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EL ASALTO A LA RAZÓN

¿Ahora balazos y no más abrazos?

Calderón acababa de asumir la Presidencia (diciembre de 2006) cuando en Michoacán seguían apareciendo cabezas cortadas, narcomantas y hasta desplegados de prensa de la delincuencia. El año cerraba en el estado con 661 asesinatos (casi 40 de mandos policiacos), cifra nunca vista en los diez años anteriores. El gobernador era Lázaro Cárdenas Batel (hoy jefe de asesores del presidente López Obrador), quien desde 2005, ante la explosiva criminalidad que aceleró el homicidio de su director de Seguridad, Rogelio Zarazúa (celebraba en Morelia el cumpleaños de su esposa cuando cuatro pistoleros lo acribillaron con seis tiros de R-15), clamó por ayuda militar.

Agonizante, el foxiato arrancó el Operativo México Seguro en Michoacán con cientos de policías estatales y federales para patrullar sobre todo los ensangrentados municipios de Apatzingán y Aguililla.

Lázaro dijo en esos días que el crimen le había “declarado la guerra al gobierno y al Estado mexicano” y por esto, en cuanto tuvo la oportunidad, le pidió al nuevo comandante supremo de las fuerzas armadas la intervención del Ejército.

Así comenzó la “guerra de Calderón”, con cuatro mil 260 soldados y mil 800 efectivos de la Marina Armada, la Policía Federal y peritos de la Procuraduría General de la República.

Se le denominó Operativo Conjunto Michoacán.

Diez años después, con Peña Nieto en el poder, las actividades de La Familia Michoacana y su transformación en Los Caballeros Templarios arrojaban en ese año casi el doble de homicidios (mil 169) que los acumulados en 2006.

Para enero de 2007, los operativos del Ejército se ampliaron a Baja California y en el transcurso del mismo año a Guerrero, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Veracruz, Durango y Chihuahua.

En Carácuaro (Tierra Caliente, próximo al Estado de México), un convoy militar fue atacado y resultaron muertos un coronel, un sargento y tres cabos. La tropa detuvo a 40 personas, entre éstas a menores de edad, y la Comisión Nacional de Derechos Humanos denunció que los soldados cometieron abusos sexuales, violaciones, tortura y otros delitos.

Antier en Morelia, el presidente López Obrador presentó su Plan de Apoyo a Michoacán y el secretario de la Defensa Nacional, divisionario Luis Cresencio Sandoval, informó que se reforzará la presencia de las fuerzas armadas en Morelia y Uruapan con más de 17 mil elementos, y se proyecta que para los próximos dos años operen en Tepalcatepec, Aguililla y Cenobio Moreno tres cuarteles de la GN con 600 elementos cada uno.

Si el año pasado el Ejército desplegó 76 mil 198 soldados en el territorio nacional y este 2021 los aumentó a 80 mil 210, procede recordar que la militarización de la seguridad pública durante el calderonato comenzó con 37 mil efectivos y terminó con alrededor de 45 mil.

En 2006 la Sedena advirtió que la delincuencia organizada ponía “en riesgo la viabilidad del país” y que de no enfrentarla podría imponer al próximo Presidente.

Ahora es nueva la receta… de la misma medicina, pero se aumentó la dosis.

Carlos Marín

cmarin@milenio.com

Ámbito: 
Nacional