuntamiento se cumplieron, porque en todos está estampada la firma de puño y letra del presidente municipal.
Antonio Villalobos Adán está tranquilo a pesar de todos. Lo está porque por encima de todas las cosas es un ignorante.
La ignorancia, para algunos, es felicidad.
posdata
La tarde del viernes la crisis de agua en la capital se agudizó cuando los ciudadanos inconformes ampliaron los bloqueos; lo que empezó en la avenida Plan de Ayala se replicó en diversos puntos de la ciudad, se prolongó hasta el día sábado y remató con el anuncio de que el siguiente lunes habría un mega bloqueo en toda la ciudad, incluyendo el cierre de todos los accesos a Cuernavaca.
Durante el fin de semana no hubo señales del presidente municipal, ni acciones reales de su equipo para resolver el problema. Lo dicho: al alcalde Antonio Villalobos no le preocupa la crisis de agua, ni le quita el sueño el colapso de la ciudad; al medio día del viernes se reunió con algunos regidores para abordar el tema y el sábado emitieron un comunicado falseando información que luego fue desmentida por la propia CFE; al final no resolvieron nada porque la postura del presidente fue la misma: no hay dinero, luego entonces no hay nada que hacer.
Esta semana podría ser nuevamente complicada si la administración capitalina no responde a la demanda de los ciudadanos. Durante años se ha escuchado a Antonio Villalobos presumir que tiene buenos amigos en el gobierno federal, que su asesor principal es Miguel Lucia, que su jefe político es Rabín Salazar, que recibe línea “de lo más alto” y que se codea con funcionarios de primer nivel en este país.
Es momento que haga uso de esas relaciones para sacar adelante a la ciudad del problema en que se encuentra.
nota
Vista la crisis que enfrenta Cuernavaca el futuro presidente municipal deberá valorar la pertinencia de iniciar desde ahora, aunque sea de manera extraoficial, el proceso de entrega-recepción.
Es evidente que las cifras y datos que conoce del ayuntamiento no coinciden con la realidad social que vemos y dista mucho de ser un escenario favorable. José Luis Urióstegui tomará protesta del cargo y ejercerá las funciones de presidente municipal el primer día del 2022, pero por mucha buena voluntad con la que llegue le será imposible resolver en el corto plazo temas tan complejos como los que están en la mesa provocando movilizaciones sociales.
Conflictos como el de agua, la basura, los laudos, la nómina y la operación municipal se atienden con administración, pero se resuelven con dinero, y al próximo gobierno el dinero de las participaciones federales le llegará por allá del mes de marzo, porque así es la administración pública; los únicos recursos con los que podrá contar el abogado serán propios, principalmente de la recaudación por concepto de impuesto predial, eso si Villalobos no los gasta antes de irse, como sucedió en el Jiutepec de Agüero.
Más de dos meses después de la elección el alcalde electo de la capital no ha dicho cómo, cuando ni con quien llevará a cabo el proceso de entrega-recepción municipal. Por el bien de todos, ojalá lo comience a hacer lo antes posible, para que no se encuentra con más sorpresas desagradables imposibles de resolver.
post it
El sábado por la tarde el ayuntamiento de Cuernavaca lanzó un comunicado respecto al problema de agua en la ciudad que, además de mal escrito, era falso.
Inmediatamente después de que el municipio habló, la CFE fijó postura y dijo:
Autoridades municipales y Sapac pretenden indebida e injustificadamente trasladar la responsabilidad de sus omisiones.
Sapac adeuda 265´007,740.28 millones de pesos que se incrementan mensualmente por falta de pago.
La CFE está abierta al diálogo y a la negociación para resolver la deuda, pero falta disposición y planteamiento económico de parte del municipio.
Traducción: no se reconectará la luz a los pozos y por el contrario, la suspensión del servicio en otros continuará.
Y mientras todo esto sucede, el alcalde pasea tranquilo en su moto.
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La ignorancia es felicidad, pero el conocimiento es poder.
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