El talento para mentarse la madre
Hoy no sirve la destreza del reportero dedicado a la nota policiaca ni la mejor habilidad del narrador de lucha libre, tampoco la gracia del presentador de cabaré o la rapidez alburera que se aprende en el barrio de la Merced.
La crónica parlamentaria ha alcanzado complicaciones nunca vistas porque los personajes que se pavonean dentro del Palacio de San Lázaro son imitadores rematadamente malos de comediante.
Este recinto tiene cada día sus escenas grotescas, por ejemplo, la del pasado martes cuando don Gerardo Fernández Noroña se deshizo del don para amenazar a voz en cuello con que iba a “romper la madre” a su colega de la oposición, el panista Jorge Triana. El reclamante enfureció, según se infiere, porque en redes sociales fue caricaturizado como “Changoleón legislativo.”
A quien no entienda la referencia vale recordarle al personaje cómico de la televisión, Samuel González Quiroz, quien se hacía llamar Changoleón hasta que, por su alcoholismo, terminó abandonando la pantalla chica.
La semana previa Triana fue también protagonista de otro desaguisado cuando, en otra trifulca, aseguró que el legislador de Morena, Alejandro Robles, había asistido a la sesión parlamentaria con aliento alcohólico.
Al parecer Triana tiene obsesión con el alcohol o, más precisamente, con acusar a sus compañeros de abusar de su consumo. En esto no parece haber ingenio y, sin embargo, hay una razón para protagonizar escenas cargadas de tanto recordatorio materno.
Si las personas que fueron votadas para representar al pueblo no representan nada, si tampoco tienen argumentos inteligentes que decir, si no poseen capacidad para proponer, si tampoco sirven para deliberar sobre las ideas del adversario y si votar a favor o en contra es un mero trámite, ¿cómo puede un diputado llamar la atención de los electores, sobre todo cuando desea la reelección en los comicios siguientes?
El talento para mentarse la madre es una respuesta a la tragedia que significa no poder lograr notoriedad de ningún otro modo.
Zoom: gritan y se desgañitan, ofenden y despotrican porque nada digno del ser humano les ofrece descollar en un contexto donde el Poder Legislativo volvió a ser irrelevante.
@ricardomraphael