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SERPIENTES Y ESCALERAS

 

 

Eolo Pacheco |
2016-08-01

El tabasqueño es un demócrata: golpea por igual a campesinos y a maestros, a médicos y a comunicadores, a jubilados y a empresarios, a panistas y a universitarios, a víctimas de la violencia y a católicos. Durante cuatro años el perredista ha hecho lo que ha querido en Morelos, ha agraviado a muchos y nada ha pasado. La diferencia es que ahora todos los lastimados se han unido en su contra.

 

El rechazo a la forma de ejercer el poder de Graco Ramírez ha hecho causa común; la semana pasada un grupo de ciudadanos, organizaciones e instituciones se reunieron en el claustro de la Catedral con un  mismo fin: buscar la destitución de Graco Ramírez como gobernador de Morelos. Las cosas se han complicado al extremo para el tabasqueño, lo único que lo sostiene en el cargo es el congreso y el respaldo del presidente de la república

A lo largo de cuatro años la fortuna (poder político) ha estado del lado del perredista; el gobierno de nueva visión ha fracasado en casi todos los temas: hay crisis económica, la delincuencia no disminuyó, la violencia aumentó, la corrupción está fuera de control, la opacidad es el sello de la casa, las violaciones a la ley son recurrentes y la complicidad del gobierno con los grupos criminales es secreto a voces.

Sólo los acuerdos cupulares de poder dan sentido a un gobierno sin rumbo, lleno de ocurrencias y errores que ha colocado a Morelos en el peor momento de su historia. A lo largo de casi 4 años de gestión en el estado han ocurrido más de 3 mil 600 homicidios, 191 feminicidios, 384 secuestros y más de 77 mil robos, el desempleo ha crecido, la economía se estancó y la deuda estatal superará (con el nuevo crédito aprobado por los diputados) los 10 mil millones de pesos.

Pero el problema de este régimen no es sólo su evidente incapacidad profesional para atender los temas de la agenda del estado, también sobresale la proclividad a la corrupción, su constante violación a la norma legal y su indolencia ante los problemas sociales. A Graco Ramírez no le importa Morelos, sólo lo utiliza como un negocio para fortalecer las finanzas personales de su familia y como un foro para hacer política en el ámbito nacional.

Como si lo anterior no fuera suficiente en el gobierno de Morelos hay una extraña mezcla de complicidades y perversiones que se conforman por un mosaico muy extraño de relaciones personales y familiares que no permiten un buen desempeño de las instituciones; es una fusión de Cueva de Alí Baba y la Jaula de las Locas.

Bajo la bandera de la tolerancia, la igualdad y la equidad, el gabinete de Graco Ramírez incluye personajes sumamente extraños, con aficiones peculiares y formas de actuar irreverentes. Esa suma de hormonas y feromonas se combinan con la ambición económica de la familia real y los rencores personales del gobernador. El gobierno estatal y su titular se han peleado con todos y al hacerlo hicieron naufragar las instituciones del estado.

Durante cuatro años Graco Ramírez se ha dedicado a golpear, a reprimir, a perseguir y a criminalizar a la gente de Morelos; su ventaja ha sido que hasta ahora todos los ofendidos se han mantenido separados, que no ha habido un elemento que los una y forme causa común contra quien se ha dedicado a  lastimar al estado y a su gente. Hasta ahora.

Pero algo cambió en el escenario del gobernador: el congreso.

Fue el actuar de los diputados lo que dio vida a la formación de un bloque amplio que buscará la caída de Graco. Fueron las recientes decisiones tomadas en la cámara de diputados y la actitud de sus integrantes lo que modificó las cosas e hizo que los distintos actores políticos y grupos sociales se unieran en una sola causa.

Graco Ramírez es el mismo: no se ha transformado, su actitud igual y el desprecio de la gente hacia su persona y su gobierno no puede ser peor. Pero en el congreso existía la esperanza de que fueran distintos, de que se convirtieran en el factor de equilibrio y ayudaran a frenar los excesos del gobernador.

