Ciudad en llamas
La inseguridad es grave en Cuernavaca; pero es solo uno de muchos problemas que hay.
La administración municipal que recibirá José Luis Urióstegui en un par de meses es, por mucho, la mas compleja de las 36 que integran el estado de Morelos. Cuernavaca vive el peor momento de su historia, arrastra una deuda multimillonaria y problemas diversos cuya solución no podrá darse en el corto plazo ni se resolverá con solo buena voluntad. Para superar mayor reto profesional que ha tenido en su vida el abogado deberá allegarse de un buen equipo de trabajo y tendrá que elegir bien sus batallas.
El alcalde electo de la capital morelense vive su mejor momento: es la quinceañera de la fiesta, a la que todos abrazan, felicitan y con quien quieren tomarse una foto; su única presión en este momento son las constantes solicitudes de empleo que recibe, aunque habrá que decir que este problema lo provoca el propio edil en su afán de sentarse con todo mundo.
En este momento todo es miel sobre hojuelas en el escenario del abogado Urióstegui, porque aunque tiene los reflectores a su alcance nadie le exige nada, dado que no ha asumido el cargo. Cosa distinta será a partir del primero de enero, en ese momento los ciudadanos le demandarán soluciones, el cumplimiento de sus promesas de campaña y le exigirán que resuelva los conflictos que históricamente ha tenido la ciudad.
Frente a ese escenario el alcalde electo debe trazar bien su camino y elegir sus batallas; a lo largo de varios meses, además de perder el tiempo en reuniones en su mayoría insulsas, José Luis Urióstegui ha prometido solucionar la inseguridad de la ciudad con la implementación de herramientas tecnológicas y la salida del convenio de mando coordinado.
Por si solo el reto de la inseguridad es enorme y sumamente complejo de resolver a pesar de los buenos deseos del abogado y la fiereza de su futura secretaria de policía; pero el problema supera por mucho la capacidad del estado y está muy lejos de las manos de cualquier alcalde, porque los grupos delictivos que operan en el país, en Morelos y en Cuernavaca tienen más recursos, personal, equipo y relaciones que cualquier autoridad.
El problema empieza, como lo han dicho insistentemente los expertos en el tema, en las propias instituciones, con policías relacionados con la delincuencia y jueces que están al servicio de los grupos delictivos. Cuernavaca tiene hoy solo 80 policías (incluyendo los de tránsito) y unas cuantas patrullas; el alcalde electo supone que al salirse del mando coordinado elevará sustancialmente el número de uniformados, contará con más dinero, estructura y mantendrá la misma coordinación con el resto de las autoridades. Falso.
En la capital operan, según han informado autoridades federales y estatales, al menos cinco grupos delictivos, tres locales y dos de ellos parte de cárteles nacionales; los incidentes delictivos que constantemente vemos en Cuernavaca están directamente relacionados con el trabajo de estos grupos, lo mismo que las amenazas, agresiones y cobro de piso que padecen comercios y empresas de grupos criminales que les cobran por no agredirlos.
A pesar de la gravedad de la situación el problema delictivo no es el único que tiene la ciudad; de manera paralela el ayuntamiento vive un momento sumamente crítico en otras áreas, como el sistema de agua potable. Ahí, dicen los propios funcionarios municipales, el conflicto no radica solo en el hecho que el Sapac arrastra una deuda superior a los 280 millones de pesos y opera con un déficit de 8 millones mensuales, también está el hecho que la dependencia está en manos del Sindicato Libertad y se le relaciona con algunos grupos delictivos que han sentado sus reales en esa dependencia. ¿Qué piensa hacer ahí la futura administración?
Y los problemas siguen: en materia financiera el municipio apenas subsiste con su presupuesto porque el 95 por ciento de este se destina a gasto corriente; aunque la recaudación propia del ayuntamiento es buena, la mayor parte del dinero que ingresa a la tesorería ya está comprometido para el pago de créditos, para la nómina y para deudas bancarias que se arrastran desde hace varias administraciones.
