Incognitapro

SERPIENTES Y ESCALERAS

El gabinetazo

Hace casi 22 años, unas semanas antes de iniciar su gestión como presidente de México, Vicente Fox Quesada presentó a quienes conformarían su equipo de gobierno, los presumió como un “gabinetazo”. El guanajuatense incluyó a figuras representativas de su partido, pero también personajes con una reconocida trayectoria profesional; lo que el jefe del gobierno mexicano pretendía era mostrar un equipo sólido que generara confianza y lo proyectara como un hombre de estado. El panista sabía que gobernar no es un asunto individual.

Recuerdo lo anterior a propósito de inicio de las nuevas administraciones municipales y los recientes ajustes que el jefe del ejecutivo estatal ha hecho en su gabinete. Entendamos primero que, aunque las futuras autoridades municipales tendrán el mismo periodo de tres años que sus antecesores, políticamente hablando los tiempos serán diferentes, porque se trata de la segunda mitad del sexenio; al finalizar el 2023 la dinámica social y política será muy distinta, porque todos estarán pensando en la elección.

Los conocedores del tema lo dicen de esta manera: “Los próximos alcaldes tendrán solo dos años para trabajar antes de que los ánimos se desborden, por eso es urgente que su tiempo de aprendizaje se acorte, para que la gobernabilidad no de les vaya de las manos”. Y agregan: Quienes tienen aspiraciones políticas más allá de su cargo, es decir, quienes buscan trascender políticamente a la federación o intentarán se considerados como candidatos a la gubernatura deben, además, mostrar que tienen elementos con qué soportar sus aspiraciones.

Sí se analiza el gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo desde un ángulo político nos daremos cuanta que se trata de una administración con una sola estrella, es decir, el único personaje llamativo en el equipo estatal es el gobernador. No demerito el trabajo o la trayectoria de nadie, pero me parece que desde una perspectiva político-electoral al régimen le hacen falta más personas que combinen atributos políticos con la fama del jefe del ejecutivo.

Bajo esta lógica habrá que están pendientes de lo que definan las próximas autoridades municipales, específicamente en aquellos casos donde sus titulares están considerados candidatos naturales al gobierno estatal. Me refiero de manera concreta al alcalde de Jiutepec Rafael Reyes Reyes, al de Jojutla Juan Ángel Flores Bustamante y al de Cuernavaca José Luis Urióstegui Salgado.

Lo pongo de esta manera: en los dos primeros casos tenemos figuras que están cumpliendo su primer periodo constitucional como presidentes municipales, ambos hicieron un buen trabajo y destacaron por sus resultados; a nivel estatal los ediles de Jiutepec y Jojutla están bien ranqueados, de manera natural son vistos como aspirantes a la gubernatura de Morelos porque tienen el respaldo mayoritario de sus gobernados.

En el caso de José Luis Urióstegui se trata de su primera incursión como representante popular, pero por tratarse de Cuernavaca, la capital del estado, muchos lo consideran desde ahora como el abanderado más fuerte con el que la oposición puede buscar la gubernatura en el 2024. La decisión del abogado de cerrar definitivamente su despacho luego de varias décadas de trabajo es un mensaje claro: José Luis Urióstegui apuesta todo a su triunfo en la presidencia municipal, incluida la fuente de trabajo que le ha permitido subsistir y ser reconocido profesionalmente a lo largo de muchos años; su despacho era el espacio que le granjeó una buena fama como profesionista del derecho; ¿Por qué cerrarlo por una aventura política?

En castellano: la decisión de cerrar su despacho jurídico en lugar de mantenerlo con un abogado que lo supla mientras cumple una encomienda constitucional, como lo han hecho la mayoría de los políticos y funcionarios públicos del mundo que incursionan en la administración pública, confirma que Urióstegui Salgado ha decidido vivir permanentemente de la política. Pero regresemos al gabinetazo.

Hay un punto coincidente en los tres alcaldes antes mencionados, además de que muchos los ven desde ahora como candidatos a gobernador: necesitan un buen equipo de trabajo. Para José Luis Urióstegui lo primero es construir un gabinete con figuras experimentadas que dominen los diversos temas que atañen a una administración municipal, pero que además tengan la experiencia y capacidad profesional suficiente para superar la inmensa carga que les dejará Antonio Villalobos.

