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SERPIENTES Y ESCALERAS

La 55 legislatura

Inicia una nueva etapa parlamentaria en Morelos; el reto de la legislatura es ser diferente.

Arrancó la 55 legislatura de Morelos y con ello se reinician las labores parlamentarias; el que se fue es congreso digno del olvido, caracterizado por la falta de acuerdos, la ineptitud de la mayoría de sus integrantes y el manejo discrecional del dinero público. Los representantes populares que se fueron resultaron peores que sus antecesores porque aunque no fueron brazo político de nadie, tampoco sirvieron para nada… ni para gozar del poder temporal que tuvieron. El reto del nuevo parlamento ser diferentes.

Haz un ejercicio personal, lectora lector querido: piensa por un momento en la 54 legislatura y trata de recordar el nombre de cada uno de sus veinte integrantes. Para aquellos que están más al pendiente de las actividades políticas y parlamentarias el reto puede tener un grado mayor de dificultad: recuerden en el nombre del diputado, su partido político y las acciones realizadas a lo largo de tres años.

La que recién terminó fue una legislatura conformada por 14 mujeres y seis hombres, estuvieron representadas once fuerzas políticas y durante toda su gestión se formaron varios bloques internos. A lo largo de tres años recibieron un presupuesto anual de casi 500 millones de pesos, lo mismo que sus antecesores, pero con diez diputados menos; igual que en todas las legislaturas no rindieron cuentas de cómo ejercieron esos recursos.

A diferencia de la legislatura 53, la graquista, donde casi todos los diputados se convirtieron en comparsas del gobernador Graco Ramírez y se dedicaron a aprobar todas las leyes, iniciativas y proyectos enviados por el ejecutivo a la cámara de diputados, en la 54 legislatura, la primera con mayoría femenina, la historia fue distinta porque aunque empezaron como un grupo afín al mandatario estatal al cabo de algunos meses se enfrentaron con él y esa dinámica se mantuvo de manera intermitente: en algunos momentos los diputados fueron aliados y en otros enemigos, pero siempre resaltaron por incompetentes.

El análisis sobre la actuación del parlamento anterior siempre versó en su ineficacia y los permanentes conflictos en los que se enfrascaban sus integrantes; en tres años vimos periodos vergonzosos en los cuales unos y otros se acusaban, se ofendían y descalificaban por cualquier motivo; en algún momento las diputadas, que eran mayoría, se organizaron y formaron un bloque parlamentario desde el cual demandaban respeto y alto a la violencia política de género y a la vuelta del tiempo esas mismas damas protegieron a un diputado acusado de violar a una mujer.

La 54 legislatura morelense pasará a la historia por la mediocridad de sus integrantes, una veintena de personas cuyo bajo nivel neuronal ni siquiera les permitió gozar de las mieles del poder, porque escudados en la pandemia se ausentaron de sus labores y dejaron de acudir por casi un año al recinto parlamentario. En el pasado los diputados, por mediocres que fueran, subían a la tribuna, participaban de la vida política del estado y disfrutaban sus tres años de gloria; en el periodo que recién termina ni eso: los legisladores se ausentaron de la vida pública del estado, por eso muy pocos recordarán sus nombres.

Pero en medio de tanta mediocridad hay un aspecto que pocos observaron, pero representa un asunto mayor: el manejo financiero. La legislatura anterior recibió a lo largo de tres años alrededor de 1 mil 500 millones de pesos que se ocuparon únicamente en la operación del poder legislativo, es decir, no se aplicaron recursos para nada más que para la subvención de las actividades parlamentarias y los sueldos y apoyos económicos de veinte representantes populares.

El dinero destinado por los diputados a ellos mismos ni siquiera se justificó con trabajo, porque el desempeño profesional de la pasada legislatura fue incapaz de aprobar las leyes de ingresos municipales y durante dos años aprobaron fuera de tiempo el paquete económico estatal, con el consecuente perjuicio que ello causó a los ayuntamientos y a sus titulares.

En este punto es importante recordar el deleznable papel que en materia financiera jugó la priísta Rosalina Mazari, quien durante tres años actuó de manera abusiva y arbitraria, le puso precio a su actuación y sacó a flote sus frustraciones personales agrediendo verbalmente en varias ocasiones a los alcaldes que acudían a ella en busca de apoyo para sus municipios.