Aquí José Luis Urióstegui ha hablado de adelgazar la burocracia, de cancelar la nómina de los aviadores, de compactar y fusionar las dependencias e implementar una estricta política de austeridad. Eso es muy bueno, pero para que se logre se requiere tiempo y dinero, porque cada despido que se haga de personal implica una erogación económica que se suma a los millones de pesos que hay en demandas contra el municipio por los recientes despidos injustificados del alcalde Villalobos. Y la historia sigue.
Suponiendo que la próxima administración resuelva el problema de agua, contenga la ola delictiva y logre adelgazar la nómina municipal todavía tiene que atender el descuido en el que se encuentra el municipio, producto de años de abandono por parte de las últimas autoridades municipales. Esta semana el abogado anunció que implementará 13 vialidades seguras, se trata de calles que serán inmediatamente remozadas en materia de bacheo, balización, poda e iluminación “para que la gente pueda transitarlas con mayor seguridad desde el primer minuto” de su administración.
La idea es buena, aunque no es nueva; ponerla en marcha implica una inversión importante de recursos que saldrán de un nuevo crédito que solicitará Urióstegui. La remodelación de callas sin duda causará un buen primer efecto en la imagen del nuevo gobierno, pero el alcalde deberá ser cuidadoso de no comprometer de más las finanzas municipales o agotar su capacidad de endeudamiento, porque además de mejorar las calles, Cuernavaca necesita una inversión mayor en otros temas.
Hasta aquí hablamos solo de algunos aspectos tangibles, que implican un reto mayúsculo para cualquier gobernante y requieren, además de mucha habilidad y planeación, de dinero y apoyo de otras instancias de gobierno. En paralelo están otros temas igual de importantes, también difíciles de solucionar, pero cuya atención debe darse en otro plano, como el combate a la corrupción, a la impunidad, la mejora de los servicios, la profesionalización y modernización del gobierno.
En la elección de junio la gente votó por José Luis Urióstegui porque representaba un cambio, porque su figura inspiró confianza y su trayectoria de vida y profesional es digna de respeto. El problema es que las expectativas en el nuevo gobierno son muy altas, contrastan con la bolsa de problemas que heredará y se combinan con una nueva actitud del abogado que nadie conocía.
José Luis Urióstegui siempre ha sido un hombre serio y profesional, centrado y cuidadoso de su actuar como litigante; en su fase de alcalde electo luce distinto, se ha vuelto desconfiado, soñador, se asume como un experto de la política y al rodearse de algunos viejos pillos como Julio Mitre y Juan José Alcalá demuestra que ya perdió la memoria y la dignidad.
Al hacer de lado la inercia electoral a favor de Morena y brindar su apoyo en las urnas a José Luis Urióstegui Cuernavaca confirmó que merece un mejor gobierno de los que ha tenido en los últimos años; corresponde al abogado demostrar con hechos que merece estar al frente de la ciudad que lo vio nacer.
posdata
Aunque aún no se ha dicho la última palabra sobre el tema, las posibilidades de aprobar el fondo para moches propuesto por el priísta Eliasib Polanco son cada vez menos. La idea de crear un ente que haga de intermediario en la realización de obra municipal operado de facto por el congreso local no ha convencido a la mayoría, porque a todas luces se trata de un negocio multimillonario que marcaría permanentemente a la legislatura.
La propuesta del FoBiM la hizo la bancada del PRI, aunque algunos miembros de la cámara refieren que detrás de la misma están los hermanos Lelos; el diputado Polanco Saldivar también plantea una reforma a diversos artículos de la constitución política y a la ley orgánica del poder legislativo en materia de sustitución de diputados de representación proporcional “en falta definitiva que no cuenten con suplentes”. Dicha reforma tendría como objeto abrirle la puerta a Julio Yáñez para que ocupara la curul que hoy tiene su tío; recordemos que los Yáñez se inscribieron en la lista de diputados plurinominales y fueron bajados por haber falseado información para ocupar espacios que no les correspondían. Pero regresemos al fondo de bienestar.