Al principio de la legislatura mucha gente vio (vimos) en los legisladores una opción para reencauzar las cosas en el estado, para frenar los abusos y modificar la situación. Los primeros meses así parecía: el parlamento aprobó peticiones al gobernador, pero se mantuvo equilibrado y cuidadoso de las formas. Repentinamente todo cambió: cuando Gayosso metió la mano en la cámara ese espacio se convirtió en una oficina más del ejecutivo y sus integrantes perdieron la poca o mucha confianza que hacia ellos sentían diversos sectores sociales y grupos ciudadanos.

Fue la entrega de los diputados al gobernador lo que hizo que el panorama se transformara, lo que motivó la unión de los grupos y sumó esfuerzos para buscar la dimisión del jefe del ejecutivo y pedir (lo han dicho) la desaparición de los poderes del estado.

No hay condiciones para que proceda la desaparición de poderes en Morelos, dar un paso así requiere de la voluntad política del gobierno federal y está claro que el principal protector del gobernador de Morelos es el presidente de la república.

Pero aún así, aunque esta movilización masiva no concluya con la desaparición de poderes en la entidad, lo que si provocará será la exhibición pública de la crisis política que tenemos en Morelos y marcará de por vida a todos aquellos que se han entregado a los brazos de Graco Ramírez.

No estamos sólo frente a la conformación de un nuevo grupo de críticos hacia el sistema, veamos bien, se trata de la aglutinación de casi todos los sectores de la población en una misma causa, reunidos en la sede de la iglesia católica, formados detrás de nuestra máxima casa de estudios y motivados por el desprecio a la clase política del estado.

Pero sobre todo, lo que quizá no observan ni los diputados ni el gobernador, es que hoy la clase política de Morelos ha perdido su credibilidad y su confianza, la gente repudia a todos los actores de poder y abomina todo lo que tenga que ver con Graco Ramírez. No importa si las acusaciones que se hacen son reales o falsas, si las cifras que presentan estos grupos son exactas o exageradas, lo fundamental, lo que hace la diferencia, es que la gente NO cree en el gobernador, NO quiere a Graco y desprecia a quienes se ponen de su lado.

Graco Ramírez no ha hecho nada diferente en estos últimos meses, el tabasqueño sigue siendo el mismo personaje corrupto, indolente, ambicioso, traicionero, arrogante y pervertido de siempre, lo que cambió las cosas fue la actitud del congreso, porque al colocarse totalmente del lado del gobernador, dejó sin esperanza a los ciudadanos y sin otro camino que las movilizaciones y la resistencia social.

En las semanas siguientes habrá marchas, plantones y un debate público por el camino que sigue el estado, también viene un nuevo intento del congreso por intervenir en la vida interna de la UAEM y se exhibirán a nivel nacional las historias de violencia, inseguridad y corrupción que vive la gente de Morelos.

En un escenario así nadie gana, la pregunta es ¿A quién va a creer la gente: a Graco y a sus aliados o a quienes piden su renuncia?

El duelo que viene no sólo es político y de poder, también es de credibilidad y de confianza. Lo que está en la mesa no es el futuro político de Graco, sino el de quienes están a su lado protegiéndolo.

  • posdata

Lo anunció Ciro Gómez Leyva la semana pasada: este lunes el gobernador de Morelos estará en su estudio de para hablar de los problemas de inseguridad y de la violencia en Morelos.

Los últimos días el periodista ha difundido información sobre el tema, ha presentado testimonios de víctimas y también charlado con abogados que detallaron la crisis que se vive en la entidad.