Quizá todo lo anterior fue plan con maña porque fue tan grande la crítica por la parálisis parlamentaria, la falta de acuerdo de sus integrantes y los abusos personales de varios diputados, que poca atención se puso en el manejo de los recursos financieros de ese poder. Desde hace algunas semanas varios legisladores electos señalaron este punto y advirtieron que eras necesario revisar cómo y en qué se habían ejercido los recursos públicos destinados a la cámara de diputados.

Hoy estamos iniciando una nueva etapa, arranca un parlamento distinto con varios actores políticos que llegan desde los municipios y figuras que tienen más representatividad y experiencia; en la agenda parlamentaria resaltan temas de interés general como atender los efectos de la pandemia, buscar frenar los elevados niveles de inseguridad y elaborar un plan municipalista que coadyuve a las labores de los presidentes municipales.

Aunque estos ejes de acción son sumamente importantes para todos, al igual que como debe ocurrir en los ayuntamientos un punto sustantivo en la agenda de los diputados tiene que estar enfocado en el combate a la corrupción. La revisión de las cuentas debe iniciar en casa, transparentando el manejo de los recursos que hubo en la legislatura anterior, pero debe ir más allá: es necesario que desde la cámara de diputados se impulsen auditorías a las cuentas públicas de los ayuntamientos, principalmente en aquellos en donde, como Cuernavaca y Cuautla, son evidentes los malos manejos por parte de sus titulares.

El compromiso de los nuevos diputados debe ser con los ciudadanos y eso solo se logrará con acciones que confirmen que no son iguales que sus antecesores; deben ponerle un alto a la impunidad política y tienen que llevar a cabo acciones que detengan el daño a las instituciones.

Lo hecho en el pasado debe ser el punto de partida de la nueva legislatura para corregir el rumbo, para armar una agenda amplia que incluya temas sociales y políticos, pero que de forma real responda a las exigencias ciudadanas de justicia.

Los discursos tronantes son interesantes y sirven para atraer la atención de los medios de comunicación, pero si detrás de ellos no hay acciones específicas que muestren congruencia entre el decir y el actuar, al final tendremos más de lo mismo.

Tres años se pasan muy rápido, sobre todo cuando se ejerce el poder. Si los integrantes de la 55 legislatura morelense quieren trascender en política es indispensable que hagan algo diferente y lo hagan de inmediato; ellos pueden fácilmente olvidar los pecados de sus antecesores, pero la sociedad no pasará por alto que ellos se vuelvan protectores de la corrupción del pasado.

Ser legislador hoy en día es un reto político muy peligroso. En los últimos años ha marcado el fin de la carrera política de sus integrantes.

posdata

José Luis Urióstegui reitera que no milita en ningún partido político; no lo hará por el momento a pesar de que dos lo postularon en la campaña anterior.

La declaración que hizo ayer el alcalde electo de Cuernavaca no sorprende a nadie porque quienes conocen al abogado saben que desde hace años lo suyo es la batalla política desde la ciudadanía; participar en la pasada elección de junio fue una decisión estratégica: se le complicó reunir los requisitos para una candidatura ciudadana y el PSD y el PAN le ofrecieron respaldo en condiciones favorables. Revisemos esas condiciones:

Acción Nacional otorgó a José Luis Urióstegui la candidatura a la presidencia municipal de Cuernavaca y la suplencia de dicha candidatura, nada más; el resto de las posiciones: la sindicatura y las regidurías se las quedaron los hermanos Martínez Terrazas porque, valga decirlo, no estaban convencidos de que ganarían ni hicieron nada de su parte para ganar. El caso del PSD es distinto, ahí la oferta fue más generosa: le dieron la candidatura, regidurías y hasta una diputación local que estuvo representada por Andrea Gordillo.

Precisamente porque se trató de un acuerdo perfectamente claro no es factible que los partidos que participaron en la alianza quieran obtener posiciones en el gobierno de Cuernavaca; no es factible, pero tampoco es imposible, porque hablamos de política y personajes sin moral a los que no les importa mentir con tal de obtener beneficios personales, como los hermanos Martínez Terrazas. El ejemplo más claro de ello es la candidatura indígena que ocupó Daniel y que le fue retirada por el TEPJF.

