Cárcel a Graco
Tres años han pasado desde que en campaña Cuauhtémoc Blanco prometió meter a la cárcel a Graco Ramírez y someter a juicio a varios de sus excolaboradores; razones para ello sobraban: bajo el mando del tabasqueño Morelos vivió uno de los peores momentos de su historia, la inseguridad repuntó como nunca, la violencia se hizo presente en todos lados, la corrupción se convirtió en el deporte del sexenio y las finanzas estatales fueron comprometidas por los siguientes treinta años derivado de créditos multimillonarios gastados en obras inexistentes. A pesar de todo Graco Ramírez sigue libre y ahora busca revancha política. Golpe que no mata, fortalece.
La memoria de los ciudadanos es sumamente corta, sobre todo cuando tiene que ver con cuestiones políticas; hace unos años el enemigo público era Graco Ramírez porque junto con su familia utilizaron el gobierno estatal para saquear la entidad y lastimar a muchas personas. Luego de seis años de gestión el exgobernador se convirtió en un personaje repudiado en todos los sectores sociales, con un desgaste político tan grande que no solo hundió a los candidatos de su partido, a la postre hizo que el PRD, defensor a ultranza de su administración, perdiera el registro en el estado.
Parece que fue ayer cuando Graco y Gayosso eran sinónimos de corrupción y de todo lo malo ocurrido en Morelos, la sola mención de sus nombres en campaña llamaba la atención, especialmente cuando se ofrecía castigar sus abusos. A mitad de su sexenio el tabasqueño soñó con ser candidato presidencial y se lanzó a una cruzada nacional para posicionar su nombre e imagen, pero el desastre cometido al frente de la administración estatal lo arrastró y acabó con su carrera política.
Unos años más tarde Graco Ramírez ha dejado de estar en la mente de los morelenses, se le recuerda como un mal gobernador, pero ya no aparece como el político más odiado por la opinión pública. La promesa de llevarlo a prisión catapultó a Cuauhtémoc Blanco a la gubernatura, pero el incumplimiento de este juramento ha transformado la expectativa en molestia contra el gobierno actual y contra su titular. Muchos de quienes en el pasado reciente señalaban con dedo de fuego al tabasqueño ahora expresan su abierto enfado contra el futbolista.
La política es una actividad cambiante, sobre todo cuando se ejerce sin conocimiento; luego de seis años en la administración pública el exseleccionado nacional insiste en que no es político, pero su cargo y actividades son eminentemente políticas y demandan de él una actuación en consecuencia.
Hasta ahora la fortuna ha favorecido al mandatario morelense, pues a pesar de los múltiples conflictos que ha enfrentado como autoridad goza del aprecio y de la protección del presidente de México no solo para sacar adelante su encargo como jefe del estado morelense, también lo consideran dentro de los planes electorales de Morena en el 2024 en la Ciudad de México.
Precisamente por ello, porque la suerte aún sonríe al excapitán americanista, Blanco Bravo debe aprovechar el momento y ajustar su gabinete para dar mejores resultados: un tema pendiente en su agenda tiene que ver con los actos de corrupción cometidos en el gobierno pasado y su promesa de actuar contra los responsables. Sin castigo a Graco, la opinión pública difícilmente estará del lado de Cuauhtémoc.
Durante tres años el equipo jurídico y el asesor anticorrupción del gobierno estatal han presentado más de 60 denuncias contra graquistas, pero ninguna ha avanzado; la justificación recurrente es que el exgobernador cuenta con la protección de los fiscales y de varios magistrados, empezando por el presidente de poder judicial Rubén Jasso, pero aún dando por bueno ese argumento destaca es la incapacidad del régimen para romper el dique de impunidad construido por Graco Ramírez.