La semana pasada la diputada de Morena Paola Cruz declaró públicamente que su bancada no apoyaría la creación de este fondo porque contravenía las políticas que ha nivel federal impulsa su partido; el Movimiento de Regeneración Nacional en el congreso de Morelos tiene seis diputados. Hace unos días fijo postura en el mismo sentido el panista Oscar Cano, quien refirió que dicho fondo tenía un trasfondo político y perseguía intereses electorales; el PAN en la cámara local tiene cuatro posiciones. Finalmente habló el legislador de Nueva Alianza Agustín Alonso, quien de manera puntual reafirmó que su actuar como legislador será congruente y votará en contra, para no repetir los errores del pasado, “No quiero quedar bien ni mal con nadie, simplemente no voy con esa propuesta porque los diputados tenemos la oportunidad de hacer una legislatura diferente, sin los abusos y excesos del pasado”. Hasta ahora, además del diputado que presentó la propuesta, solo se ha pronunciado a favor el representante de Movimiento Ciudadano Julio Solís, históricamente relacionado con actos de corrupción.
Hace unos días una legisladora local me compartía que al interior del parlamento no había consensos sobre el tema, pero era probable que se aprobara porque varios legisladores veían con simpatía la creación del Fondo de Bienestar Municipal “y solo se necesitan 14 votos para aprobarlo”. Si sumamos los seis votos de Morena, los cuatro del PAN y el de Nueva Alianza la propuesta ya no pasó.
Se entiende que en el ánimo de conseguir un voto más Eliasib Polanco le dio entrada a los hermanos Julio y Roberto Yáñez, pero viendo el sentido que sigue su primera iniciativa parlamentaria al priísta le convendría revisar sus alianzas, porque la cercanía con los hermanos Lelos afectará su imagen, su futuro político y el respeto que aún le tienen muchos actores de la vida pública.
El que con bobos anda…
nota
La experiencia y capacidad del exalcalde Agustín Alonso le está ganando liderazgo entre sus pares; luego del encontronazo de hace unos días con el comisionado de seguridad el legislador ha tomado la agenda presupuestal y fijado posturas interesantes en varios temas relacionados con el manejo de los recursos públicos.
Esta semana habló de la “inoperancia, trabajo nulo, deficiencias, complicidades y posibles actos de corrupción” de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización; no se trata de desaparecerla, dijo, sino de transformarla para que de los resultados que la sociedad demanda en materia de fiscalización de recursos públicos.
“Es un órgano qué existe en la teoría pero no en la práctica, por lo que se tendrá que fortalecer y para lo cual los diputados acordaron que esté órgano que depende del poder Legislativo se fortalezca y realice trabajos reales y efectivos de fiscalización, para que responsabilice a quienes hagan mal uso de los recursos públicos”
Es secreto a voces que desde hace años la ESAF ha sido cómplice de ayuntamientos e instituciones que incurrieron en actos de corrupción; su ajuste, reforma, transformación y limpia interna es fundamental si en verdad se quiere poner un alto a la impunidad.
Dos buenos posicionamientos ha tenido esta semana el diputado Alonso: en contra del Fideicomiso de Bienestar y a favor de la transformación de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización. Bravo.
post it
Ante la posibilidad de que ocurriera un nuevo linchamiento, las autoridades de Jiutepec actuaron a tiempo y pudieron desactivar un hecho delictivo grave que pudo convertirse en tragedia.
La reacción ciudadana frente a los constantes actos de la delincuencia no puede justificarse, pero sí entenderse: la gente está cansada de tanto abuso e impunidad y en ocasiones como ésta, frente a la falta de respuesta de las autoridades, toman la justicia en propia mano.
En una situación tan complicada como la del miércoles pasado destacó la actuación del comandante Jaime Mateos, pero lo determinante fue su arraigo. Por eso es importante que las jefaturas de policía estén en manos de gente que conozca las comunidades y a quienes los habitantes conozcan y respeten.
redes sociales
Una buena en el PRI Morelos: se libraron de las Maricelas y los Amados.
Una peor: ahora tienen a los Yáñez.
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