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EL ASALTO A LA RAZÓN

El caso Zulma encuera al “Zar”

El año pasado, en entrevista virtual, la pequeña Zulma le preguntó a Hugo López-Gatell: “Como niña con diabetes tipo uno, si llevo un buen control de glucosa, ¿aun así estoy en mayor riesgo de complicación por covid-19?”.

Le contestó el funcionario: “Las niñas y niños que tienen diabetes tipo uno deben considerarse con mayor probabilidad, mayor peligro, de complicarse de covid”, y alertó sobre la conveniencia de que los menores con morbilidades fueran atendidos de manera especial, tan luego como concluyera la inmunización de los mayores de 65 años.

El 24 de junio reciente, López-Gatell tuiteó: Con gusto informo que Cofepris ha autorizado la ampliación de la indicación de la vacuna Pfizer para mayores de 12 años; es la primera vacuna contra #COVID19 autorizada para adolescentes en nuestro país. Es una noticia que permitirá seguir protegiendo al pueblo de México.

La semana pasada, en un video dirigido al mismo inexplicable subsecretario de Salud, Zulma le informó que obtuvo el amparo de la justicia federal para ser vacunada, pero que el titular del ramo en Veracruz, después de haberla hecho esperar en una cochera, se negó a acatar la orden judicial, fregadera que fue respaldada por el gobernador Cuitláhuac García.

Sin aludirla expresamente, el subsecretario le respondió a Zulma en un tuit: el gobierno federal, escribió, “revisa continuamente la evidencia científica y las recomendaciones de expertos nacionales e internacionales” para definir “las fases de vacunación” y, cobarde, eludió decirle si sería o no vacunada.

Vino entonces la desafortunada interpretación presidencial, el pasado viernes, de imaginar en “250 demandas de amparo en 19 entidades” una supuesta “acción concertada”, y antier los padres denunciaron que a la pequeña se le citaba “para su valoración” mañana jueves, a mediodía, en el Centro de Alta Especialidad Rafael Lucio de Xalapa… ¡un hospital covid!, instruyéndole que ingrese por Urgencias. ¿Y por qué no Consulta General? ¿Con qué estudio “de alta especialidad” quisieron engañarla cuando tiene el expediente de su endocrinóloga? ¿Qué “valoración” esgrimen si a quienes nos hemos vacunado solo nos midieron la temperatura y respondimos los medicamentos que tomamos y, excepcionalmente, cómo se está de oxigenación?

Con toda razón los padres juzgan el citatorio “una perversidad”.

Pero hasta en la malignidad hay grados y la de López-Gatell, como se vio ayer, es a la vez idiota y demoniaca: poco después de que el canciller Ebrard informara la donación de 300 mil dosis de vacunas a Honduras y Bolivia, profirió:

“Por cada dosis que, por ejemplo, por acción judicial por estas sentencias de amparo se desviara hacia un niño o una niña cuyo riesgo es considerablemente menor, se le está quitando la oportunidad a una persona que tiene un riesgo mayor…”.

¿Se desviara?

El único desviado es él, bien puesto de pechito para ser denunciado penalmente por delitos contra la salud...

cmarin@milenio.com

Ámbito: 
Nacional