El vocero presidencial reconoce que falta avanzar en crecimiento económico y seguridad. Académico del ITAM asegura que AMLO rompió el sistema de partidos.
El vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, planteó que AMLO arriba a su tercer aniversario “con claridad de lo que sigue, de cómo consolidar el legado que va a dejar”. Y enfatizó: “llega consolidando ya las bases del cambio, tanto en las obras de infraestructura, los programas sociales, los programas institucionales, todo está en proceso de consolidar, creo que llega un gobierno fuerte, con una amplia aceptación social como pocos gobiernos en la historia reciente que hemos tenido”, explicó en entrevista con MILENIO.
El periodista, documentalista y miembro de Morena aseguró que la segunda mitad del sexenio es tiempo para “institucionalizar todo lo que es el proceso de cambio, el proceso para combatir la corrupción, por ejemplo, todos los instrumentos institucionales para impedir que la corrupción regrese de una manera como había estado establecida, eso es un reto”.
Ramírez Cuevas consideró que la pandemia de covid-19 ha sido un obstáculo que distrajo tiempo, fuerza y recursos y, al mismo tiempo, provocó una desactivación político-social que requiere todo cambio como el que añora el presidente Andrés Manuel López Obrador, porque la población tuvo que confinarse.
Tres años después de haber asumido el poder, AMLO repite la dosis: un zócalo que probablemente estará repleto de simpatizantes, gobernadores, empresarios y música para la fiesta del pueblo. Y el consabido discurso de más o menos una hora para enumerar los pasos que ha dado como presidente.
Por su parte, Fernando Dworak, politólogo del ITAM, afirmó que, aunque López Obrador no ha tenido “resultados espectaculares”, pasará a la historia por haber “roto el sistema de partidos oligopólico”.
El Presidente celebra sus primeros tres años de gobierno con un evento multitudinario en el Zócalo capitalino, tal como lo hizo el día que tomó posesión del cargo. Tras casi dos años de pandemia, el tabasqueño regresa a la gran plaza pública, al templete desde el que construyó momentos significativos de su carrera política.
Y mientras en el gobierno aseguran que la 4T ha cumplido el 98 por ciento de sus promesas de campaña, desde Sí por México –la expresión civil de la alianza opositora– plantean que López Obrador sólo ha cumplido el 13.4 por ciento de los compromisos asumidos con la ciudadanía.
Los retos: seguridad y economía
Ramírez Cuevas afirmó que el gran reto para la segunda parte de la administración obradorista es que la lucha anticorrupción sea tangible, que los programas sociales disminuyan la pobreza y que haya una recuperación económica sostenida en mejores salarios y no ser más la maquiladora de Estados Unidos, sino integrarse a una economía integral en la región.
El vocero presidencial aceptó que hay avances insuficientes. Sin dudarlo, dijo que la seguridad y el fortalecimiento económico son las asignaturas pendientes.
“Hay dos muy importantes. Uno, la seguridad, la consolidación, la construcción de la paz en el país, en esto se requiere de dos componentes, uno el origen de la violencia, las causas sociales de la violencia, hay recursos invertidos en los jóvenes a través de becas, el acceso a la educación, oportunidades y el acceso a la salud...”
“Por el otro lado (está) el fortalecimiento económico, de la economía en el caso del campo, la economía campesina, de las comunidades indígenas, que se han fortalecido a través de los programas sociales, pero aún hace falta”, agregó Ramírez Cuevas.
El vocero presidencial añade que “el otro reto es que los programas sociales, por la falta de recursos económicos en algunos puntos, no son universales, son programas por ejemplo el de personas con discapacidad, son menores de 19 años, entonces estamos viendo cómo mover más recursos presupuestales para ello, los gobiernos de los estados junto con la federación se puedan hacer cargo (de las personas de) entre 30 y 64 años... lograr la universalidad”.
AMLO rompe sistema de partidos
Desde el análisis académico las cosas pintan distinto. Para el politólogo del Instituto Tecnológico Autónomo de México, Fernando Dworak, los resultados hasta el momento de la gestión obradorista son negativos, pero destacó los cambios logrados en hacer políticas más directas que impactan en el futuro como. En el “muy remoto” caso de que ganara la oposición ya no regresarían a Los Pinos o no utilizarían el avión presidencial para todos los viajes, por ejemplo.
