Tlayacapan.— El centro de Tlayacapan, tierra de alfareros, vive su luto desde la noche del jueves, cuando una tromba con origen en el Cerro Grande provocó fuertes corrientes de agua que se desplazaron por las distintas barrancas del municipio y golpearon con fuerza a las casas situadas en el corazón del lugar.
La corriente derribó bardas, arrastró vehículos, arrancó árboles y prácticamente expulsó de sus hogares a Alejandra Torres, de 27 años, sus dos hijas de cuatro años y de dos meses de edad, así como al abuelo Zenón Torres.
En la vivienda contigua, la lluvia inundó la casa donde se encontraba Consuelo de 64 años, quien perdió la vida ahogada, sin que alcanzara a ser rescatada por su yerno Édgar Enrique López Romero, pues sólo pudo rescatar a sus tres hijos y a sus padres.
El ambiente en las colonias 3 de Mayo y El Plan era de desolación por la afectación de las viviendas, pérdida de sus bienes materiales y el temor de regresar a sus casas por el pronóstico de lluvias a lo largo de este septiembre, conforme con el aviso de la Comisión Estatal del Agua.
Por la tarde, el coordinador de Protección Civil en Morelos, Enrique Clement, dijo que las lluvias en los municipios de Cuautla, Tlayacapan, Ayala y Yecapixtla arrojaron 233 viviendas dañadas, mil 22 civiles afectados, cuatro fallecidos y una persona desaparecida.
En las tareas de ayuda participaron 150 elementos de Protección Civil, sistemas municipales, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Cruz Roja, el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), grupos voluntarios y Zacatuches.
Poco después del mediodía, el gobernador Cuauhtémoc Blanco acudió a la zona del siniestro para visitar a las familias de los deudos y de los damnificados. “No están solos, vamos a realizar todo nuestro esfuerzo para rehabilitar las casas dañadas. Hay un gobierno que los apoya”, dijo el gobernador y pidió a la alcaldesa María del Carmen Pochotitla realizar un censo sobre los bienes dañados.
Improvisado rescate
Édgar y su esposa regresaron a su hogar alrededor de las 19:00 horas, y cuando llegaron a la privada de Tepanate, entre la barranca del mismo nombre y el panteón municipal, encontraron una valla humana que impedía el paso hacia su casa porque el nivel de agua lo cubrió en su totalidad.
Édgar libró el retén humano y corrió sobre la barda del panteón para saltar hacia el techo de su casa. Desde el interior escuchó los gritos de sus hijos y por la ventana del baño, un espacio de un metro con 40 centímetros, logró sacarlos, luego a sus padres, y cuando llamó a gritos a su suegra, Consuelo, no recibió respuesta porque había fallecido por ahogamiento.
Sus hijos le comentaron que doña Consuelo protegió hasta el último momento a su hermana de tres años de edad, porque sus esfuerzos los dirigió a levantar a su nieta para que no se ahogara, y cuando desfallecía, la colocó encima de una pecera, de la cual se aferró la menor hasta que fue rescatada por su padre.
En el Congreso de Morelos, el legislador priista Eliasib Polanco pidió guardar un minuto de silencio por las personas fallecidas y por la pronta localización del adulto extraviado.
Asimismo, exhortó al gobierno estatal a participar de forma activa para atender las necesidades de los damnificados. A la propuesta se sumaron el presidente de la Mesa Directiva, Francisco Sánchez, así como legisladores del PT, Morena y Movimiento Ciudadano.
En tanto, el secretario de Gobierno, Pablo Ojeda, llamó a coordinar esfuerzos y trabajar de manera inmediata en cada uno de sus rubros para evaluar los daños y determinar los instrumentos de atención necesarios.
También se pronunció por redoblar esfuerzos y coordinarse con las instancias federales y municipales a fin de salvaguardar a la población, sus bienes y el entorno ecológico.