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SERPIENTES Y ESCALERAS

La renovación del PAN

La buena: los Terrazas perderán la dirigencia del partido. La mala: no hay nada malo en eso.

Por decisión del comité nacional los panistas de Morelos tendrán una mujer al frente del partido una vez que se lleve a cabo el proceso de renovación de la dirigencia; el hecho es histórico toda vez que nunca ese partido había tenido a una dama como presidente. Varias militantes de esa institución ya han alzado la mano para competir y algunas más han hecho un llamado a la unidad para evitar que la contienda los divida. Sea quien sea la futura presidenta del PAN en Morelos, será mejor que Juan Carlos Martínez Terrazas.

Con el cambio de directiva Acción Nacional tiene la oportunidad de convertirse en un partido distinto a los demás y muy diferente a lo que ellos mismos han sido a lo largo de los últimos años. El primer reto del PAN en Morelos es vencer los viejos vicios que los agobian desde hace años y abrir la institución a las causas sociales que les dieron vida hacer más de ochenta años.

En Morelos no hay oposición real, ningún partido ha ocupado ese espacio porque carecen de liderazgo, de objetivos y además no tienen una agenda ciudadana. A nivel nacional el PAN es el único partido en México que ha tratado de hacerle frente a Morena y al gobierno federal, pero en la entidad eso no ocurre porque la dirigencia panista es totalmente inexistente.

Poner la institución en manos de una dama es una decisión importante, porque sin importar de quien se trate representa una apertura que pocos habrían pensado sucedería en Acción Nacional en el corto plazo.

Por supuesto que esta determinación da al traste con las ambiciones personales de los hermanos Martínez Terrazas, quienes durante los últimos años han usufructuado el cargo de la peor manera posible; a diferencia de otros dirigentes lo suyo ha sido la inacción y la mediocridad: más que ambiciosos, Juan Carlos, Adrián y Daniel son flojos.

De cara al proceso de sucesión el relevo de la dirigencia estatal es un paso sustantivo en el proyecto que tenga ese partido para el 2024; tomando en cuenta que todos los organismos políticos están pensando en el relevo en la gubernatura y que para ello es fundamental comenzar desde ahora a sentar las bases, la llegada de una dirigencia distinta ofrece buenas posibilidades para el único partido que puede encabezar una alianza competitiva contra Morena.

La clave en esta historia no está en que la futura dirigencia este encabezada por una mujer, lo primero es quitar de la ecuación a la familia Terrazas y de ahí viene todo lo demás. Por supuesto que impulsar a una dama es extraordinario, pero para que la estrategia funcione se requiere que la próxima presidenta entienda el reto que tiene enfrente y sume a toda la sociedad en una misma causa.

Desde ahora hay quienes aseguran que el relevo no cambiará mucho las cosas porque con el control del consejo los hermanos Terrazas pueden impulsar a quien quieran (ahí mencionan a la exdiputada Dalila Sandoval), pero aunque así suceda me parece imposible que ella o cualquier mujer que tome las riendas del partido se someta incondicionalmente a los intereses de una tercia que ha demostrado con creces su mediocridad.

De cara al 2024 es claro que solo el Partido Acción Nacional puede encabezar una candidatura que compita por la gubernatura con posibilidades reales de ganar, pero también es evidente que la fuerza del PAN por si sola es insuficiente para triunfar en las urnas, no importa quien sea su candidato.

Ahí destaca una vez mas el relevo de los hermanos Terrazas, porque para ellos ganar elecciones no es prioritario, lo suyo son los espacios plurinominales, los seguros, los que aunque no representan tanta rentabilidad política y económica como otros, son seguros y no demandan mucho esfuerzo ni inversión de su parte. Por eso siempre se han opuesto a las alianzas, porque ir de la mano de otros partidos los obligaría a dialogar con más actores de poder y sobre todo a ceder posiciones que ellos buscan para si mismos.