En el caso de Rafa Reyes y Juan Ángel Flores la historia es diferente porque los resultados de su trabajo fueron calificados en las urnas de manera satisfactoria. Aquí la decisión es distinta: el alcalde debe mantener las piezas que han demostrado ser valiosas, pero en la siguiente etapa necesitan fortalecer su equipo con personajes que además de capaces en lo profesional, también tengan fama pública y capital político que aportar al proyecto.

Digámoslo así: los gobiernos de Jiutepec y Jojutla han dado buenos resultados, pero en los dos casos es consecuencia del desempeño de los presidentes municipales; en este primer periodo la figura por la cual caminó todo fueron ellos, a los ediles les tocó tomar decisiones, pero muchas veces fueron ellos también los que tuvieron que hacer lucir el trabajo que correspondería a sus colaboradores.

Visto desde un ángulo político-electoral esta situación ya no es suficiente, tanto Rafael Reyes como Juan Ángel Flores y el propio José Luis Urióstegui deberían considerar un gabinete que integre a técnicos especialistas en áreas que así lo requieren, pero también deberían sumar a personajes con nombre y reconocimiento público que les ayuden a generar confianza ciudadana y a mostrar que se trata de gobiernos profesionales que pueden trascender. En castellano: necesitan un gabinetazo.

El primer periodo de gestión en Jiutepec y Jojutla se caracterizó por el trabajo de los alcaldes, la percepción se generó en torno a sus figuras y casi todos los comentarios respecto a la actuación de los ayuntamientos incorporó una mención a ellos; esa dinámica alcanzó para que refrendaran su continuidad, pero puede no ser suficiente para proyectarlos a la gubernatura.

En el caso de los tres alcaldes electos, y aplicaría también para el gobernador, esta segunda mitad del sexenio obliga a tener gobiernos diferentes, no solo eficientes en su trabajo, sino también representativos en cuanto a su integración, con solvencia moral y capital político, con capacidad de influir en la opinión pública y reconocimiento social por la trayectoria de sus integrantes.

De cara a la sucesión en la gubernatura de Morelos, quienes busquen esa posición deben mostrar, además de capacidad profesional individual, habilidad para armar un equipo de trabajo que los ayude a alcanzar los resultados esperados por la ciudadanía y prometidos por ellos en campaña.

Recordemos dos máximas: 1- No se gobierna solo y 2- El rey debe serlo y parecerlo.

posdata

Rabín Salazar vino a Morelos, estuvo en un acto de jóvenes organizado por su partido y su presencia en el estado llamó la atención por su evidente perfil de precandidato a la gubernatura.

Hacía mucho tiempo que el actual subsecretario de gobernación no acudía a su tierra, al menos de forma pública y encabezando un evento político. Se entiende: la indicación era que no le hiciera sombra al gobernador, ni le agitara las aguas políticas.

Las cosas parecen haber cambiado luego del encuentro entre ambos hace un par de semanas, solo ellos saben la razón de su reunión y lo que hablaron en ella; para los demás nos queda la imagen compartida por ambos, donde lucen sonrientes y refieren que trabajarán juntos en pro del estado.

Observemos algo: Rabín Salazar es un político profesional capaz de mimetizarse de acuerdo con momento y la circunstancia, es decir, puede sonreír, aunque no tenga ganas de hacerlo; Cuauhtémoc Blanco en cambio, es un hombre que recién interviene en este tipo de actividades, es transparente en sus expresiones y no oculta sus sentimientos. Lo pongo de esta manera: en todas las fotografías previas con Rabín, incluida aquella donde el morenista le levanta la mano como candidato en el 2018, el futbolista se nota incómodo y lo demuestra; esta última fotografía su sonrisa es total y sincera.

El reencuentro de Rabín y Cuauhtémoc fue una buena señal para Morena en Morelos y también para el gobierno estatal, que ahora tiene un aliado más en Rabín Salazar; de esa cita deriva la reaparición del subsecretario en Morelos encabezando actividades políticas y de partido, y la pasarela de muchos morenistas que ven al de Bucareli como una pieza central en la carrera por la gubernatura del 2024.

