Las mentiras del “caso Narvarte”
Al cumplir un año el quíntuple crimen de “la Narvarte”, las preguntas regresan al lugar de los hechos.
¿Quién los mató? ¿Por qué? ¿Por qué a cinco si, según el imaginario colectivo, solo iban por un supuesto periodista? ¿Por qué la autoridad no resuelve el caso?
Por increíble que parezca y ridículo que resulte, lo cierto es que el caso está aclarado desde hace casi 10 meses. ¿Por qué, entonces, “los coadyuvantes” pregonan que nada se ha hecho?
La respuesta es demoledora. No hay punto final en el quíntuple homicidio de “la Narvarte” porque “los coadyuvantes” quieren a toda costa sacar raja política y dinero, por la ley de víctimas, del caso.
Sí, “los coadyuvantes” conocen todos los detalles del caso, sobre todo, las dos versiones de un video —uno de más de seis horas y el segundo, un resumen de 40 minutos—, en los que no queda duda del móvil del crimen —el robo de droga—, y que solo participaron los tres criminales hoy presos.
¿Y entonces? Pues nada, “los coadyuvantes” quieren, a como dé lugar, encontrar un móvil político en el crimen. Por ello recurrieron a dos amparos —para garantizar su derecho a la verdad—, e insisten en la delirante versión de “un cuarto ADN” que pudiera justificar el invento de que se trató de un crimen de Estado y contra “la libertad de expresión”.
Por lo pronto, un juez rechazó el primer amparo y hará lo mismo con el segundo, luego de lo cual el caso sguirá su curso hasta ser declarado resuelto, como aquí lo adelantamos el 22 de septiembre de 2015.
Y es que un minucioso análisis de la información del caso lleva a concluir lo siguiente.
1. A pesar de especulaciones, los presuntos responsables son solo tres: Daniel Pacheco Gutiérrez, Abraham Torres Tranquilino y Omar Martínez Zendejas.
2. Trabajo de gabinete reconstruyó más de 90 por ciento de la cronología de hechos, incluso el seguimiento —minuto a minuto y a través de cámaras de video—, de los tres criminales, quienes se desplazaron desde el domicilio de uno de ellos, Omar, hasta el lugar del crimen, en la colonia Narvarte.
3. Durante casi seis horas de seguimiento de vehículos involucrados —camioneta Suburban y el Mustang color rojo—, nunca apareció un tercer vehículo implicado, tampoco más participantes y queda claro que los presuntos culpables iban por un objetivo predeterminado.
4. De acuerdo con la tecnología se probó que antes, durante y después del crimen existió comunicación entre presuntos culpables y por lo menos una de las víctimas: la mujer de origen colombiano.
5. A pesar de que en sus declaraciones por lo menos dos de los tres presuntos culpables negaron tener relación entre ellos, lo cierto es que se estableció de manera científica que existió comunicación entre ellos no solo al momento de salir del lugar del crimen, sino durante la huida e incluso los días siguientes al crimen, antes de ser detenidos.
6. Tampoco se probó que durante la huida la policía haya detenido alguno de los vehículos que utilizaron para la fuga —como aseguró en su declaración Abraham Torres—, a pesar de que durante parte del escape la camioneta Suburban empujó al automóvil rojo que —como se aprecia en los videos que constan en el expediente—, sufrió una avería.
7. En el mismo video se aprecia el momento en que los criminales reparten el botín, en el mismo auto recuperado, y en el que se encontró cocaína en la cajuela, droga que habrían repartido cerca del lugar donde todo empezó, a pocos metros de la casa de Omar Martínez.
8. De una revisión cuidadosa de todo el expediente, nada supone que los criminales conocían al “periodista”.
¿Quién busca raja política de la mentira?
¡Los vividores de siempre!
Al tiempo.