En este tiempo el comunicador también tomó la llamada al tabasqueño, le concedió su derecho de réplica y recibió airados reclamos al aire de un hombre que no tolera la crítica, que rápidamente pierde los estribos, pero que no pudo sostener con argumentos su verdad. “No hay secuestros… si ha habido secuestros, pero hemos rescatado a las víctimas… No hay asesinatos por extorsiones ni mutilan gente… eso pasa en cualquier parte del mundo” dijo en cadena nacional Graco Ramírez.

Hoy, lo anunciaron, el jefe de la nueva visión acudirá al estudio de Gómez Leyva. Será interesante ver si el periodista mantiene su postura o sirvió la “opera$ión” de convencimiento que durante los últimos días realizó el equipo de comunicación del gobierno de Morelos con el equipo de Grupo Fórmula.

Poco a poco la podredumbre que hay en Morelos se comienza a notar a nivel nacional. No es casual la mala imagen que tiene Graco en el país.

  • nota

En la última sesión del primer periodo ordinario de sesiones los diputados aprobaron al gobernador la contratación de un nuevo crédito, con ello los pasivos del estado superarán los 10 mil millones de pesos.

De acuerdo al portal del gobierno de Morelos (página 90, anexo 8 https://www.hacienda.morelos.gob.mx/images/docu_planeacion/transparencia_fiscal/marco_programatico/Paquete_Economico_2016.pdf), la administración que encabeza Graco Ramírez tiene contratados al menos 9 créditos bancarios, dos de los cuales serán refinanciados.

Políticamente el tabasqueño ha estirado la liga, ha mantenido el control de las cosas gracias al acuerdo con los otros poderes y la sumisión de los partidos. Veremos si en lo económico el perredista es capaz de enfrenar el tsunami financiero que se le viene y libra las crisis que ya enfrenta.

Por cierto ¿La Ley de Deuda Pública permite aprobar créditos para pagar deudas?

  • post it

El duelo de poder en Cuernavaca está a todo lo que da; la semana pasada Roberto Yáñez intentó llegar al cabildo obligando al regidor titular (él es suplente) a separarse del cargo.Ese fue el mismo camino que el hermano mayor de los Yáñez siguió la vez pasada en el Congreso, cuando hizo que Eduardo Bordonave renunciara a la curul.

En este primer intento de volver al juego las cosas no salieron como los hermanos querían: el alcalde Cuauhtémoc Blanco rechazó la iniciativa porque el tema no se había incluido en la orden del día con las 72 horas que marca la ley.

Seguramente habrá otro intento y muy probablemente en breve veremos a Roberto sentado en las sesiones del cabildo, lo cual hará incómodas las reuniones, pero no garantiza el resurgimiento del poder de los Yáñez.

A los hermanos les urge recomponer su escenario, presionan al edil y amenazan a su equipo, pero lo hacen con el objeto de que les permitan regresar, no para romper. Julio y Roberto saben que sin Cuauhtémoc Blanco ni ellos ni el PSD valen un cacahuate.

Habrá que ver hasta donde quieren llevar las cosas los Yáñez, pero sobre todo hasta que punto el futbolista es capaz de aguantar los embates. En esta historia la ventaja está del lado de Cuauhtémoc, porque en él hay mucha más confianza que en los dueños del partido socialdemócrata. Item más: la arrogancia de Julio y Roberto les cerraron muchas puertas.

Dos cosas: 1- la caída de los Yáñez fue por culpa de ellos mismos, de sus actos, de su soberbia, de su ambición y de su torpeza; y 2- La nueva alianza de Cuauhtémoc Blanco y Rodrigo Gayosso es mucho (pero mucho) más peligrosa que la que mantuvo hasta hace unas semanas con Julio y Roberto.

  • redes sociales

Los legisladores locales pusieron su futuro político en manos del gobernador. ¿Estarán conscientes de lo que hicieron? ¿Entenderán el costo social que ello les trae aparejado? ¿Siguen convencidos de que es lo mejor? ¿Se atreverán a modificar la ley para imponer un auditor a la UAEM?

Comentarios para una columna entretenida: eolopacheco@elregional.com.mx

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