Cuauhtémoc Blanco Bravo es uno de los gobernadores más cercanos al presidente de México, más cercano que la mayoría de los gobernadores de Morena; el secretario de gobierno es una persona cercana a la exsecretaria de gobernación y varios integrantes de su gabinete presumen tener buenas relaciones con figuras importantes del gabinete federal y con los otros dos poderes del estado. Aún así las denuncias contra Graco Ramírez no han procedido. ¿Por qué?
Se entiende que el jefe del ejecutivo no es un experto en materia jurídica ni tampoco un cabildero profesional, pero es indispensable que en su equipo de trabajo participen personas que si lo sean, que aprovechen las relaciones de poder y abran camino a los asuntos que importan al gobernador. La promesa de Cuauhtémoc Blanco de llevar juicio a su antecesor es real porqué así lo quiere el futbolista, pero no ha avanzado porque quienes desde su gabinete tienen el encargo de hacer que las denuncias avancen no han hecho bien su trabajo.
Reactivar las imputaciones contra el exgobernador perredista debe ser un punto clave en la agenda política del gobernador Blanco Bravo durante la segunda mitad de su mandato; el incumplimiento de esta meta no solo le ha acarreado un enorme desgaste personal, también se está convirtiendo en un punto crítico en la gobernabilidad porque el tabasqueño está de regreso en la arena pública y está operando para impedir que las aspiraciones políticas del americanista prosperen.
Digámoslo de esta forma: los planes del presidente Andrés Manuel López Obrador colocan a Cuauhtémoc Blanco Bravo como un aspirante de Morena a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México; el mandatario federal conoce el desgaste que el futbolista tiene en Morelos, pero también ha registrado que su popularidad en la capital del país es muy alta y eso lo convierte en un contendiente sumamente rentable.
La única condición para que Blanco Bravo llegue al 2024 como un precandidato fuerte es que Morelos no se le vaya de las manos, es decir, que en los siguientes dos años la situación en la entidad sea estable y su figura no quede envuelta en un problema personal o de gobernabilidad que lo deje fuera de la fiesta electoral.
Aquí es donde la historia se torna interesante, porque aunque la fuerza política del presidente es mucha, su influencia en el partido y en los demás aspirantes al gobierno capitalino irá disminuyendo conforme avance su sexenioo. Es en ese aspecto en donde el gobernador se debe cuidar no solo de las figuras que desde Morelos están interesados en cobrarle facturas, como Graco Ramírez, también se debe cuidar de que no le estalle una crisis local que haga voltear los ojos a otros miembros de Morena que buscan esa candidatura y aprovecharán cualquier incidente para sacarlo de la jugada.
Lo que vimos hace una semana con la denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción forma parte de esta historia: detrás de la demanda está la mano del exgobernador Graco Ramírez, de Matías Nazario y de algunos diputados locales que quieren llevar a juicio al gobernador. Todos ellos saben que la investigación del caso Primavera no va a avanzar, pero apuestan a que con la misma información la FECC inicie procedimientos legales que golpeen al jefe del ejecutivo.
Cuando Cuauhtémoc Blanco Bravo prometió meter a la cárcel a Graco Ramírez se ganó la simpatía de muchos porque ofreció hacer justicia y acabar con la impunidad que prevaleció en Morelos durante seis años; la falta en la palabra de futbolista es hoy su principal desgaste, porque lo deja mal parado frente a la gente que confió en él, revive a sus enemigos y está dando pie a la formación de un frente común que le puede hacer mucho daño en los meses siguientes.
Si el estancamiento de las demandas en contra del exgobernador Graco Ramírez son por cuestiones políticas ¿Por qué no piden ayuda al gobierno federal para que, políticamente hablando, se rompa la red de protección que brinda tranquilidad al tabasqueño?
Un candado político se abre con una llave política.
posdata
El alcalde electo de Cuernavaca puso el dedo en la llaga y anuncia que sustituirá al personal sindicalizado del Sistema de Agua Potable por personal de confianza, esto con el objetivo de solucionar los problemas que enfrenta el Sapac, incluyendo por las redes de corrupción en las que interviene la delincuencia organizada.