La futura dirigencia del PAN debe tener varias cosas en claro: 1- Son oposición y tienen que actuar como oposición. 2- Necesitan agenda social y trabajo político. 3- Deben participar en la vida pública del estado y abanderar causas sociales. 4- Requieren un profundo e inmediato trabajo de reconciliación interna. 5- Necesitan posicionar socialmente su marca a través de un buen manejo de medios. 6- Tienen que comenzar a trabajar la sucesión desde ahora, generando alianzas de todo tipo. Y 7- Deben tener claro que aunque son la segunda fuerza política en el estado, no pueden ganar solos la próxima elección.

Estos son solo algunos de los puntos que debe considerar la siguiente dirigencia y van de la mano con el hecho de cambiar la manera como se ha conducido el partido en los últimos años. Por supuesto que no deben repetir las viejas prácticas de la Sagrada Familia porque fueron esas las que provocaron su desprestigio, pero tampoco pueden continuar con la inamovilidad de la actual dirigencia, porque ello ha resultado peor y los ha hecho ver muy mal frente a una sociedad que simpatiza con el panismo, pero rechaza la imagen que proyectan los hermanos Terrazas.

Una dama al frente del PAN es una buena decisión y sin duda ayudará a que ese partido renueve bríos de cara a la sucesión, todas las panistas que han expresado su deseo de competir tienen cualidades para conducir a la institución y sin lugar a duda cualquiera de ellas sería mejor que la dirigencia actual.

En muchos lugares y momentos las mujeres nos han demostrado que son tanto o más capaces que los hombres para tomar decisiones y llevar el barco a buen puerto; en el caso del PAN no tiene porque ser diferente.

El reto para la futura presidenta es el mismo que el de los diputados de la 55 legislatura: tienen que ser y actuar diferente.

posdata

En la actual legislatura hay expresidentes municipales que “sufrimos las burlas y el desentendimiento de los anteriores diputados”, dijo Agustín Alonso Gutiérrez en clara referencia a Rosalina Mazari Espín, quien en el parlamento anterior presidió la comisión de hacienda y desde ahí lastimó a los municipios y se pitorreó de los alcaldes.

“Eso no va a volver a pasar”, ahora hay apertura y se ayudará a los ayuntamientos a sortear las dificultades económicas y los problemas en mejores condiciones.

Cabe recordar que la legislatura pasada no aprobó durante tres años las leyes de ingresos municipales, lo cual hizo muy compleja la labor de los ediles y causó serios problemas a sus comunidades. La actitud de los anteriores diputados hacia los presidentes municipales fue de menosprecio y burla, al grado que en algún momento la priísta Rosalina Mazari retó a los alcaldes morelenses a que llevaran a su gente al congreso a hacer presión “A ver si entre todos juntan mil personas”.

Posturas como la de Rosalina reflejan de cuerpo entero la manera como se condujo la legislatura anterior y muestran la personalidad de un congreso que nunca fue capaz de ponerse de acuerdo y gastó 1 mil 500 millones de pesos sin rendirle cuentas a nadie. Lo que nunca pensó la ixtleca es que algunos de los alcaldes a los que humilló serían diputados y estarían en condiciones de revisar su actuación como legisladora.

La declaración hecha por Agustín Alonso se dio en una reunión en la que estuvo acompañado de la secretaria de Hacienda Mónica Boggio y marca una línea en las relaciones institucional entre poderes y con las demás autoridades de la entidad. Alonso Gutiérrez no es un improvisado, proviene de una familia con abolengo político y tiene experiencia como representante popular y en la administración pública.

El llamado del diputado Alonso a los alcaldes fue para comenzar desde ahora a analizar las propuestas de leyes de ingresos para que se aprueben lo antes posible, de manera consensada y con el mínimo de observaciones. Lo mismo parece que sucederá con el caso del paquete económico que envíe el ejecutivo, lo cual representaría un paso importante para que Morelos salga de la crisis que provocó la pandemia.

Muchos pensaban que Agustín Alonso llegaría a la cámara de diputados con la espada desenvainada y deseos de revancha personal; por ahora lo que vemos es a un legislador que actúa con seriedad, toma decisiones maduras y contrasta su actuación con el pobre desempeño de sus antecesores.