El Movimiento de Regeneración Nacional está preparando el terreno para la siguiente elección. Su ventaja es que la oposición en Morelos no existe.

nota

Ejemplos de actores de la vida pública que se separan momentáneamente de sus actividades profesionales hay muchos; a lo largo de los años en todo el país y en los tres niveles de gobierno han pasado figuras que saltan de sus empresas, negocios o despachos a la actividad política y luego regresan a su hábitat natural. Pocos, verdaderamente muy pocos son los que cierran definitivamente su fuente personal de empleo en lugar de suspenderlo o dejar a alguien a cargo mientras participan en una aventura política.

Ahí está, por mencionar alguno, Ignacio Morales Lechuga, un abogado, político y diplomático mexicano que a lo largo de su vida ha desempeñado diferentes cargos públicos; el abogado, notario actualmente, encargó su despacho a algunos de sus socios cuando participaba en actividades políticas, pero regresaba a su oficina cuando sus tiempos en la función pública concluían. Igual que él podemos recordar a un buen número de secretarios de estado, gobernadores, alcaldes, senadores, diputados y funcionarios de los tres poderes del estado.

Lo mismo que con su pasividad frente al desastre causado por Antonio Villalobos en Cuernavaca, la decisión de José Luis Urióstegui de suspender definitivamente las actividades de su despacho jurídico ha llamado la atención. Quienes lo hemos tratado en el ámbito profesional reconocemos al futuro alcalde de Cuernavaca como un profesional en la materia, un hombre serio, meticuloso, confiable en todas sus decisiones y sobre todo un hombre honesto, de ahí la confianza que todos sus clientes tenían en su despacho.

Su incursión en la administración pública no es razón para que decidiera cerrar sus oficinas personales (ni Carlos de la Rosa ni Alicia Vázquez Luna van a cerrar sus despachos a pesar de incorporarse a su gabinete); se entiende que José Luis Urióstegui se desligue de las actividades profesionales mientras ocupa la titularidad del ayuntamiento, pero nadie ha pedido al futuro presidente municipal que cancele permanentemente el sustento laboral de su familia. ¿Piensa que a partir de ahora toda su vida vivirá de la política o confía en resolver su situación económica con unos años de trabajar en el servicio público?

La política no es una actividad cualquiera, ni apta para aficionados, cuando una persona de baja capacidad neuronal llega a un espacio de poder, como sucedió con Antonio Villalobos, el caos aparece y las consecuencias son enormes. El caso de Urióstegui no es así, por el contrario, tenemos a un hombre maduro y profesional que a pesar de no ser experto en política ni tener experiencia en administración pública, dista mucho de tener las limitantes mentales de su antecesor, por ello llama la atención las decisiones que está tomando en los últimos meses, incluido el cierre de su despacho jurídico.

En política no se puede actuar por ocurrencias, ni ser mas papista que el Papa.

post it

El próximo 15 de diciembre se vence el plazo para que el congreso local apruebe el paquete económico 2022, lo que parecía un diálogo cómodo y sin sobresaltos comienza a tener puntos de fricción por ajustes que algunos diputados tratan de hacer al presupuesto, más con un ánimo de revancha con el ejecutivo que por verdaderas razones de estado.

La tarea hecha por la secretaria Boggio con legisladores ha sido loable, veremos si alcanza para que al final se alcancen las metas planteadas y si los ajustes que se le hagan al documento inicial no trastocan temas de fondo, ni reflejen enconos o frustraciones individuales.

Por cierto: la labor de Mónica Boggio sería mucho mas sencilla si la oficina política del gabinete hiciera su trabajo.

redes sociales

Después de la aprobación del paquete económico 2022 las actividades públicas del estado entrarán en un impasse; pasada esa fecha y con el cierre de actividades en muchas áreas el día 17, el ritmo social y político será otro hasta el nuevo año, haciendo una breve escala en el arranque de los nuevos gobiernos. El 2021 está a punto de acabar.

Comentarios para una columna optimista: eolopacheco@elregional.com.mx

Twitter: @eolopacheco

Facebook: Eolopachecomx

Instagram: eolopachecomx

Ámbito: 
Local