Vuelco al caso Lozoya
Van de la Cosa Nostra a la cosa suya.
Florestán
Desde hace tiempo, una voz en Palacio Nacional insistía en que si Emilio Lozoya no aportaba las pruebas de sus acusaciones perdería el criterio de oportunidad y tendría que ir a la cárcel.
Pero otras voces también cercanas insistían que eran más importantes las acusaciones del ex director de Pemex contra personajes del pasado que el prurito legal.
Y así se la llevaron, cuando un pato laqueado se le cruzó en el camino la noche del sábado 9 de octubre y la periodista Lourdes Mendoza lo retrató cenando en el Hunan, lo que cambió el ánimo del presidente López Obrador.
Ayer, a menos de un mes del pato, al ser citado presencialmente por el juez José Artemio Zúñiga en el Centro de Justicia Federal del Reclusorio Norte, donde resolvería su petición de la sexta prórroga para presentar las pruebas de sus acusaciones, el fiscal federal determinó que no había cumplido con las circunstancias de la medida cautelar aceptada en octubre de 2020, entre ellas la reparación del daño, y que la había utilizado para retrasar el proceso en su contra.
Y así se consumó cuando la FGR, con el total apoyo de la UIF, pidió al juez, y éste concedió, la prisión preventiva justificada, por lo que Lozoya fue enviado directo del juzgado al interior del Reclusorio Norte para seguir, desde ahí, el proceso por cohecho, asociación delictuosa y lavado de dinero, lo que es un vuelco al caso.
Lo que no entendí fue el comunicado de sus abogados, anoche, diciendo que Lozoya mantenía una colaboración sólida y permanente con las instituciones de justicia penal y con la Presidencia de la República.
Y pregunto, ¿Cuál es la relación sólida de Lozoya con la Presidencia de la República y para qué?
Ojalá hoy la detallara López Obrador.
RETALES
1. VISITA. Ayer se confirmó que no había tal invitación del papa Francisco para recibir en audiencia privada al gobernador Samuel García de Nuevo León, como él anunció. García y su esposa participaron ayer a la audiencia de los miércoles en el aula Paulo VI, con otros 10 mil asistentes;
2. CAMPAÑA. En política, y en la vida, cuando los hechos van por un lado y el discurso por otro, siempre ganan los primeros, los hechos. Es el caso de Claudia Sheinbaum quien en cuatro días estuvo en cuatro estados y en Colima declaró que México está preparado para tener a una presidenta, lo que es cierto, pero viniendo de ella, hoy la favorita, y con el circuito de campaña que niega estar haciendo, fue una autopromoción. Pueden, insisto, más los hechos que el discurso; y
3. CONSULTA. El Presidente dijo ayer que la consulta de revocación de mandato es sí o no: sí, se queda; no, se va. Pero no es así. La pregunta tiene dos opciones y los participantes tendrán que decidir por una: se va, u otra, se queda. No es un sí o un no. Pero así lo ve él.
@lopezdoriga
lopezdoriga.com