En este sentido, el especialista consideró en entrevista con MILENIO que “López Obrador va a pasar a la historia por haber roto con un sistema de partidos oligopólico, que ya no tiene mucho que dar realmente; si queremos salir de esto, vamos a tener que reconstruir muchas cosas. Su gran aportación es básicamente su carácter disruptivo, lo va a seguir siendo en el mediano plazo, pero ¿qué vamos a hacer cuando López Obrador se vaya con su legado?”
El maestro en Estudios Legislativos por la Universidad de Hull, Reino Unido, dijo que “básicamente no creo que haya resultados espectaculares, pero tampoco el país se ha caído como la oposición dice, por ejemplo; sí es cierto, el presidente al inicio del sexenio anunció austeridad republicana, hubo fuga de cerebros, pero también se están construyendo nuevas bases burocráticas que en un futuro van a ser la base de una estructura”.
Pero, en definitiva, una evaluación de resultados no saldría a favor de López Obrador porque la situación económica es mala, al igual que la seguridad en el país y el combate a la pandemia, que según los estándares internacionales no ha sido bueno.
Aun así, acotó Dworak, la popularidad del tabasqueño no cae.
“La gente sigue creyendo que el presidente, que la visión del presidente, ya está escrita, y obviamente todo el discurso está hecho para reforzar la noción que él va a culminar una historia de 200 años, mucha de la gente naturalmente va a seguir creyéndole, y creo que también hay otra parte que quizá tiene una idea de que las cosas no van bien, quizá tiene una idea que va bastante mal, pero mientras se sientan representados con el presidente con otra variable de su discurso, un discurso polarizante, de venganza, de reivindicación, van a pensar que ok, les va a ir muy mal pero siempre les ha ido mal, pero esta vez los privilegiados se van a ir con ellos”.
El camino correcto
Jesús Ramírez Cuevas hizo énfasis en combatir las adicciones como una forma de disminuir la incidencia delictiva en México, al asegurar que es un problema cada vez más complejo con el consumo de nuevas sustancias en los Estados Unidos.
Dijo que se tiene que enfrentar con una perspectiva comprensiva y enfocada a la salud mental, “es un tema de educación, es un tema de atención”.
Insistió también en la necesidad de fortalecer las cadenas productivas y sobre todo la organización laboral en México que se está alcanzando con la democratización de los sindicatos para hacer más competitivo al país.
Por ello, señaló que el país está avanzando aun cuando se tienen estos pendientes.
"(Es un balance) muy positivo y lo está valorando la gente, en todos los campos, incluso en el de la corrupción la gente ve que se hace un esfuerzo por combatirla, aunque esté arraigado en los procesos políticos, en las relaciones económico-políticas, todo eso va a llevar tiempo, pero vamos en el camino correcto”.
La oposición
Por su parte, Fernando Dworak apuntó que las obras físicas que está dejando el presidente no van a sobrevivir por mucho tiempo y la muestra, dijo, son los “elefantes blancos” de cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Sin embargo, el legado de AMLO es su figura disruptiva, porque está pensando no en el presente sino en cómo se posicionarán sus logros en el futuro.
“Y todavía no sé si hay la imaginación suficiente en la oposición para que tengan una dimensión histórica como la que deberían tener o una dimensión histórica como la que el presidente desea tener”.
En cuanto a la popularidad presidencial, el politólogo enfatizó que AMLO se apoya de un reforzamiento de símbolos en sus discursos que se asemejan a décadas de educación priista, como la conquista de los españoles o “el robo” de territorio mexicano por parte de Estados Unidos. “López Obrador en ese sentido no es más que un priista de la vieja guardia operando en el siglo XXI”, dijo.
Dworak aseguró que la pregunta en este momento es para la oposición, porque en este momento deberían estar haciendo una autocrítica de lo bien o mal que se hicieron las cosas cuando gobernaban, porque a los simpatizantes de López Obrador no les importa si el gobierno actual trabaja bien o mal.
“Qué hicieron quienes defendieron un proyecto de nación durante 30 años que fracasó y cómo le hicieron para que fracasara, porque si queremos comenzar a retomar el rumbo necesitamos ganar la imaginación sobre una posibilidad y nadie habla de posibilidades. Si queremos retomar el rumbo, necesitamos hacer autocrítica sobre lo bueno que se hizo y lo malo que se hizo para reposicionar”, insistió.
En este sentido, el politólogo consideró urgente que se deje de lado el ambiente de polarización que vive el país porque, por ejemplo, los actores políticos que hoy se pelean en redes sociales, tarde o temprano se van a tener que sentar para reconstruir el país.
“Mi resumen es que López Obrador puede que esté haciendo las cosas muy mal, pero es lo que menos está importando en este momento”.