Digámoslo de esta manera: la posibilidad de que el PAN o el PSD se agandayen posiciones en el próximo gobierno de Cuernavaca depende totalmente de que el alcalde electo se deje; José Luis Urióstegui compitió en desventaja frente a los demás candidatos, porque aunque tuvo al PAN de su lado, el apoyo de la dirigencia apenas se notó: fue una campaña pobre, limitada en todos los sentidos y sujeta al estado de ánimo de los hermanos. Precisamente por ello hoy ninguno de los tres, ni Daniel, ni Adrián, ni Juan Carlos tienen calidad moral para exigirle nada a José Luis.

Por supuesto en la mente de los tres hermanos está la idea de que pueden someter al abogado con la amenaza de hacerle la vida difícil en el cabildo, ponerle trabas en el congreso y retirarle el apoyo del partido en el 2024; habría que ver en todos los casos, primero, sí para el 2024 los hermanos Terrazas siguen al frente del PAN y si a José Luis Urióstegui le interesa volver a competir bajos sus siglas.

En el cabildo y en el congreso se debe tomar en cuenta que el apellido Terrazas no es bien visto y a muchos les simpatiza el proyecto y la personalidad de José Luis Urióstegui; en castellano: los Terrazas son unos vividores de la política y Urióstegui es un hombre decente y honorable.

Hizo bien José Luis en puntualizar su independencia ideológica; lo que urge es que comience a armar su equipo de gobierno y a definir un proyecto sólido de administración. Para ello es indispensable que comience a adentrarse de la situación que guarda el fallido gobierno de Antonio Villalobos.

nota

Luego de dos días de rumores se confirmó la salida del consejero jurídico de la presidencia de la república; la despedida de Julio Scherer fue emotiva, cordial, refiere que se cumplió un ciclo y seguirá apoyando desde su trinchera a la 4T.

En los pasillos de poder, empero, se habla de abusos y excesos cometidos por el abogado, acciones que poco a poco fueron colmando la paciencia del jefe al punto que su continuidad en el equipo fue insostenible. La fama de Scherer en el gabinete era por todos conocida… y sumamente criticada.

El consejero jurídico presidencial colocó piezas suyas en muchos gobiernos, incluyendo el de Morelos; aquí su pupilo es José Silva Bandala, el titular del área de infraestructura educativa, un lugar donde se contratan obras millonarias y pocos voltean a ver.

Habrá que ver si la salida de Scherer del gabinete federal afecta a sus discípulos en el país; recordemos que en el caso de Morelos sus corifeos le jugaron las contras a Morena en la pasada elección estatal: apostaron fuerte por Sergio Estrada Cajigal y abiertamente en contra de Jorge Argüelles Victorero.

post it

Conozco a Ana Laura desde hace muchos años. Aunque últimamente no nos hemos frecuentado es mi amiga, la quiero, la respeto y la admiro. Es una mujer noble, fuerte, culta, inteligente, generosa… una Ortega en toda la extensión de la palabra.

Muchas veces la vida nos pone en situaciones complicadas y hoy su familia enfrenta un momento difícil por la partida de Gustavo, su compañero de vida. A ambos tuve la oportunidad de conocerlos: los traté y conviví muchas veces con ellos; no eran iguales, eran complemento, representaban la mezcla perfecta de personalidades, pensamientos, ideas y sentimientos que toda pareja necesita para ser feliz.

Abrazo con cariño y respeto a mi querida Ana Laura, expreso mi solidaridad a toda su familia y hago votos porque Dios les conceda la fortaleza para superar este momento. Gustavo ha dejado el plano terrenal, pero seguirá presente en la mente y en los pensamientos de todos quienes tuvimos el gusto de conocerlo.

redes sociales

Vecinos de varias colonias amenazan con volver a cerrar calles si persiste la falta de agua. Desde hace un par de semanas las cosas se calmaron en este tema, aunque ello no fue resultado del trabajo del ayuntamiento.

La máxima del alcalde se cumplió: se cansaron de manifestarse.

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