Esto no quiere decir que estamos frente a una legislatura sometida o arreglada, por el contrario, lo que se observa es un congreso más profesional y por tanto más peligroso si en algún momento los representantes populares deciden tocar tambores de guerra.

La clave para la estabilidad del estado es el diálogo y la política.

¿A qué funcionario del gobierno estatal le tocará cabildear con los diputados?

nota

Lo mismo que en el PAN y en Morena, en el PRI está en marcha el proceso de renovación de la dirigencia estatal. Jonathan Márquez se ha separado del cargo para competir por la presidencia estatal y si algo extraordinario no ocurre, en poco tiempo volverá a la presidencia, pero ahora electo.

A diferencia de lo que podría ocurrir en Morena, donde hay algunas tribus inconformes que juegan el papel de oposición al rabinismo, en el Partido Revolucionario Institucional no hay voces discordantes tras la expulsión de las Maricelas.

En elecciones pasadas el proceso de renovación de la dirigencia era una cena de negros en la que coincidían los tres principales grupos de ese partido: los maricelos, los manueles y los amados; hoy los tres están fuera y sin posibilidad de influir en el resultado. Eso sin contar que Márquez y sus aliados han planchado el proceso de manera tal que, como los Terrazas en el PAN, controlan al consejo y pueden decidir el resultado de la votación.

En la elección pasada Jonathan Márquez no pudo presumir buenos resultados, aunque ganó algunas posiciones más que en el 2018, pero pudo vender la idea de que había limpiado al partido de los cacicazgos que lo tenían secuestrado desde hace varias décadas. En el 2024 ese argumento ya no va a servir.

El trabajo político de Jonathan en Morelos ha sido de regular a malo, el joven dirigente trazó un plan que inicialmente parecía atractivo y terminó haciendo lo mismo de siempre, pero de forma más vulgar. Incluso la salida de Amado Orihuela y de las Maricelas no es una acción que la dirigencia pueda atribuir como propia, pues estos tres personajes saltaron al vacío solos: Amado renunció para competir en Fuerza por México y las Maricelas pusieron sus canicas en un nuevo partido y en la candidatura de Jorge Argüelles, lo cual las colocó en una natural condición de ser expulsadas.

Personalmente no tengo duda que Jonathan Márquez será electo presidente del PRI en Morelos, pero no estoy seguro de que eso sea bueno para su partido. Toda la fuerza de este joven radica en su amistad con el dirigente nacional, no ha hecho nada para ganarse el respeto de sus correligionarios en el estado, ni ha mostrado aptitudes que lo hagan ver como un político valioso: el muchacho es arrogante, se cree mucho más preparado de lo que está y es notoriamente menos experimentado de presume. Su principal defecto es la arrogancia y eso será el motivo de su fracaso.

El problema del PRI es que se trata de un partido sin propuestas, sin ideas, sin compromisos, sin representatividad, de mala imagen, lleno de vicios y conducido en este momento por un grupo de jóvenes con mentalidad obsoleta que suponen que grillar es lo mismo que hacer política. En Morelos el PRI no tiene futuro.

Jonathan Márquez será el próximo dirigente del Partido Revolucionario Institucional en Morelos y su actitud será la tumba de su carrera política.

post it

Para todos los actores políticos que están pensando en el 2024, el nombre del juego en los próximos años será percepción. No importa de quien se trate, el manejo de la imagen pública será sustantiva para personas e instituciones en los años por venir, ya sea de cara a una elección o en el trabajo de gobierno.

Incluso en los casos donde pueda tratarse de una imposición nacional, como con Rabín Salazar, el manejo de medios es clave. Explico: sí el subsecretario no regresa a trabajar en el estado en los próximos años, su eventual designación como candidato se tomará como una imposición y ello restará fuerza a su proyecto electoral.

Los mejores vistos siempre son los mejores calificados.

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Ya arrancó la 55 legislatura. ¿A quienes les ven más proyección social, política y electoral?

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