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OBSERVADOR POLÍTICO

La Esaf, ¿supra poder?

Para especialistas en la materia, aquellos actores e instituciones que tienen actualmente la facultad de poder inclinar la balanza del poder local o nacional se les considera un supra poder.

BRAZO EJECUTOR DEL LEGISLATIVO.- La doctora Beatriz Larraín M, Académica del Programa de Estudios Europeos Universidad de Concepción, da cuenta de esta figura en la que precisa que no es novedad para nadie decir que jueces, fiscales y algunas instituciones (como la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización, ESAF), ocupan hoy un lugar importante en el acontecer noticioso.

Pues bien, la ESAF ha sido un brazo ejecutor de los diputados en turno que la han utilizado para sus venganzas y presiones de carácter político, contra aquellos titulares de poderes como el Ejecutivo y Judicial, a las dependencias que reciben recursos públicos así como a los alcaldes como se registró en la legislatura 54, que amenazó a un grupo de ediles que se rebelaron porque no les fueron aprobadas sus leyes de ingresos, algunas de cuáles contenían incrementos en impuestos.

La ESAF es considerada para algunos abogados como un supra poder porque esta dependencia audita prácticamente a todas las instituciones que perciben recursos públicos en la entidad, pero no lo hace con los diputados –que son sus patrones- ni con ella misma. De ahí la importancia de la actual legislatura de modernizarla, actualizarla, dotar de todos los elementos mínimos indispensables para obligar sin presión o línea política a todos los ayuntamientos con la finalidad de evitar malos manejos financieros como ha ocurrido durante décadas.

Lo dicho por el diputado Agustín Alonso Gutiérrez debe de llamar a la preocupación a todos los que integran la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización, porque tan solo un ejemplo, todo mundo sabe de los actos de corrupción, saqueo financiero y malversación de recursos que se ha estado registrado en al menos los últimos diez años en el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC), provocando con ello una severa, caótica y pésimo servicio del vital líquido y la ESA, jamás ha hecho observación alguna, incluso es miembro de este órgano operador por lo que se convierte en cómplice de todos los “cochupos” que ahí se registran y que además de ser omisa permite la impunidad de todos los actos ilícitos al margen de la ley que se registran por la falta de transparencia y rendición de cuentas.

No fue sino hasta que la actual legislatura, les exige que hagan su trabajo y realicen una auditoría ante tanto daño y malestar entre la población por los malos manejos financieros, cómo se vieron obligados a trabajar. Es verdaderamente absurdo el actuar de la ESAF que sólo se ha convertido en una bolsa de trabajo y de colocación para los allegados de los parlamentarios, sin importar si cuentan o no con el perfil.

PERSECUCIÓN A EDILES.- En junio del año 2020 una veintena de presidentes municipales de Morelos públicamente denunciaron ante la sociedad que eran víctima de amenazas y persecución política por parte de los integrantes de la 54 legislatura, quienes les iban a aplicar auditorías con la finalidad de detectarles irregularidades financieras y meterlos a la cárcel. ¿Por qué? ¿Cuál fue el motivo o delito en el que incurrieron los ediles? Simple, se opusieron a la reforma político-electoral que los entonces legisladores promovieron y eso fue suficiente para incomodar, ofender y lastimar a los diputados que sentían tener un supra poder con la ESAF, en virtud de que desde esa institución a todos podían fiscalizar. Pero y la pregunta es: ¿Quién fiscaliza a los diputados o la propia ESAF que se ha visto inmersa de igual manera en actos de corrupción? ¡Nadie, absolutamente nadie!

Basta recordar que los partidos políticos a través de sus grupos parlamentarios pretendían dar marcha atrás y reformar la Constitución local para recular las modificaciones que se hicieron durante el gobierno de Graco Ramírez, que redujo de 30 a 20 diputados en el Congreso.

Entre los afectados están quienes hoy forman parte de la legislatura LV, Luz Dary Quevedo Maldonado, entonces alcaldesa de Tetecala; Agustín Alonso Gutiérrez, de Yautepec, entre otros. Y quizá por esas experiencias es que se han iniciado las acciones para transformar al “elefante blanco” en que se ha convertido la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización del Congreso del Estado, que ha sido y es inservible e inoperante su funcionamiento.

Otro de los que se manifestaron en contra de las acciones de los diputados de la LIV fue Enrique Alonso Plascencia, actual director general del Instituto de Desarrollo y Fortalecimiento Municipal de Morelos (IDEFOMM), quien señaló en su momento que algunos de los alcaldes los quisieron comprar con recursos económicos con la finalidad de votar a favor de sus iniciativas de ley que fracasó por la defensa que hicieron los integrantes del Constituyente Permanente en Morelos, así como por la pésima operación política del Ejecutivo y Legislativo.

La visión de la ESAF quedó obsoleta puesto que el querer decir que son promotores de la cultura de rendición de cuentas, cumplimiento de la Ley, control, transparencia, eficacia y eficiencia en el manejo de los recursos públicos, ajenos a cualquier otro interés que no sea el institucional, así como crear una imagen merecedora de confianza, credibilidad, honestidad, capacidad, respeto e imparcialidad, no solamente por parte de la sociedad a quien se debe servir, sino de los Entes Fiscalizables y de los individuos integrantes de sus estructuras independientemente de sus cargos, de sus posiciones y de los montos presupuestales que manejen, es una falacia. Una vil mentira que ni ellos mismos se la creen.

Peor aún con su misión para la cual fue constituida esa dependencia porque además, es imparcial y no es objetiva como ente fiscalizador en las actuaciones en las que debería privilegiar los principios de legalidad, definitividad, imparcialidad y confiabilidad.

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