El señalamiento de José Luis Urióstegui es fuerte, es directo y pega en el corazón del organismo operador; para nadie es secreto que el sistema de agua es operativamente deficiente y trabaja sin la menor sensibilidad social en el manejo de un recurso invaluable para el ser humano. Pero el abogado va más allá: refiere que el problema en el Sapac radica en la corrupción y en la participación de la delincuencia organizada que, añade, opera a través del sindicato. ¿Cuál sindicato?
Atender el abasto de agua en Cuernavaca es un tema sustantivo para el nuevo gobierno, de ello depende el futuro de la administración y la calidad de vida de miles de personas que padecen por la falta de agua desde hace varios años. En la agenda del gobierno municipal hay problemas importantes y urgentes y el agua representa ambas cosas.
Ya entrados en gastos, hablando de corrupción, José Luis Urióstegui debería poner sobre la mesa la revisión puntual al manejo financiero y administración de la ciudad en los últimos años, en la actuación de los personeros del presidente Antonio Villalobos: Laura Mendizabal, Héctor Ordoñez, Erick Santiago y José Quiñones y en el enriquecimiento de varios funcionarios del ayuntamiento que no corresponden a los ingresos que perciben.
Sin duda la crisis en el sistema de agua potable y alcantarillado de Cuernavaca es un tema urgente de resolver, pero si se trata de combatir y castigar los malos manejos municipales es imperativo que la próxima administración llame a cuentas a quienes han hecho del gobierno de Cuernavaca un negocio personal.
Pasar por alto la corrupción del gobierno actual de la capital colocaría a José Luis Urióstegui como un cómplice de las raterías de Antonio Villalobos.
Y si es su cómplice, nada bueno podemos esperar de su administración.
nota
Así lo declara el fiscal anticorrupción de Morelos Juan Salazar:
"La Fiscalía Anticorrupción ya está investigando este hecho denunciado por el abogado Enrique Paredes Sotelo y en caso de encontrar elementos se estará solicitando al congreso del estado un juicio de procedencia en contra de quien resulte responsable; no puedo dar a conocer nombres por que se estaría entorpeciendo la investigación, pero podría ser algún secretario e incluso el mandatario morelense… Lo único que está haciendo la Fiscalía Anticorrupción es actuar de manera autónoma, hacer el trabajo por el cual estamos que es el de investigar los actos que se nos denuncian, no estamos haciendo ningún tipo de persecución ni tampoco, tanto un servidor como el fiscal general Uriel Carmona, estamos trabajando para proteger a algún ex gobernador”
Ergo: sí protegen a Graco y van tras Cuahtémoc.
post it
Las lluvias de la semana pasada fueron intensas y provocaron afectaciones en varios municipios; la rápida reacción de las autoridades de protección civil y el apoyo solidario de los vecinos fue determinante para que la crisis no terminara en tragedia.
En esta historia vale destacar el actuar del presidente municipal de Jiutepec: Rafael Reyes, quien actuó al momento, envió apoyo inmediato y acudió a las zonas inundadas para supervisar los trabajos de ayuda y dialogar directamente con los afectados.
Por actitudes como esta Rafa Reyes tiene un amplio respaldo de sus paisanos.
redes sociales
Circula a través del WhatsApp un audio en el que se escucha al excomisionado del Imipe Víctor Manuel Díaz Vázquez y su chofer de nombre Sergio Salinas acordar la compra simulada de tres autos pertenecientes a dicho organismo. Lo expresado por ambos personajes sería constitutivo de un delito que de nueva cuenta involucra a varios personajes de ese organismo.
Desde hace mucho tiempo el Instituto Morelense de Información Pública y Estadística ha dejado de ser un ente confiable, pues la actuación de sus integrantes ha sido motivo de reiteradas acusaciones y señalamientos que tienen que ver con actos ilegales y conductas inapropiadas.
¡Chulada de servidores públicos tenemos en las instituciones de Morelos!
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